El adoctrinamiento socialista va en contra del verdadero matrimonio y la familia, célula de amor y vida


El arzobispo de Valladolid, Braulio Rodríguez, defendió el derecho de los jueces a esgrimir razones de conciencia para no tramitar expedientes sobre “matrimonios” homosexuales, como invocó recientemente, aunque sin éxito, un juez de Sagunto (Valencia).

"Parece que se nos quita ese derecho que tenemos", reflexionó escuetamente monseñor Braulio ante los periodistas sobre la decisión adoptada el pasado 3 de noviembre por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) de rechazar el recurso interpuesto por el referido juez de Sagunto.

Monseñor Braulio comparó ese derecho con el que en su día se reconoció a los ciudadanos que declinaban realizar el servicio militar obligatorio por cuestiones de conciencia.

Legalizar el mal llamado “matrimonio” homosexual, como se ha hecho en España significa legalizar la entrega de niños a homosexuales.
La adopción de homosexuales tiene diversas desventajas, pero el punto clave es que un niño tiene derecho a un padre y una madre, derecho conculcado si se le entrega a dos hombres o a dos mujeres.
Dos personas del mismo sexo no son idóneos para la cría y educación de los niños, que carecerían de referente paterno/masculino (si son dos lesbianas) o materno/femenino (si son dos homosexuales).
Si el “matrimonio gay” es legal, se querrá enseñar en las escuelas, como está pasando actualmente con la asignatura “Educación para la Ciudadanía” que quiere imponer erróneamente a los niños que existen varios tipos de familias. El PSOE con esta materia recordemos que quiere hacer ver que la homosexualidad es normal, que es bueno tener dos papás y dos mamás, que los niños deben experimentar con su sexualidad para descubrir qué sexo les atrae más y que las personas que se oponen a la homosexualidad (como los papás de los niños cristianos) son intolerantes.
Este hecho es muy grave y como consecuencia ya se ha creado la Guía para la Objeción de Conciencia y diversas plataformas en contra.

La movilización ciudadana ya se ha producido y está claro que la sociedad rechaza este adoctrinamiento socialista, que atenta contra el verdadero matrimonio y contra la familia, célula de amor y vida.