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cine y video

Ponte en mi lugar
Desde el principio de la película, el espectador se queda impresionado por las relaciones de una doctora y su hija, en plena adolescencia y llena de problemas. Es el pan nuestro de cada día.


Por: Felipe Santos | Fuente: www.buzoncatolico.com




Dirección: Mark S. Waters. Guión: Leslie Dixon, Heather Hach. Fotografía: Oliver Wood. Música: Rolfe Kent. Intérpretes: Mark Harmon, Harold Gould, Stephen Tobolowsky, Jaime Lee Curtis, Lindsay Lohan


Desde el principio de la película, el espectador se queda impresionado por las relaciones de una doctora y su hija, en plena adolescencia y llena de problemas. Es el pan nuestro de cada día.

El guión, bien estructurado y con mucha fantasía, estudia los comportamientos de ambas y también las del novio de la madre, viuda, que se van a casar pronto. Los diálogos y las situaciones se plasman en los diferentes gustos de cada una. La hija vive la edad de rebeldía y de la contradicción contra la madre y sobre todo consigo misma.

Las discusiones e incomprensiones de ambas giran en torno a los gustos por la forma de vestir, los gustos musicales muy distintos entre sí y, por supuesto, el mundo de los hombres lo ven desigualmente.

Estas relaciones llegan a ser exasperantes. Prácticamente, no se soportan. La originalidad del guión consiste en introducir en escena dos galletas mágicas. Una vez que se las han comido, el film da un giro completo. Las relaciones comienzan a cambiar totalmente, ya que –como efecto de haber engullido las dos galletas- los cuerpos de ambas se transforman y cambian.

Es entonces, vistas de desde esta óptica, cuando una y otra comienza a tener un acercamiento mayor; es entonces cuando las dos se sienten comprendidas y respetadas.

Y para darle suspense y agilidad a la narración, delante de sí tienen nada menos que la boda prometida y que debe realizarse muy pronto.

Esta urgencia de la boda hace que todo se convierta en alegría y al mismo tiempo en miedo para la hija.

El relato, con mesura y sin pausas, sigue adentrándose en los caracteres de la madre e hija. Es un estudio de la edad de la adolescencia con toda su problemática de rarezas y cambios de humor.

La intención del director ha sido mostrarnos- mediante esta originalidad del guión- la necesidad de que los padres y los hijos tengan diálogos continuos y sepan dar la importancia que tiene al cambio físico y psicológico de los hijos e hijas adolescentes.

El final queda abierto para que cada cual piense lo que desee. La necesidad de casarse es como la espada de Damocles que pesa sobre cada una. ¿Cómo se resolverá?

En síntesis, se trata de otro buen film de tipo familiar para esta Navidad que está ya próxima. Menos mal que, al menos para estos días, vienen películas aptas para todos los públicos y gratss de ver. Buena realización e interpretación.







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