Dirección: Niki Caro. Guión: Igual. Fotografía: Leon Narbey. Música: Lisa Gerrard. Intérpretes: Cliff Curtis, Leisha Castle-Hughes, Grant Roa, Mana Taumaunu, Rawiri Paratene y Vicky Haughton.


Cuando se acercan las vacaciones veraniegas, nos viene una película muy apta para los niños y niñas. Una de las constantes del cine a lo largo de su historia ha sido y continúa dar el protagonismo a los hombres o a los chicos. Raramente a las mujeres en cosas que significan algo sumamente importante para la historia y el desarrollo de las chicas.

Justamente, esta directora se ha atrevido, recurriendo a leyendas ancestrales ocurrida en Nueva Zelanda, dar el papel de protagonista a una niña que, aparentemente, va en contra de mil años de costumbres seguidas con toda rigurosidad.

Todos los maoríes se creen descendientes de una tradición proveniente de Pakea, el Jinete de las Ballenas. Llega un momento en la isla algo especial.

El matrimonio sobre el que recae la tradición, sufre un grave percance. Muere la madre y el niño en el parto. Tan sólo queda la niña.

La rechaza el padre, la acogen los abuelos de mala gana, sobre todo él. Pero poco a poco la niña se va ganando la simpatía de todos. Hasta que logra ser nombrada la heredera.

La escritora neocelandesa Witi Ihimaera, experta en educación de niños y muy buena educadora, yendo con sus niños y niñas al cine, se dio cuenta de que las niñas protestaban porque los niños eran los personajes importantes en todas las películas y las niñas, por el contrario, nunca eran heroínas, sino indefensas.

En el fondo, la directora ha llevado a cabo un estudio y una llamada de atención sobre el papel que debe desempeñar la mujer en esta sociedad en que todavía sigue imperando el poder masculino.

La narración está muy en consonancia con la intriga y el interés. Los ha cuidado con maestría para que los pequeños no pierdan el interés ante su obra.

Por otra parte, ha cuidado con esmero la fotografía de aquellos lugares, la banda sonora y la interpretación resulta agradable como todo el conjunto de la historia en sí misma.

Eso es: una historia bella pero que al mismo tiempo le quede al niño o a la niña un mensaje claro. Buen cine infantil.

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