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La Kaaba, Santuario del Islam
El nombre de Kaaba proviene de la forma más bien cúbica del santuario


Por: Extracto y traducción P. Ricardo Eloy Clarey, V.E. | Fuente: www.conocereisdeverdad.org



Acogiendo la invitación de Juan Pablo II en "Tertio Millennio Adveniente" acerca del diálogo con el Islam, publicamos el siguiente artículo, en el que presentamos suscitamente aquel lugar que es el corazón religioso del Islam: la KaJba. Para este trabajo hemos extractado de la voz "Kaaba", escrita por A. J. Wensinck y J. Yonier de la Encyclopedie de l´Islam, IV.

La Kaaba es el santuario más famoso del Islam, llamado "el templo" o "la casa de Dios" (Bayt Allah). Está situado casi en el centro del patio de la gran mezquita de La Meca. La Kaaba es hacia donde se orientan los musulmanes del mundo entero durante sus oraciones rituales; es hacia donde se dirigen cada año centenares de miles de peregrinos para la grande o la pequeña peregrinación; es alrededor de la Kaaba que la naciente comunidad musulmana de los inicios pasa sus primeros años. La Kaaba tiene en la comunidad musulmana un lugar análogo al que ocupaba el Templo de Jerusalén en la antigua comunidad judía.

Fuera de la tradición musulmana, es poco lo que se sabe acerca del pasado de la Kaaba. Sólo la mención de La Meca por el geógrafo Ptolomeo, bajo el nombre de Macoraba (1) , permite suponer que en el siglo II la Kaaba ya existía. Algunos consideran que este nombre podría tener el mismo sentido que la expresión Mikrab en el árabe del sur y en el etiópico, en los que significa "templo". Los relatos populares, cargados de detalles legendarios, acerca del viaje de Abraham a La Meca, que hallamos en el siglo VI, permiten igualmente concluir la existencia de la Kaaba y la veneración de la que era objeto –probablemente se trataba de la adoración al dios Hubal-, un culto regulado con normas muy precisas, antes de la aparición de Mahoma. La disposición de la edificación cultual era similar a los santuarios semitas, como se ve, p.e., en los "lugares altos sagrados" de Petra (2).

Otros relatos, más legendarios aun, fueron suprimidos parcialmente de la tradición musulmana. Estas narraciones hablaban de la tumba de Eva en las cercanías (Diudda), la creación de la Kaaba al inicio del mundo, el arcángel Gabriel que deposita allí la Piedra Negra -blanca en su origen, se volvió negra por el contacto con los pecados de los hombres, especialmente del paganismo-, etc. Además, La Meca es considerada como el lugar de la sepultura de Ismael y de Agar, como también de muchos profetas.

Los musulmanes, al intentar explicar lo referente a las construcciones en la Kaaba, tienden a dejar de lado los relatos populares anteriores a Mahoma y basarse solamente en lo reportado por el Corán, en el que se afirma expresamente que Abraham e Ismael levantaron los cimientos de la Kaaba (3). El mismo Abraham, siguiendo una orden de Dios, prescribió a los hombres la peregrinación (4). La Kaaba fue el primer santuario establecido en la tierra, y se la llama la "casa sagrada" y la "antigua casa" (5). Es posible que los relatos populares, conservados como recitados, hayan tenido su origen en tradiciones de los grupos de judíos de Arabia.

Las reseñas históricas claras comienzan con la historia de Mahoma. Luego que conquista La Meca en el año 629, Mahoma no realiza ningún cambio en las construcciones de la Kaaba, aunque sí lo llevan a cabo sus sucesores. Un incendio posterior al 683 arrasa con la mayoría de las construcciones e incluso parte en tres pedazos la Piedra Negra. Posteriores reconstrucciones parciales ocurrieron en el 693, 1611 y 1630. La costumbre de cambiar las telas que recubren el edificio sagrado es de época moderna.

En la ciudad de Medina, la comunidad islámica en sus orígenes comienza haciendo la oración ritual de cara a Jerusalén, un período en el que todavía se podía esperar la incorporación de los judíos que habitaban en Medina. Pero un año y medio después de la huida de Mahoma a La Meca (la Hegira) ya la comunidad musulmana de Medina se vuelve hacia La Meca para orar y, en La Meca misma, se vuelven hacia la Kaaba. Esto queda estipulado en el Corán (6). En este mismo período, el Corán comienza a insistir sobre la religión de Abraham, presentando el Islam como el retorno a la pureza de la religión primitiva. Oscurecida por los judíos y los cristianos, la religión de Abraham reencuentra en el Corán su resplandor primitivo.

Ciertamente, todo el ritual pre-islámico, pleno de paganismo, ha sido tomado por el Islam después de una purificación y una orientación estrictamente monoteísta. Las visitas a Kaaba y los recorridos rituales alrededor del edificio han continuado, pero ahora para la gloria del Dios único (7). Cuando Mahoma conquista La Meca, borra las trazas de paganismo que se hallaban en la Kaaba (p.e. las estatuas de 360 ídolos que rodeaban el lugar sagrado). Y en el 630 (nueve años después de la Hegira) anuncia a los peregrinos sus últimas disposiciones, bajo forma de revelaciones (8): la participación en la fiesta de La Meca queda en adelante terminantemente prohibida a los idólatras porque ellos son impuros; un plazo de cuatro meses se les otorga, durante el cual pueden desplazarse libremente por el país, pero luego "matadlos en todo lugar donde los encontréis", con la única excepción de aquellos con quienes se hizo alianza y la han respetado. En el 631 Mahoma mismo dirige la peregrinación, a la cual ya no asiste ningún idólatra: la Kaaba se transformó en un santuario exclusivamente musulmán.

El nombre de "Kaaba" proviene de la forma más bien "cúbica" del santuario. La palabra servía antiguamente, entre otras cosas, para designar ciertos santuarios de la misma forma. Sus dimensiones son 15 mt. de alto, con una terraza descendiendo en pendiente suave hacia el Noroeste donde se encuentra el mizab; alrededor de 10 mt. de largo y 12 mt. para la fachada. Esta fachada se dirige hacia el Noreste y se termina por el Este en un ángulo en el cual está encastrada la Piedra Negra (al-hadjar al-aswad).

La Kaaba está edificada con capas de piedras gris-azuladas, que proporcionan las montañas que rodean La Meca. Está ubicada sobre una plataforma de 25 cm. de altura. Los cuatro ángulos miran a los cuatro puntos cardinales. Los cuatro muros están recubiertos exteriormente de telas. Delante de la puerta hay una tela especial, bordada en oro y plata, con numerosas inscripciones. Esta tela, llamada kiswa, es generalmente de color negro; a los dos tercios de la altura, corre una banda bordada de oro con textos del Corán. Cuando estas telas son renovadas, año tras año, estas inscripciones son distribuidas y vendidas como reliquias y recuerdos.

En el interior de la Kaaba se encuentran tres columnas de madera que sostienen el techo, al que se accede por una escala. El único mobiliario está constituido por las numerosas lámparas de oro y plata que cuelgan. En las paredes interiores hay una enorme cantidad de inscripciones que recuerdan las restauraciones. El piso está recubierto por baldosas de mármol.

En el exterior, en el ángulo oriental, a una altura de 1,40 mt., cerca de la puerta, está empotrada la Piedra Negra. Esta se halla enmarcada en un anillo de piedra engarzada en un círculo de plata. La naturaleza exacta de esta piedra es difícil de determinar: se ha descrito primero como lava, luego como basalto. Su diámetro es de alrededor de 30 cm. Su color es negro, con ciertas tonalidades rojizas. Durante la visita de los fieles, es tocada y besada con veneración.

Cercano a la Kaaba, hacia el Sudeste, dentro del perímetro del patio de la mezquita, tenemos el Makam Ibrahim: se trata de un pequeño edificio provisto de un techo y de una cúpula, y conserva una piedra en la que se advierte la impronta de dos pies humanos. El patriarca Abraham, según la tradición islámica, se habría ubicado sobre esta piedra mientras construía la Kaaba, y los rasgos de sus pies se habrían conservado milagrosamente.

Para el Islam, La Meca ha sido el lugar elegido por Dios como lugar de la revelación; a su vez, la Kaaba es el símbolo de la unidad del mundo musulmán, el lugar de la gracia de Dios, de su adoración, de la proclamación de su unicidad. Tanto para los místicos musulmanes, como para importantes personajes no místicos (como el filósofo Al-Gazel), la Kaaba es también signo de las realidades espirituales: la verdadera Kaaba no es otra cosa que nuestro propio interior, del que el santuario de La Meca es una introducción indirecta. Uno de los místicos musulmanes, Abu Yazid al-Bista mi, dice: "El santuario está allí donde se encuentra la contemplación. Todo el universo no es para el hombre un lugar de encuentro donde se acerque a Dios y una escondida cámara donde goce del trato frecuente con Dios; él es extraño al amor de Dios. No obstante, en cuanto que participa de la visión de Dios, todo el universo es su santuario".

Extractado y traducido por el R.P. Lic. Ricardo Eloy Clarey, V.E.

1 Cf. Geografia, VI, 7.
2 Una mención hecha por Epifanio, en Haereses, V, acerca de un caa,bou en Petra fue vista por muchos como una referencia implícita a la Kaaba.
3 Cf. II, 121/127.
4 Cf. XXII, 28/27.
5 Cf. V, 98/97; XXII, 30, 34/29, 33.
6 Cf. II, 139/144.
7 Es interesante destacar que en el período pre-islámico la peregrinación de las tribus árabes a La Meca estaba "asegurada" con ciertas prohibiciones, tales como la de portar armas o continuar las eventuales hostilidades, al igual que el derramamiento de sangre en la zona consagrada. La Meca gozaba del derecho de asilo.
8 Cf. Sura IX.
 







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