El tema de la construcción de la paz sigue siendo una urgencia y es una tarea que exige la corresponsabilidad y demanda imaginar nuevas formas de dicha corresponsabilidad social que permita y favorezca la participación de todos.

Por un lado, es necesario que las instituciones asuman las responsabilidades que les competen en sus ámbitos de competencia y por otro es necesario que la sociedad civil asuma su propia responsabilidad, sin olvidar que la gran mayoría de la población no está vinculada de manera estable con las instituciones sociales, políticas, religiosas y económicas. En estas circunstancias es más difícil la corresponsabilidad, pero hay que seguirla procurando y favoreciendo de todas las formas posibles. La construcción de la paz no podrá consolidarse si no se incorpora a los empleados, a los campesinos, a los estudiantes y a los profesionistas. También hay que poner la atención en los sectores más vulnerables a la violencia como los niños, los jóvenes y las mujeres.

Esto significa que la construcción de la paz incluye una acción educativa de gran envergadura que forje una cultura que integre valores como la tolerancia, el respeto, la solidaridad y el servicio. Tenemos que pensar en este gran desafío de incluir a las personas a la par que a las instituciones en este esfuerzo por superar el clima de violencia. Por ello, La Iglesia católica se propone hacer esta tarea educativa desde su propio ámbito, promoviendo talleres por la paz en los espacios eclesiales como son las parroquias de la ciudad y de las costas, de las pequeñas comunidades y de las asociaciones de laicos, con el fin de que todos puedan participar en esta noble tarea. Esta educación por la paz incluye la construcción de capacidades personales de índole humana y espiritual. Es necesario que las familias y las escuelas se sumen a esta tarea educativa. También los medios de comunicación social tienen que están invitados a tomar su propia responsabilidad educativa, también lo pueden hacer informando de estas pequeñas experiencias y publicando los esfuerzos que se hagan en todos los ámbitos de la sociedad a favor de la paz.

Asamblea de la Conferencia del Episcopado Mexicano.

La XCI Asamblea Plenaria del Episcopado Mexicano, se llevará a cabo del lunes 30 de mayo al 03 de junio del 2011. El Objetivo es: “Reflexionar sobre la realidad de los sacerdotes y seminarios en México, para relanzar con esperanza el dinamismo de su formación y de la caridad pastoral, de cara a la Misión Permanente”. Durante estos días además del encuentro e intercambio de experiencias que se da entre los obispos se realiza la reflexión y el acuerdo sobre algún tema en particular. En esta ocasión será en torno a formación en los seminarios y la formación permanente de los sacerdotes en México.


Colaboración para el bien común.

Como ya lo he comentado en varias ocasiones con el gobierno del Estado de Guerrero he hecho el compromiso de colaboración de las cuatro diócesis de Guerrero para la ejecución del programa de alfabetización en todas las regiones del Estado. Con esta colaboración quiero confirmar el interés que como Iglesia católica tenemos de apoyar cualquier programa que promueva el desarrollo integral de los guerrerenses. Evidentemente, esta colaboración se hará realidad a partir de las capacidades y posibilidades de la Iglesia, poniendo a disposición de la comunidad sus recursos humanos y sus espacios físicos. Así mismo, hay la disposición de la Iglesia de colaborar en otras áreas como salud, programas del DIF y de producción, igual que cualquier otro proyecto que beneficie al pueblo. Esta contribución de la Iglesia se sustenta en el principio de corresponsabilidad que nos desafía a hacer aquello que está en nuestras manos para mejorar las condiciones de vida de nuestros pueblos.

Prevención para el tiempo de huracanes.

La temporada de huracanes ha comenzado formalmente con la declaración de las autoridades de protección civil de los diversos niveles de gobierno. Hemos sabido de los simulacros promovidos para que la gente se prevenga y se disminuyan los riesgos ante un eventual huracán o terremoto. La Iglesia hace lo propio, ya que Cáritas diocesana tiene un programa de prevención y atención de emergencias dispuesto para colaborar con las autoridades civiles cuando se requiera. Por ello, quiero invitar a toda la población a disponerse para recibir cualquier capacitación que se requiera para prevenirse ante los desastres. La prevención es la mejor manera de afrontar los estragos que suelen hacer los huracanes.

+ Carlos Garfias Merlos
Arzobispo de Acapulco