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La Resurección

La Resurección
La resurrección de Cristo es el dogma fundamental del cristianismo


Por: P. Jorge Loring |



35.- JESUCRISTO DESPUÉS DE SU MUERTE RESUCITÓ Y SE FUE AL CIELO.


1. Jesucristo, después de ser crucificado, estuvo muerto y enterrado, y al tercer día33 resucitó juntando su cuerpo y su alma gloriosos para nunca más morir34.
Por tanto, Jesucristo está ahora en el cielo en cuerpo y alma.
La resurrección de Cristo es dogma de fe. Está definido en el IV Concilio de Letrán (1215): «Creemos y confesamos que Jesucristo resucitó de entre los muertos y subió al cielo en cuerpo y alma»
35.
La resurrección de Cristo es «el dogma fundamental del cristianismo»
36.
La expresión del Credo: «subió al cielo y está sentado a la derecha del Padre» significa que tiene el mismo poder de Dios-Padre.

«La expresión de San Mateo atribuye a Jesús sepultado una duración de "tres días y tres noches"
37. Pero tal expresión venía a ser idéntica a la duración hasta el tercer día, al juzgarse el día como una unidad de día-noche. El decir "tres días y tres noches" es un modismo equivalente a "al tercer día"»38.
Jesucristo murió un viernes por la tarde y resucitó un domingo por la mañana: es decir que estuvo en el sepulcro un día entero y dos medios días. Pero para el modo de hablar hebreo esto equivale a tres días
39, o lo que es lo mismo,«al tercer día». Dijo San Pedro: «resucitó al tercer día»40.

Antes de morir Jesús había profetizado varias veces su resurrección
41. Por lo tanto, al resucitar por su propio poder, demostraba nuevamente, y con la prueba más convincente, que era Dios.
Dice San Mateo, que los fariseos mandaron a sus soldados que habían estado guardando la tumba, que dijeran: «Sus discípulos vinieron de noche estando nosotros dormidos y lo robaron»
42. San Agustín dio a esto una respuesta definitiva: «Si estaban durmiendo, no pudieron ver nada. Y si no vieron nada, ¿cómo pueden ser testigos?»43.

Los teólogos modernos buscan diversas explicaciones al hecho de la resurrección de Cristo. Pero cualquiera que sea la interpretación debe incluir la revivificación del cuerpo, si no se quiere hundir la teología de la resurrección
44.
Para el protestante Bultmann, la resurrección de Cristo es un mito
45. Pero para el Nuevo Catecismo de la Iglesia Católica, la resurrección de Cristo es un acontecimiento real46.

Algunos dicen que la resurrección de Cristo no es un hecho histórico, pues no hay testigos. Este modo de hablar es ambiguo y puede confundir; pues «no histórico» puede confundirse con «no real». Por eso no debe emplearse, como recomienda el padre José Caba, S.I. , Catedrático de la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, en su libro Resucitó Cristo, mi esperanza
47. La resurrección de Cristo es un hecho que ha sucedido en la realidad.
«Aunque no haya habido propiamente ningún testigo del hecho de la resurrección, en cuanto tal, es histórica en razón de las huellas dejadas en nuestro mundo y de las que dan testimonio los Apóstoles»
48.
Si aparece un coche en el fondo de un barranco y está destrozado el pretil de la curva que hay en ese sitio, no necesito haber visto el accidente, para comprender lo que ha pasado.
De la misma manera puedo conocer la resurrección de Jesucristo.

Para otros sí se puede considerar como hecho histórico, pues puede localizarse en el.espacio y en el tiempo; y según Pannemberg es histórico todo suceso que puede ser colocado en unas coordenadas de espacio y tiempo
49.
«Con otras palabras: es histórico todo lo que ha sucedido en un determinado momento y en un determinado sitio»
50.
Por eso para el P.Ignacio de La Potterie, S.I. , que es uno de los mejores especialistas en el mundo del Evangelio de San Juan, la resurrección de Cristo tuvo una realidad física, histórica
51. Dice Max Meinertz: «La resurrección entra en el campo de la realidad histórica»52.
La resurrección de Cristo la refiere San Pablo en carta a los Corintios, el año 57, es decir, a contemporáneos de los hechos: «Cristo murió por nuestros pecados, fue sepultado y resucitó al tercer día»
53.
Y lo atestigua San Pedro: «De Jesús resucitado todos nosotros somos testigos»
54.
San Lucas lo afirma enfáticamente: «El Señor ha resucitado verdaderamente»
55


2. Cristo estaba muerto en la cruz
56.
Por eso los verdugos no le partieron las piernas como solían hacer para rematar a los crucificados.
Si no hubiera estado muerto, le hubiera matado la lanzada que le abrió la aurícula derecha del corazón.

La cantidad de sangre que salió después de la lanzada, según el relato de San Juan, que estaba allí presente, dicen los médicos, sólo se explica porque la lanza perforó la aurícula derecha que en los cadáveres está llena de sangre líquida
57.

Al tercer día el sepulcro estaba vacío: no estaba el cuerpo de Cristo.
La fe en la resurrección de Jesucristo parte del sepulcro vacío. Oscar Cullmann, protestante, de la Universidad de Basilea, dice: «la tumba vacía seguirá siendo un acontecimiento histórico»
58.
Los Apóstoles «no habrían creído en la resurrección de Jesús de haber encontrado su cadáver en el sepulcro»
59. Los cuatro evangelistas relacionan el sepulcro vacío con la resurrección de Cristo.
a) San Mateo: «No está aquí, pues ha resucitado»
60.
b) San Marcos: «Ha resucitado, no está aquí»
61.
c) San Lucas: «No está aquí, sino que ha resucitado»
62.
d) San Juan al ver la tumba vacía y la disposición de los lienzos «vio y creyó»
63 que había resucitado; pues si alguien hubiera robado el cadáver, no hubiera dejado los lienzos tan bien puestecitos.
San Juan vio la sábana, que había cubierto el cadáver de Jesús, yaciendo en el suelo, y doblado aparte el sudario que había estado sobre su cabeza.
Según los especialistas
64 la palabra ozonia usada por San Juan debe traducirse por «lienzos» y no por «vendas» como hacen algunos equivocadamente. Es verdad que las vendas son lienzos, pero no todos los lienzos son vendas.
El sepulcro vacío sólo tiene dos explicaciones. O alguien se llevó el cadáver o Cristo resucitó.
El cadáver no lo robaron los enemigos de Cristo, pues al correrse la noticia de la resurrección la mejor manera de refutarla hubiera sido enseñar el cadáver. Si no lo hicieron, es porque no lo tenían
65.
Tampoco lo tenían sus amigos, pues los Apóstoles murieron por su fe en Cristo resucitado, y nadie da la vida por lo que sabe es una patraña.
Se puede dar la vida por un ideal equivocado, pero no por defender lo que se sabe que es mentira. Dice Pascal: «Creo de buena gana las historias cuyos testigos se dejan matar para defenderlas»
66.
Es evidente que los Apóstoles no escondieron el cadáver.
Luego si Cristo estaba muerto, y el sepulcro estaba vacío, y nadie robó el cadáver, sólo queda una explicación: Cristo resucitó
67.
San Pablo nos habla también de la resurrección de Cristo en la Primera Carta a los Tesalonicenses del año 51 de nuestra era
68: Jesús murió y resucitó69; y en la Primera Carta a los Corintios del año 55: Cristo resucitó al tercer día70.

Una confirmación de la resurrección de Cristo es la Sábana Santa de Turín donde ha quedado grabada a fuego su imagen por una radiación en el momento de la resurrección. No hay explicación más aclaratoria.
Sobre la Sábana Santa yo he hecho tres vídeos titulados: La autenticidad de la Sábana Santa, La Sábana Santa y el Carbono-14, La Sábana Santa y el Sudario de Oviedo. Los tres se complementan, aunque algunas cosas se repiten.

La resurrección de Jesucristo es totalmente distinta de la resurrección de Lázaro o de la del hijo de la viuda de Naín: éstos resucitaron para volver a morir, pero Cristo resucita para nunca más morir
71. «Cristo resucitado de entre los muertos, ya no vuelve a morir»72.
La resurrección de Cristo no fue una reviviscencia para volver a morir, como le pasó a Lázaro; tampoco fue una reencarnación, propia del budismo y del hinduismo; menos aún fue el mero recuerdo de Jesús en el ánimo de sus discípulos.
Fue el encuentro con Jesús resucitado lo que provocó la fe de los discípulos en la resurrección, y no viceversa. «La resurrección no fue la consecuencia, sino la causa de la fe de los discípulos. (...) Jesucristo fue restituido con su humanidad a la vida gloriosa, plena e inmortal de Dios. (...) Se trata de la transformación gloriosa del cuerpo»
73.
Después de resucitar subió a los cielos. «La expresión "subir a los cielos" es un recurso literario muy en consonancia con la cultura de aquellos hombres. También nosotros expresamos nuestros anhelos levantando hacia el cielo nuestras manos»
74.
Después de resucitar, antes de subir al cielo con su Padre
75, estuvo varios días apareciéndose a los Apóstoles76.
Estas apariciones las expresa el Nuevo Testamento con la palabra griega «ófze», que significa «se mostró», «se hizo ver», «se dio a ver», lo que da a entender que se trataba de un cuerpo real
77.
Los apóstoles comieron
78 con Él y le palparon con sus propias manos.
Los fantasmas no comen ni se dejan palpar.
Cristo resucitado cenó con los Apóstoles
79 y se dejó palpar por Santo Tomas80. Decía Cristo: «Soy Yo. Tocadme y ved. Un espíritu no tiene carne y hueso, como veis que Yo tengo»81.
San Pedro lo recuerda: «Nosotros hemos comido y bebido con Él después que resucitó de entre los muertos»
82.

La resurrección de Cristo está confirmada por sus apariciones a San Pedro y San Pablo después de las cuales cambiaron radicalmente
83.
En una ocasión se apareció a más de quinientos estando reunidos. Así nos lo cuenta San Pablo escribiendo a los Corintios, y añadiendo que muchos de los que lo vieron, todavía vivían cuando él escribía aquella carta
84, en los años 55-56 de nuestra Era85.
El verbo empleado por San Pablo excluye una interpretación subjetiva del término, «aparición»
86.
Las apariciones de Jesús son un motivo de credibilidad en la resurrección de Cristo
87.

Jesús resucitado tiene un cuerpo glorioso con propiedades distintas a las de un cuerpo material
88.

En la Biblioteca Nacional de Madrid he leído un incunable en el que Poncio Pilato escribe al emperador Tiberio sobre Cristo. Dice: «Después de ser flagelado, lo crucificaron. Su sepultura fue custodiada por mis soldados. Al tercer día resucitó. Los soldados recibieron dinero de los judíos para que dijeran que los discípulos robaron su cadáver. Pero ellos no quisieron callar y testificaron su resurrección»
89.
«Sabemos con certeza que existieron unas actas oficiales de Poncio Pilato, Procurador de Judea, al Emperador Tiberio, como era obligación y costumbre en el Imperio»
90 por testimonio de Tertuliano (siglo III) 91.

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  1. Evangelio de SAN MATEO, 20:19regresar
  2. Evangelio de SAN MATEO,28:6s; de SAN LUCAS, 24:36-43; de SAN JUAN, 20:19-29regresar
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  5. Evangelio de SAN MATEO, 12:40regresar
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  8. SAN LUCAS: Hechos de los Apóstoles, 10: 40regresar
  9. Evangelio de SAN MATEO, 12:39s; 16:21; 17:22; 20:19; de SAN LUCAS, 9:22regresar
  10. Evangelio de SAN MATEO, 28:13regresar
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  43. Evangelio de SAN MARCOS, 16:19regresar
  44. Hechos de los Apóstoles, 1:3regresar
  45. CÁNDIDO POZO, S.I.: La venida del Señor en la gloria, I, 2, 2. Ed. EDICEP. Valencia. 1993.regresar
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  51. EDUARDO MALVIDO: Creo en Jesús, el resucitado, I,3. Ed. San Pío X. Madrid. 1997.regresar
  52. SAN PABLO: Primera Carta a los Corintios, 15:4ssregresar
  53. JOHANNES BEUMER: Camino de la Fe, IV, 3. Ed. FAX. Madridregresar
  54. JOSÉ CABA, S.I.: Resucitó Cristo mi esperanza, 2ª, II, 2, 4, 3. Ed. BAC. Madrid, 1986regresar
  55. esperanza, 3ª, VIII, pg. 316. Ed. BAC. Madrid, 1986regresar
  56. Nuevo Catecismo de la Iglesia Católica, nº 645regresar
  57. Biblioteca Nacional de Madrid, Incunable nº 970regresar
  58. JUAN M. IGARTUA,S.I.:La Resurrección de Jesús y su Cuerpo,2º, I,Nota 1. Ed.Mensajero. Bilbaoregresar
  59. Apologeticum, 21. MIGNE: Patrología Latina, I., 289-292regresar










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