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La propuesta cristiana frente a uno de los grandes males de la sociedad

La propuesta cristiana frente a uno de los grandes males de la sociedad
Ante la dictadura del relativismo denunciada por Benedicto XVI, el diputado Jorge Fernández Díaz propuso la defensa de las raíces cristianas


Por: católicos y vida pública | Fuente: noticias CEU



El Secretario General del Grupo Parlamentario Popular Jorge Fernández Díaz, presentó la mesa redonda “Dictadura del Relativismo”, del IX Congreso Católicos y Vida Pública, refiriéndose al Papa Benedicto XVI y su descripción del relativismo como uno de los grandes males de la sociedad actual. El ponente lamentó que éste sea el que esté dominando el debate político, social y cultural actual en España. Ante el impulso del laicismo dominante, propuso la defensa de las raíces cristianas.

El diputado del Partido Popular cuestionó que “ahora se niegue la existencia de verdades absolutas, ya que entonces no es posible distinguirlas de la mentira”. “Los legisladores consideran que la Ley de Dios y la Ley Natural ya no tienen nada que decir. Son ellos los que ahora deciden lo que está bien y lo que están mal”, describió.

El político lamentó que el concepto de lo bueno sea considerado “mudable, ya que va cambiando según lo que dictan las mayorías coyunturales”, y recordó los conflictos que se han vivido en el Congreso de los Diputados en torno a temas como la Educación para la Ciudadanía, o el aborto.
“Nos encontramos en una época de secularización, de dictadura de lo políticamente correcto, en la que el proyecto es acabar con las creencias religiosas y las raíces tradicionales”, aseveró finalmente.

Por su parte, el director del Colegio Mayor Universitario San Pablo CEU, Elio Gallego García, calificó la expresión “dictadura del relativismo” propuesta por Benedicto XVI como “una expresión genialmente provocadora” que “en principio descoloca”. Gallego García desglosó cuatro ámbitos de la denuncia del Papa.

En el ámbito de la moral, se refirió al relativismo moral que “genera dictadura, intolerancia”. Dentro del ámbito político, se planteó: “¿Qué sucede con quienes a pesar de todo, siguen viviendo según la certeza? ¿Que puede hacer un relativista con alguien que no es relativista?”. En tercer lugar, se refirió al ámbito de la conciencia, “gran victima del relativismo”, que “no se niega, pero se reduce a opinión subjetiva”. Según Ratzinger, explicó, esta influencia “no libera, sino que esclaviza” al hombre. Lleva a la ideología de la no discriminación, puntualizó, y a “tratar lo desigual como si fuera igual”. “Véase el caso del llamado matrimonio homosexual”, agregó.
“Decir no discriminemos, es tanto como decir no piensen”, exclamó, y completó : “No discriminar es renunciar a la razón, renunciar a la conciencia”. “Lógicamente la discriminación puede ser injusta” aclaró, y llamó a “no ceder en esta batalla ideológica”. Por último se refirió al ámbito del relativismo “sumergido en un sentido determinista de la historia”.

A continuación, la profesora de la Universidad Marne- La – Valleé, Chantal del Sol-Millon, resaltó que “el hombre de bien hoy es aquel que es considerado como un ser abierto”, que acepta todas las opiniones, sin cuestionar su veracidad. “Hoy se tiene conciencia de que la verdad mata, que es peligrosa, porque hasta ahora se ha relacionado con fenómenos totalitarios”, aseguró la ponente francesa. Finalmente, clamó por la no persecución de los que se revelan contra la corriente de lo políticamente correcto.

Por su parte, el abogado del Estado Jesús Trillo-Figueroa y Martínez Conde, se refirió a una idea que recoge Benedicto XVI de Juan Pablo II, en su libro Memoria e Identidad, sobre las ideologías que rechazan” lo que nos constituye como seres humanos”. “Es la idea que subyace la ideología dominante en España, la ideología del género”, aseveró. “Esta ideología en cuanto deniega la existencia de la naturaleza, niega la felicidad, niega la posibilidad de alcanzarla, argumentó. “Lo único aceptable es el placer por el placer como única posibilidad humana”, dijo al explicar cómo es la dictadura del relativismo aplicada al género.

“El amar al enemigo no tiene mérito porque cueste muchísimo. Tiene mérito porque es bueno en sí”, explicó al referirse a la ética cristiana. La perdida de la naturaleza humana es la pérdida de “aquello que da sentido al ser humano” concluyó Trillo-Figueroa en una ponencia en la que intentó presentar una “ética de la felicidad”.







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