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Los católicos ¿somos reactivos o proactivos?
¿Creemos que no se puede conciliar el ser católico y el ser moderno?


Por: Germán Sánchez Griese | Fuente: es.catholic.net



Una más...
¿Cuántas nos esperan?

No me asustan ni me escandalizan quienes atacan a la Iglesia Católica. Deberíamos ya estar acostumbrados pues han sido veinte siglos tejidos de conspiraciones, ataques, persecuciones... de todo.

Los que me asustan y escandalizan somos nosotros, los católicos, y no porque dejemos pasar como si nada la aparición de estos libros. Debemos agradecer la respuesta de valientes y decididos hombres de Iglesia –laicos, consagrados y eclesiásticos- que han reaccionado y se han dado a la tarea de refutar cientificamente estos ataques. Cito, entre otros, a Pablo J. Ginés: “No sería digno de los cristianos del siglo XXI ceder sin lucha ni respuesta ante el neopaganismo, el espacio que los cristianos de los primeros siglos ganaron con su fidelidad comprometida a Jesucristo.”

Pero, me pregunto: ¿es que los católicos del Tercer Milenio vamos a ser solamente reactivos?

¿Nos han amordazado la conciencia?

¿Nos han quitado la Esperanza?

¿Nos han hecho que nos sintamos mal por ser creyentes, al grado que enrojecemos cuando nos atrevemos a poner por escrito la palabra católicos al declarar la religión que profesamos?

¿Somos tan ingenuos de habernos creído las leyendas negras acerca de lo que hizo la Iglesia en la Edad Media, en la Evangelización de las Américas, en la época de la Ilustración, que con un inexplicable sentido de culpa nos da miedo y vergüenza actuar?

¿Creemos que no se puede conciliar el ser católico y el ser moderno, como nos invitaba el Papa en su viaje a España?

Este es mi susto y mi escándalo: que estamos enseñando a los primeros católicos del siglo XXI a ser solamente reactivos. A “ponernos las pilas” sólo cuando nos atacan.

¿Es que no hemos heredado un gran tesoro?

¿Es que no somos capaces de crear una cultura más justa, más sana, más humana con la rica gama de valores que posee el cristianismo?

¿Dónde están los hombres y las mujeres que deben permear de valores cristianos la política, los medios de comunicación, el mundo de los negocios, las ciencias, las artes, la enseñanza?

¿Donde están los herederos de los mártires que quieran derramar su sangre en la re-evangelización de la Europa neo-pagana?

¿Donde están los continuadores de los confesores que sepan imbuir de sana doctrina, la doctrina del Magisterio, el mundo de la escuela católica abandonada en manos de ya no se sabe qué cosa –pseudo católicos o protestantes-?

“¡Basta ya!” Se oye gritar tantas veces en otros tantos círculos católicos, parroquias incluidas. Hay que reaccionar frente a los ataques. ¡Sí! ¡Qué bueno!

Pero hay que trabajar, cada quien desde su trinchera, por la construcción de un mundo basado en los valores del Evangelio. No podemos “pasar la estafeta” a las generaciones futuras enseñándoles solamente a ser reactivos.

Hoy el mundo necesita de personas con horizontes amplios, con grandes sueños y con cuerpos que quieran sudar y sangrar para construir un mundo diferente al que estamos viviendo.

Hombres y mujeres que se adelanten a los tiempos, que creen cultura y no que “sufran” la cultura.

El ejemplo de los primeros apóstoles, doce hombres con el corazón de fuego, nos sirva de ejemplo para comenzar a re-evangelizar el mundo para Cristo.






Comentarios al autor de este artículo
Germán Sánchez Griese

 

 

 

 



 

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