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Los medios y la conciencia. El televisor.
El P. Felipe Santos nos habla del poder persuasivo que tienen la televisión y la manera como podemos ser convencidos cuando no hay una formación crítica.


Por: P. Felipe Santos sdb | Fuente: .




Entonces, ¿estás convencido de que soy - como se dice - un persuasivo oculto, una voz y un mensaje que se insinúa engañosamente?

Ciertamente, amigo televisor, tienes resortes de persuasión y consigues hacer imaginar como verdaderas, cosas que no existen. Y tu poder persuasivo convence a hombres y mujeres de Europa y del Mediterráneo para hacer viajes absurdos a países del bienestar porque lo han visto en TV, sin pensar incluso que esos países hay fatiga, injusticia y pobreza.

La conciencia expuesta al mensaje televisivo corre el riesgo de hacer realidad lo que es simplemente ficticio, y puede confundir una cosa con otra; este riesgo afecta más a la conciencia de los jóvenes y a la adulta no formada. Podemos decir que nuestra conciencia, inmadura e indefensa, es una especie de esponja que absorbe el ambiente en el que se sitúa.

Las opiniones que da tu pequeña pantalla o las columnas del periódico gozan de una gran autoridad. Se oye repetir a menudo: Lo ha dicho la TV, lo ha dicho el periódico.

Quien habla o sale en la pequeña pantalla, habla por la radio o escribe en el periódico adquiere patente de credibilidad, prescindiendo a menudo de sus argumentos...

Sólo en situaciones políticas en las que el sistema de los medios de masas está en manos del poder público se pueden comprobar actitudes de confianza instintiva. Las tentativas de información alternativa o de contrainformación no han logrado que se aminore la credibilidad de los medios más difundidos y hegemónicos.

Televisor amigo, tú tienes más influencia en mucha gente que los mejores oradores o líderes de opinión.

Debes ser consciente de esta realidad para que no abuses de nadie. De verdad, me encantaría que no le comieras el coco a nadie. Ya sé que tú me dices que eso no depende de ti, sino de aceda usuario.

Sin embargo, sabiendo como sabes la fuerza que posees, me gustaría que tu impacto fuera agradable, humano y precioso. Lo puedes hacer tranquilamente.

Sobre todo, te rogaría que tuvieras mucho cuidado con los programas dedicados a los niños. No me dirás que tus mismas series de Dibujos animados, algunas, son de una violencia atroz. No me negarás que tienes películas a montones cada semana. Algunas se pasan.

Estoy de acuerdo contigo en que deberían ser los padres quienes cortasen o explicasen las cosas a los hijos, y que en las escuelas se les enseñara a verte y a criticarte o alabarte cuando fuese necesario.

Dedícate a poner programas de calidad entre tanta bazofia. Contribuye, en una palabra, a promover la conciencia recta de las personas mediante la justicia, la verdad y la belleza. Gran tarea, amigo televisor, tienes ante tu pantalla pequeña, pero de una gran fuerza de persuasión e influencia.

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