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El cardenal Rouco recuerda que

El cardenal Rouco recuerda que "siempre hay una razón para vivir"
Para el Cardenal, los católicos y cristianos deben de ser testimonio de la palabra y del debate para cambiar la opinión pública


Por: . | Fuente: An?sis Digital



22/03/2011


En su habitual intervención en el informativo diocesano de la Cadena COPE, el arzobispo de Madrid, cardenal Antonio Mª Rouco Varela, habló de la Jornada por la Vida que la Iglesia celebra el próximo viernes, 25 de marzo. “Hay que recordar una y otra vez el valor de la vida humana", dijo porque no valorar el don de la vida es "grave". Para el cardenal "hay que reconocerlo una y otra vez, y que llegue al corazón de la opinión pública, de los más jóvenes, que a veces se sienten perturbados en su forma de ver lo que es la vida del hombre desde que es engendrada en el vientre de la madre hasta el momento en el que el Señor la llame a pasar el trance de la muerte y a superarlo”.


Para el Cardenal, los católicos y cristianos deben ser "testigos de la verdad de la vida, de la verdad del matrimonio y de la familia", pero también del testimonio de la palabra y del debate para cambiar la opinión pública para "superar sus posibles tentaciones de no tener en cuenta el derecho a la vida en toda su integridad, o en los casos en lo que lo ha olvidado volver a superarlo”. Por ello, abogó por “cuidar la vida ayudando a las madres que tienen dificultades o se ven tentadas para no dar a luz a sus hijos, antes y después del parto, y ayudarlas a ser madres después”.

Señaló, además, que debemos estar “atentos y alerta” ante “las situaciones finales de la vida o en discapacidades que la hacen, a veces, difícil, casi dramática, y muchas veces heroica. Tanto que permite que los que la viven desde el corazón de Cristo se santifiquen a marchas forzadas”. Así, destacó que hay que estar “al lado de los enfermos, de sus familias, que no caigan en la tentación de pensar que no hay razón para vivir en ese momento final de la vida”. Y es que, afirmó, “siempre hay razón para vivir”.

En su intervención también habló del Día del Seminario, celebrado con el lema “El sacerdote, don de Dios para el mundo”. Recordó que la clave para el sacerdote es vivir “muy arraigados”. "El mundo de este tiempo necesita a Cristo. A pesar de sus propios abandonos, de sus propias apostasías, de querer ir atrás en los países cristianos de Europa, en las propias debilidades de muchos hijos e hijas de la Iglesia, es apasionante volver a dar a Cristo al mundo y entregárselo a los jóvenes, como lo vamos a hacer en la Jornada Mundial de la Juventud del verano que viene. Firmes en Cristo, edificados en Cristo, enraizados en Él, firmes en la fe”, añadió.

Por último, hizo referencia a los hechos sucedidos en la Capilla de Somosaguas, mostrando “tristeza por la ofensa que se ha hecho a Dios, sobre todo, a ese Dios cercano que es el Jesús de la Eucaristía”. “Duele mucho que con el Santísimo en el Sagrario y en un lugar Sagrado, se actúe, se hable, se diga y se produzcan comportamientos, no sólo privados o más o menos individuales, sino colectivos, de un grupo que ofenden al Señor”. “Los que lo han hecho, prosiguió, seguramente son chicos cristianos, que han sido bautizados, vienen y proceden de familias y de ámbitos escolares donde les han hablado del Señor, de Cristo, de la fe, de la vida cristiana...”.

Pidió “un gran esfuerzo para acercarnos a los jóvenes universitarios, abrirles el camino del encuentro con el Señor”, así como la conversión para que “los jóvenes que lo han hecho se den cuenta de que no es un buen camino para ellos”. En este sentido, hizo alusión al “respeto al derecho a la libertad religiosa, al ordenamiento jurídico, imprescindible para que pueda haber convivencia”.

Concluyó recordando que la Cuaresma “es una ocasión perfecta para que seamos mejores y hagamos revisión de nuestro compromiso con la Evangelización de los jóvenes universitarios, y una ocasión magnífica para que hagamos examen de conciencia de cómo estamos tomando el cumplimiento y el respeto al ordenamiento constitucional español, en su elemento, en sus fundamentos más esenciales, que son los de la persona humana y los derechos fundamentales del hombre”.

 







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