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Educar a un hijo

¿Castigar o instruir?
¿Por qué los padres y madres recurren tanto al castigo inapropiado? Porque así logran que el niño cambie su conducta inmediatamente...pero a la larga producen toda clase de problemas para los hijos y para ellos mismos.


Por: Rafael Taveras | Fuente: Periodismocatólico.com



Querido amigo lector usted tiene un trabajo que hacer - el más importante de su vida. Usted es padre o madre. Es un trabajo en que los beneficios no siempre son los mejores y nunca termina. ¡Pero qué trabajo más maravilloso!
Quisiera que usted se tomara un momento y responda las siguientes preguntas sobre cómo usted trata a sus hijos cuando se portan mal.

· ¿Discute con ellos por su comportamiento?
· ¿Se vale de amenazas, sabiendo que no las va a cumplir?
· ¿Les dice cosas de las cuales se arrepiente más tarde?
· ¿A menudo cede usted a las exigencias de un hijo por evitarse la lucha de bregar con él o ella?
· ¿Le impone un castigo grande por una mala acción que relativamente no fue tan grave?
· ¿Recurre al castigo físico, como bofetadas o nalgadas, porque cree que es lo único que sirve?

Querido amigo, si usted respondió “Sí” a algunas de estas preguntas, es muy posible que esté tratando de criar a sus hijos a punta de castigos. Muchos padres y madres hacen lo mismo. Riñen a sus hijos, les alzan la voz, los hieren de palabra o les pegan. Pero el castigo no es la mejor manera de disciplinar a nuestros hijos.
Se considera que un castigo es inapropiado cuando es fuerte y exagerado, violento y dañino. El castigo corporal como golpes, bofetada o puñetazos hace daño emocional y físico. Otros castigos inapropiados son los gritos, las ofensas, las burlas y el aislamiento. Todos estos castigos afectan el desarrollo del niño.

¿Por qué los padres y madres recurren tanto al castigo inapropiado? Porque así logran que el niño cambie su conducta inmediatamente...pero a la larga producen toda clase de problemas para los hijos y para ellos mismos. Muchas veces, los padres no saben qué hacer en una situación tensa, y reaccionan con ira y frustración. Tal vez temen perder su autoridad y que sus hijos se descontrolen. Tal vez nadie les enseño otra manera de hacerlo, y simplemente imitan lo que aprendieron de otros.
Abajo les doy dos ejemplos de castigos inapropiados.

· Luis hace un dibujo en la pared de la sala con un lápiz rojo. Busca a su mamá y le muestra el dibujo para que lo admire. Mamá le da una nalgada y la encierra en su cuarto una hora.
· Miriam está jugando con el video. Juan Antonio no quiere esperar su turno, y lo desconecta. Miriam le pega con una raqueta de ping-pong. Mamá oye la pelea, se le tira a Miriam, la sacude y le dice: “¡No le pegues a tu hermanito!”.

Si usted aplica castigos inapropiados, sus hijos probablemente reaccionarán con mala conducta,
Gritos, malas palabras o se irán refunfuñando. Quizá se sientan muy mal por el castigo...y usted también. Además, esto no les enseña lo que necesitan aprender para evitar problemas en el futuro.

El castigo inapropiado afecta lo que el niño piensa de sí mismo. Cuando lo ofenden, le gritan o le pegan, se le hace sentir que él o ella no es bueno. Va a querer desquitarse o evitar a la persona que lo castigó. A veces los castigos se van agravando. Si un castigo no sirve, los padres ensayan otro más fuerte. Por ejemplo, comienzan dando órdenes, luego levantan la voz y por último le pegan al hijo.

El propósito de este articulo es mostrarle a usted una manera mejor de instruir a nuestros hijos, sin recurrir a castigos inapropiados. En la crianza de nuestros hijos usamos lo que se llama “Instrucción apropiada.” La instrucción apropiada es una manera positiva y eficaz de corregir el mal comportamiento. Para aplicar la instrucción apropiada, usted debe seguir las siguientes reglas:

· Primero, sea específico. Hágale saber al hijo exactamente qué ha hecho bien y qué ha hecho mal.
· Segundo, sea consecuente. Muéstrele al hijo la relación entre lo que él hace y la consecuencia de sus acciones
· Tercero, sea concreto. Dele ejemplos claros de cómo mejorar.
· Cuarto, sea positivo. Ayúdele a tener disciplina, a controlar sus propias acciones y su manera de expresar las emociones.
· Quinto, sea interactivo. Dele a su hijo la oportunidad de mostrar lo que ha aprendido. Colabore con él o ella, ayudándole a aprender y acompañándolo en el esfuerzo por lograr sus metas.
· Sexto, sea un maestro. Conviértase en instructor, dándole a su hijo la información que le ayude a resolver problemas.

En una palabra, con la instrucción apropiada sus hijos aprenderán a tener confianza, a llevarse bien con otros y a tomar decisiones. También aprenderán a actuar con disciplina y es más fácil enseñarles con cariño y simpatía que con ira y castigos corporales.

Finalmente, recuerden que la instrucción apropiada les muestra a los chicos qué hicieron bien y por qué deben seguir haciéndolo; o que hicieron mal y como corregirlo. A partir de este momento usted instruirá bien a sus hijos si es firme pero amable y constante en su trato, y si se expresa con toda claridad.

(Fuente de información Boystown USA y Common Sense Parenting)
¡Que Dios les Bendiga!

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