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Instituto Ecuménico de Bossey, Suiza
Una comunidad pluricultural y pluriconfesional que prepara a los alumnos para que sean agentes de reconciliación, de respeto mutuo y de cooperación entre cristianos


Por: www.wcc-coe.org/ | Fuente: www.wcc-coe.org



Desde octubre de 1946, miles de mujeres y hombres de todo el mundo, de todas las confesiones y culturas, han ido al Instituto Ecuménico de Bossey del Consejo Mundial de Iglesias para realizar estudios académicos o participar en seminarios y conferencias. Muchos de ellos han dado testimonio del cambio que se había producido en sus vidas gracias a ese “laboratorio ecuménico” que es el Instituto de Bossey. Y en muchos países se han formado grupos de ex alumnos de Bossey.

El cometido del Instituto es formar dirigentes ecuménicos, tanto laicos como miembros del clero, para que ejerzan su ministerio en las parroquias, las instituciones de enseñanza y los centros ecuménicos de todo el mundo e ir plasmando el pensamiento ecuménico gracias a los encuentros interculturales e interconfesionales, a los estudios en el marco de los programas para estudiantes residentes, y a la celebración del culto en común y a la vida en comunidad.

En su función de laboratorio ecuménico el Instituto es un espacio libre y seguro de encuentro e interpelación entre cristianos de todo el mundo. Como vanguardia del Movimiento Ecuménico, el Instituto ofrece una plataforma académica en la que se plantean y analizan los problemas contemporáneos más importantes con los que se enfrentan las iglesias actualmente, y que suelen considerarse como temas tabúes por las propias iglesias en incluso por la sociedad, con objeto de encontrar una respuesta, una acción y un testimonio comunes “para que el mundo crea”.

Bossey es un lugar en el que se fortalece, transforma y enriquece la identidad de cada uno. Gracias al estudio y a la investigación, mediante la vida, el encuentro y el diálogo en una comunidad pluricultural y pluriconfesional, es posible comprender mejor y valorar la propia tradición e identidad, al mismo tiempo que se enriquecen con nuevas perspectivas y percepciones. Bossey prepara a los alumnos para que sean agentes de reconciliación, de respeto mutuo y de cooperación entre cristianos y con los hombres y las mujeres de buena voluntad que constituyen el pueblo de Dios.








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