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Autor: | Editorial:



Jesús nos enseñó a rezar (599)

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OBJETIVO
Al final de la lección, el niño:
- Conocerá que Jesús estaba continuamente en contacto con su Padre y como ya admira a Jesús y desea imitarlo, saldrá motivado a rezar todos los días.
- Conocerá algunos de los numerosos ejemplos del Evangelio en que aparece Jesús en oración.
- Saldrá convencido del poder y los beneficios de la oración. - Estará motivado para rezar ya no como una obligación, sino como una gracia y una forma de vivir cerca de Dios.
-Podrá contestar correctamente a la pregunta:
*¿Qué es rezar?

HISTORIA PARA CONTAR EN EL PIZARRÓN
Jesús tenía 12 amigos consentidos que eran sus apóstoles. Ellos siempre acompañaban a Jesús a todos lados. Lo veían hacer milagros, comían son El, platicaban y se iban juntos a pescar.
A los apóstoles les extrañaba mucho que de repente, Jesús se les escapaba y se iba solo al monte y ahí pasaba muchas horas.
Cuando regresaba, siempre le preguntaban qué había hecho y El les respondía:
-Estaba rezando, me gusta mucho platicar con Dios mi Padre.
Esto lo hacía Jesús todos los días. A veces se iba al monte muy temprano en la mañana y otras veces se iba toda la noche.
Los apóstoles también veían que Jesús rezaba antes de hacer cual¬quier milagro.
Había veces que Jesús se quedaba sin comer o dormir por estar rezando.
Muchas veces le preguntaban por qué rezaba tanto y El
les contestaba:
-Es muy importan¬te platicar con Dios para pedirle lo que necesitamos, para darle gracias y pedirle perdón, o sólo para sentirnos cerca de El y como Dios es nuestro Padre Todopoderoso y nos quiere tan¬to, nos dará todo lo que le pidamos, si es que esto es bueno para nosotros.
Un día le pidieron los apóstoles que les enseñara a rezar, pues veían que Jesús siempre regre¬saba muy feliz después de hacerlo y El les enseñó una oración muy linda que se llama el Padre Nuestro.

DESARROLLO DEL TEMA
•La catequista hará las siguientes preguntas:
-¿Ustedes rezan?
-¿Con quién?
-¿A qué horas?
-¿Qué oraciones se saben?
•Podemos rezar a cualquier hora y en cualquier lugar. A Dios le encanta que lo hagamos.
-Por ejemplo:
Si estamos comiendo algo muy rico, podemos pensar:
-¡Qué bueno que me diste boca, Señor!
O si estamos muy divertidos corriendo, le podemos decir: -¡Gracias por mis piernas y por el pasto!
•No necesitamos palabras elegantes o especiales. A Dios le encanta que le platiquemos con nuestras palabras y así es como Jesús lo hacia.
-Lo importante es acordarnos que Dios siempre está cerca de noso¬tros acompañándonos y cuidándonos.
•También podemos ir a la Iglesia a rezar. Es como cuando Jesús se iba al monte.
-¿Ustedes han ido a una iglesia?
-Es la casa de Dios y ahí vamos especialmente a platicar con El.
-¿Qué hacen ustedes cuando van a la iglesia? ¿Platican con Dios o con sus hermanos?
-La próxima vez que los lleven sus papás aprovechen para platicarle a Dios todo lo que les gusta y pídanle todo lo que necesitan.

ACTIVIDAD EN EL CUADERNO
La catequista describe el dibujo de los niños rezando frente a la cruz y los invita a pegar cinta de cubrir en la cruz, rasgarla y pintarla con pintura café.

PROPÓSITO PARA CUMPLIR EN LA SEMANA
Pedirle a papá o mamá que me lleve a una iglesia y estando ahí, inventar una oración entre los dos.
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