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Jesucristo, jubileo permanente de misericordia |
Hablemos de Misericordia / | El Jubileo de la Misericordia en el mundo |
Por: Javier Ordovàs | Fuente: Catholic.net |

Desde el principio de la creación Dios Padre nos ha destinado para nuestro bien, para la felicidad. La historia del pueblo de Israel narrada en el Antiguo Testamento es una prueba continua del deseo de Dios de perdonar las frecuentes infidelidades humanas.
La entrega a la humanidad de la Segunda persona de la Trinidad, Jesucristo, es el total despliegue del jubileo de misericordia de Dios Padre hacia la creación.
La Encarnación del Hijo de Dios, su vida, muerte y resurrección, son la manifestación explícita del amor de Dios por los hombres.
La predicación y las acciones de Jesucristo derrochan misericordia hacia la humanidad.
El mensaje de Jesús es ¨buena nueva¨ por traer el perdón mediante el arrepentimiento.
Desde el maravilloso sermón de la montaña, hasta la institución de la eucaristía, pasando por la enseñanza de la oración del ¨Padre nuestro¨…, Cristo nos anima a aceptar una misericordia que nos parece increíble al sorprender la mezquindad humana con una desbordante misericordia divina.
Y con este colofón en Lucas 6,36:” Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso”.
Los cuatro evangelistas describen muchos milagros en favor de las personas y mencionan otros muchos que no relatan en detalle.
Todos ellos son expresión de la misericordia de Jesucristo
Siente compasión de la multitud porque no tienen que comer, antes de la multiplicación de los panes
Se conmueve por el sufrimiento de la viuda de Naím por su hijo fallecido
Se compadece del paralítico de la piscina de Siloé que lleva muchos años sin que nadie le ayude.
Cura al ciego Bartimeo que pide a gritos su curación a la vera del camino.
Perdona a la pecadora que la multitud quería apedrear
Y así, cada lector podría mencionar la larga lista de los actos misericordiosos de Jesucristo, desde el primero, la conversión del agua en vino en una boda, hasta el último, el perdón del ladrón moribundo junto a Jesús en la cruz.
La historia de la humanidad es un continuo Jubileo de la Misericordia de Dios. Es muy lógico que aunque todos los años y todos los días son de misericordia divina, la Iglesia declare oficialmente un Jubileo de la Misericordia para que no olvidemos que el fundamento de nuestra propia existencia es la permanente misericordia de Dios.