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Cuando la esperanza llega en helicóptero y habla nuestro idioma
Aprende a Orar /Reflexiones acerca de Jesucristo

Por: Rafael Moya | Fuente: Cristo en la Ciudad 

 

Asfalto caliente. Multitud encendida. Helicópteros que trazan círculos sobre una ciudad que no duerme.

Dicen que la esperanza viene en silencio,
pero a veces… también aterriza con estruendo,
entre luces de servicio y corazones apretados.

Así llegó Él,
vestido de blanco y con acento de padre,
a hablarle al mundo joven
que aún se atreve a preguntar por la verdad,
por la amistad real,
por el bien sin atajos.

Y entre ese millón que cantaba y callaba,
que rezaba con los pies polvorientos,
Cristo también caminó.
No entre aplausos,
sino entre miradas sinceras,
esas que buscan algo más que una foto para el feed.

Porque Él también llega así:
???? con un corazón que arde en el camino,
???? con una palabra que consuela sin imponer,
???? con pan partido ante la noche de las dudas.

En Tor Vergata,
el Evangelio no fue leído,
fue vivido.

Fue una Eucaristía sin paredes,
una mesa tendida sobre el campo,
una respuesta divina a quienes no se cansan de esperar.

Y mientras recordábamos a las dos jóvenes que murieron en el camino,
el cielo no guardó silencio:
la esperanza resucita incluso en la pérdida.

???? Porque Cristo no solo toca puertas…
también se sube al papamóvil,
se hace voz en la boca de un anciano valiente,
y responde —en español, italiano o inglés—
que la fe sigue viva,
que el bien no es una ilusión,
y que nadie está solo en su búsqueda.

 “Quédate con nosotros, Señor…”

Porque en esta ciudad que corre y olvida,
alguien aún se atreve a mirar hacia el Este,
y a creer
que el sol vuelve…
y que Él también.