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El comienzo de la vida humana
La unión sexual, cuando se cierra a la vida, pierde gran parte de su significado: se convierte en un acto momentáneo sin compromiso para el futuro


Por: Javier Mandingorra Giménez | Fuente: churchforum.org



1. Introducción

Son muchas las interpretaciones de la sexualidad humana que resultan parciales y limitadas, presentando una imagen sexual del hombre que se distingue poco o nada de la sexualidad animal, y desgraciadamente estas son las más difundidas.
El gran público continúa influido por opiniones y cuestiones de la revolución sexual de los años 1960 que no reconocía ninguna otra liberación ni felicidad que la sexual, y que postulaba que sólo la liberación sexual, hasta entonces “reprimida”, permitiría al hombre alcanzar la madurez física y psíquica, a pesar de que una buena parte de los psiquiatras y de las escuelas contemporáneas consideran la cuestión como anacrónica y totalmente superada.

Mientras que las leyes de la naturaleza rigen la esfera necesaria de los fenómenos naturales, físicos, químicos, vegetativos, etc. pues bien, es ley natural la que gobierna la esfera libre de los actos humanos. Es ley natural que ni la procreación se realice sin amor conyugal, ni el amor conyugal se cierre a una posible procreación. Lo primero denuncia como ilícita toda concepción realizada de modo violento o de manera artificial, al margen de su propia forma amorosa conyugal. La persona humana no debe fabricarse, sino engendrarse. Lo segundo señala como intrínsicamente deshonesta la anticoncepción, es decir, aquella unión sexual de los esposos que suprime radicalmente por medios artificiales toda referencia a una posible transmisión de vida.

Un acto sexual en que se emplean métodos anticonceptivos no es un verdadero acto conyugal. La pareja no se entrega mutuamente del todo. Rechazan algo que pertenece al acto sexual, que es la fertilidad. Es muy cómodo tener trato carnal con casi cualquiera cuando se suprime el poder procreador; pero en realidad sólo los esposos que se unen sin contracepción respetan ese poder. La unión sexual, cuando se cierra a la vida, pierde gran parte de su significado: se convierte en un acto momentáneo sin compromiso para el futuro. En cambio el acto sexual abierto a la vida apunta en sí mismo al futuro del hijo.

2. Concepto de persona

Para una mejor comprensión de los mecanismos de actuación de las sustancias a tratar, pienso que seria interesante repasar antes unos conceptos que, no por ya sabidos, dejara de ser baladí el repaso de los mismos. También porque juzgo necesario una clarificación de este tema tan controvertido en la actualidad.
Un primer punto a clarificar seria: ¿cual es el comienzo de la vida humana?

Es posible que fuera Aristóteles el primero que clarificó el tema con su distinción de acto y potencia. Desde un punto de vista descriptivo, se dice que son seres vivos todos aquellos seres que: se nutren, se desarrollan y envejecen, se reproducen por sí mismos, y con mayor razón aquellos que además de estas operaciones poseen sensaciones, emociones, conductas y pensamiento. Es decir, son vivos aquellos seres que desde sí mismos y por sí mismos son capaces de llevarse desde un estado de potencialidad a un estado de actualidad en lo que se refiere a sus operaciones propias.

Esto que parece tan sencillo no es así en la realidad pues las propiedades a partir de las cuales afirmamos la existencia de un ser vivo individual van surgiendo sucesivamente en el curso del desarrollo y de modo lento y progresivo. Algo semejante ocurre por lo demás en lo que se refiere a la pérdida de funciones al aproximarse a la muerte. El problema práctico se reduce, en consecuencia, a poder determinar lo más pronto posible en el interior de ese proceso generativo o corruptivo los signos que indican cuando el evento ya se produjo o cuando todavía no.
Esto es, no tenemos dificultad en discernir al final del proceso, quien es un ser vivo o no, pero: ¿cuántas son las propiedades que son necesarios discernir empíricamente para estar seguro que estamos actualmente en presencia de un sujeto determinado? Aquí radica, la clave de la pregunta que hacíamos al principio.

En la búsqueda, en el intento de respuestas, Aristóteles así mismo nos aporta un concepto filosófico muy clarificador: sustancia y accidentes. Sin entrar en demasiados detalles filosóficos, diremos que Aristóteles definía sustancia como aquello en que el individuo es por sí, lo que lo hace sujeto específico e individualizador. En el individuo solo las determinaciones accidentales tienen existencia intensiva, es decir, son susceptibles de un más y un menos. El individuo puede sufrir cambios en cuanto a sus determinaciones, pero no puede modificarse intensivamente en cuanto al sujeto. El sujeto único y específico en el individuo que se desarrolla y envejece permanece completo, siempre el mismo, inalterable e inalterado, a pesar de las notables modificaciones que padece desde el punto de vista de las nuevas determinaciones que le advienen a lo largo de la historia.

3. ¿Cuándo se es persona?

Boecio en el siglo VI de nuestra era, definía a la persona como: substancia individual de naturaleza racional. De este modo, la pregunta acerca de cuándo se es persona, y de cuándo se deja de serlo, tan acuciante en nuestra época, debe ser examinada a la luz del origen conceptual e histórico de la noción de persona. De tal modo que la pregunta acerca del cuándo se es persona humana no puede ser disociada de la pregunta acerca del cuándo se es sujeto humano.

La concepción materialista actual lleva a decir que se es persona cuando ésta se constituye como sujeto cognoscente, de tal modo, que sólo se afirma la existencia de la persona cuando existen evidencias suficientes de que el individuo humano está en capacidad próxima de sentir, sufrir o pensar. Dado que en la concepción materialista se suele tener el encéfalo por causa suficiente del sentir y del pensar, la presencia o ausencia de un encéfalo pasa a constituirse en el criterio empírico de personalidad. Este tipo de ideas acerca de la realidad de la persona humana son las que se encuentran detrás de muchas opiniones que sostienen que solo es posible hablar de persona por relación del embrión cuando ha habido algún grado de desarrollo del sistema nervioso.

Existe una segunda corriente de pensamiento cuyos fundamentos filosóficos rara vez se explicitan, y que sostiene que el producto de la fecundación humana o “conceptus” o “preembrion” humano, no sería persona humana hasta la anidación o hasta el momento en el cual ya no sea posible que en condiciones naturales se genere uno o más gemelos verdaderos ya que la posibilidad de gemelos es señal cierta de su no-individualidad. Sobre esto último hay que hacer la siguiente reflexión: Si en un futuro próximo se pudiese clonar un ser humano a partir de sus células adultas, lo que por el momento es imposible, ¿significaría esto que a partir de ese momento tendríamos que comenzar a reconsiderar que un ser humano adulto es verdaderamente un individuo? En síntesis, no somos capaces de percibir la fuerza del argumento que sostiene que el conceptus no puede ser considerado un individuo humano en su fase de zigoto, mórula o blastocisto, por el solo hecho que en cualquiera de esas fases es aún posible que se generen a partir de él uno o varios nuevos individuos. Por lo demás, para el caso de los gemelos unizigóticos naturalmente generados, nadie sabe en la actualidad cuál es el momento en el que opera el determinante que lleva a la división. No podemos descartar a priori que la gemelación no se encuentre predeterminada desde el momento mismo de la fecundación; al menos para el caso de la gemelación no inducida experimentalmente.

4. El preembrión o conceptus

Veamos la cuestión de si el conceptus es o no persona humana, ¿podemos decir positivamente que el conceptus humano es un individuo humano? Estamos aquí frente a un problema distinto, para el cuál debemos responder previamente a la pregunta acerca de lo que sea un individuo humano. Pues bien, un individuo humano es un ser vivo perteneciente a la especie humana, y en tanto que tal ha sido reconocido desde antiguo como un animal racional. Ciertamente una mórula o un blastocisto no responde a la apariencia habitual de los seres humanos con los que convivimos. Pero, ¿es la apariencia sensible de las cosas una razón suficiente para juzgar acerca de su verdadera naturaleza?

Más allá de un problema de tamaños y de apariencias lo que debemos juzgar es si acaso frente al ´conceptus´ temprano estamos o no en presencia de un individuo humano, es decir, si estamos frente a un sujeto vivo de la especie humana que en el curso de su historia individual deberá manifestar todas sus virtualidades. Si nuestra respuesta es positiva, tendremos que conocer más allá de las apariencias que estamos frente a una persona. Si nuestra respuesta es negativa tendremos que dar cuenta acerca de qué tipo de realidad es el preembrion.
¿Qué elementos de juicio podemos tomar a partir de la biología? Una vez realizada la reacción acrosomal en el espermatozoide fecundante se produce la penetración de éste en la zona pelúcida y de las membranas del ovocito, dando comienzo a lo que se ha llamado ´activación del huevo´. La liberación de los gránulos corticales determina una modificación en la zona pelúcida que impide la penetración de nuevos espermatozoides y que encierra al huevo fecundado en una corteza que no se romperá hasta la anidación.

Una vez ingresado el núcleo del espermatozoide con su centríolo a la célula ovocitaria se desencadena en rápida sucesión una compleja cascada de fenómenos de los cuales sólo conocemos una fracción: desagregación del material cromosómico procedente del padre, terminación de la meiosis en el material cromosómico proveniente de la madre con liberación del segundo corpúsculo polar, reorganización del citoesqueleto, formación de dos pronúcleos rodeados de membrana y duplicación del material genético, configuración del huso mitótico, lectura de los ácidos ribonucléicos mensajeros citoplasmáticos, activación del metabolismo celular, acercamiento y ulterior disolución de los pronúcleos, alineación de los cromosomas, etc. Ahora bien, y más allá de esta proliferación de datos: ¿qué es el zigoto a partir del cierre de la zona pelúcida?

Se trata sin lugar a dudas de una célula única, rodeada de membrana, metabólicamente activa. El espermatozoide como tal ya no existe, y el ovocito original se encuentra importantemente modificado, sobre todo luego del fin de la segunda división meiótica. No vemos más que dos posibilidades: o estamos frente a una célula única, o frente a un organismo unicelular. De ser una célula única, se trataría de una célula original que como tal no sería parte de ningún organismo. Si se trata de un organismo unicelular no tenemos duda que se trata de un organismo de la especie humana y que ya posee además características distintivas individualizadoras.

El pasado 13 de mayo la prestigiosa revista Nature (“Reproductive biology: Delivering spermatozoan RNA to the oocyte,” nº 429: 154) hacía público el descubrimiento del equipo del Dr. Ostermeier: la presencia de ARNm espermático en óvulos recién fecundados.

El papel fundamental del ARNm es el de actuar de trasmisor o intermediario de la información genética para su transferencia desde el ADN (núcleo celular) al citoplasma, donde se produce la biosíntesis de las proteínas, que son las moléculas destinatarias de la información. Es decir, que cuando un gen (ADN) va a expresarse, y sólo en ese momento, se activa la síntesis de un ARNm, éste se traslada al citoplasma, y allí se sintetiza la proteína codificada por dicho gen. Por lo tanto, la presencia de ARNm en una célula implica actividad genética.

Esta se lleva a cabo en dos etapas: la transcripción (paso de ADN a ARNm ó transcrito) y la traducción (del ARN-m a la proteína).
El equipo del Dr. Ostermeier ha empleado la reacción en cadena de la polimerasa (o PCR) con una transcripción inversa, para determinar qué trascritos (ARNm) están presentes en los espermatozoides, pero no en ovocitos aún no fecundados: encontrando seis. Esto implica que los espermatozoides liberan estos transcritos en el citoplasma del óvulo durante la fertilización.

Para investigar esta posibilidad emplearon un ensayo de “zona libre” de penetración de esperma humano en ovocito de hámster. Es este un ensayo clínico Standard para testificar la viabilidad del esperma humano. Paralelamente con técnicas de PCR en tiempo real se investigó transcripción en espermatozoides humanos, ovocitos de hámster y cigotos híbridos humano/hámster.
Las preparaciones de ARN estaban exentas de contaminación: es decir, no se detectó la pareja de bases 310 (el gen de la protamina-2). Solamente se detectaron los transcritos de protamina-2 y clusterina en los espermatozoides, cigotos y en control positivo, pero no en los ovocitos de hámster ni en el control negativo.

Estos resultados demuestran que el espermatozoide libera ARN en el óvulo al fertilizarlo. Sin entrar en detalles sobre la eticidad de dichos experimentos, creo que queda bien demostrado que el preembrion es un individuo humano desde el momento de la fecundación anulando así los argumentos que la negaban:

Citaré rápidamente otros argumentos que se dan para la negación del conceptus de persona humana:

1. Para algunos autores este momento estaría dado en el momento de la unión de los pro núcleos previamente a la primera segmentación.
2. Para otros autores la colección blastocística de células humanas se transformarían en un individuo humano en el momento de la implantación, es decir, 5 a 6 días post fecundación.
3. Para otros autores el grupo de células humanas sólo se transformaría en un ser humano el día 14 cuando aparece la estría primitiva.
4. Otros autores afirman que se es humano cuando se forma el cerebro. Pues bien, para algunos, el cerebro comenzaría con la primera diferenciación del sistema nervioso primitivo del embrión, es decir en el día 19. Para otros, en la tercera a cuarta semana cuando se distinguen las 5 mayores regiones del futuro cerebro. Para otros cuando aparecen arcos reflejos. Para otros el hito lo constituiría la aparición o la organización del electroencefalograma. Para otros, cuando hay movimientos espontáneos de brazos y piernas. Y así sucesivamente, hasta llegarse a afirmar que la calidad del ser humano sólo debería otorgarse al nacimiento si se comprueba que el individuo es sano.
5. O la manipulación semántica: Al valorar éticamente la contracepción de emergencia (píldora del día de después). En una amplia revisión sobre este tema publicada en Annals of Internal Medicine (137; E-181, 2002), al referirse al mecanismo de acción de la píldora del día de después se afirma: “la contracepción de emergencia impide que un embarazo empiece, lo que difiere fundamentalmente de la interrupción de un embarazo temprano establecido”.

De nuevo se quiere equiparar los conceptos de interrupción de un embarazo y destrucción de una vida humana, para concluir que como no hay interrupción de un embarazo no hay aborto. Con respeto a ello, en primer término hay que aclarar que el concepto de embarazo es confuso, pues hay quien establece su inicio en el momento de la fecundación y quien con la implantación del embrión. La concepción se refiere al momento en que el espermatozoide penetra y fertiliza el óvulo para formar un cigoto viable1. No se refiere al proceso de la implantación que es un suceso aparte y que ocurre pocos días después, hacia el 7° u 8° día después de la concepción. Una mujer está embarazada porque ha ocurrido la concepción, no porque se haya efectuado la implantación.

Ya se ve que todo ello no nos lleva en realidad a ninguna parte, son razonadas sinrazones para no querer reconocer la verdad: Que los datos biológicos con los que contamos en la actualidad son compatibles con la afirmación positiva de la existencia de un nuevo ser vivo humano desde pocos instantes posteriores al momento del inicio de la fecundación normal. Es decir, pocos instantes posteriores a la penetración en un ovocito normal de un espermatozoide fecundante único y del cierre de la zona pelúcida para impedir la poliespermia. Si existe desde ese momento un nuevo ser vivo humano individual, existiría, en consecuencia, desde el primer instante un sujeto humano completo en tanto que sujeto y que permanecerá individual y específicamente inalterado e inalterable a lo largo de toda su existencia, por más que esté sometido a múltiples
transformaciones desde el punto de vista de sus determinaciones adventicias. Y si existe un nuevo sujeto humano no puede sino existir una nueva persona humana que en tanto que tal exige el reconocimiento y el respeto de todos los derechos inherentes a su dignidad.

El zigoto humano recién fecundado sería, en consecuencia, un ser humano en acto, en posesión de todas sus potencialidades, y en ningún caso un ser humano potencial.

El Profesor John Dwyer, eminente investigador australiano, experto en SIDA, es quien ha descrito el momento en que el espermatozoide entra en el óvulo como la creación de un "nuevo y único individuo".

5. Sexualidad y aborto

Los cambios paulatinos hacía una mentalidad antinatalista parece infiltrarse pasivamente. Pero G. Herranz habla de una “estrategia” para trivializar el aborto. De hecho, el inventor de la píldora abortiva, E. Baulieu, ha propuesto el término “contragestión” para el aborto inducido por la RU 486, que es una contracción de “contragestación”. El objetivo de utilizar este término es que ya no se hable de aborto, que para nombrarlo se usen palabras nuevas, inocentes, sin resonancias morales, como “inductor de menstruación”, o “píldora menstrual” que hacen desaparecer los sentimientos de culpabilidad ligados al aborto.
Es bien sabido que la infiltración, primero, y la implantación después, de ideas que chocan con la ética hipocrática de la medicina, necesitan recurrir a una habilidosa manipulación de las ideas. Esto exige, a su vez, el uso de palabras trucadas y redefiniciones tácticas.

La entrada y difusión del aborto quirúrgico en la sociedad ha sido posible gracias no sólo a la legislación permisiva, sino también a la tecnología publicitaria de las fórmulas socialmente persuasivas. La naturaleza malvada del aborto queda anulada cuando el hecho de destruir una vida humana se oculta bajo el velo de expresiones nuevas e inocentes, tales como microaspiración, interrupción voluntaria de la gestación, píldora menstrual, etc. Se considera de mal gusto hablar, en relación con el aborto, de matar, asesinar o destruir seres humanos.
Es patente la intención de amoralizar, de colocar en un terreno éticamente neutro, la transmisión de la vida humana, y de reducirla a pura biología. Los nuevos términos no solo quedan desconectados de cualquier implicación moral, sino son anestesiadores de la conciencia moral.

En poco tiempo, el uso de la píldora contragestativa habrá trivializado el aborto, que se convertirá, individual y colectivamente, bajo la acción de propaganda, en un acto de civilidad y de responsabilidad sociofamiliar.

Cual es el origen de estas ideologías antinatalistas, que han surgido en el mundo occidental. Las raíces las encontramos en la anticoncepción medicamentosa moderna, que ha hecho posible su expansión a nivel masivo. La anticoncepción trata de “evitar” al niño, y progresivamente se ha ido estableciendo una mentalidad negativa hacia el hijo. Como está involucrada la sexualidad, un instinto dominante del hombre, este instinto ha ganado prioridad sobre el niño. Éste se presenta cada vez más como un efecto secundario, no deseable, de la sexualidad, y si aparece a pesar de las medidas tomadas, es rechazado y eliminado.

Hoy sabemos que la anticoncepción está estrechamente unida al aborto, nosolamente por su mecanismo de acción, sino sobre todo ideológica y psíquicamente.Sabemos que en California el 40% de las 300.000 a 500.000 abortos por año se cometen por fallos de la anticoncepción. También se sabe que precisamente en los países que más fomentan la anticoncepción, los abortos se están multiplicando. ¿Qué explicaciones razonables encontramos para este fenómeno? La explicación es sencilla: la legalización y amplio apoyo publicitario que la anticoncepción ha recibido, ha hecho que un gran número de personas haya acabado por adquirir una fe ciega en las soluciones técnicas y científicas al problema de la anticoncepción, y cuando ocurre un fallo y se produce un embarazo no deseado, estas mismas personas exigen una solución técnica y científica de este fallo, del que no se sienten en absoluto responsables.
No se puede frenar el aborto mientras no se frene la contracepción. El aborto se hace necesario una vez que se admite la contracepción, y la eutanasia resulta inevitable una vez que se admite el aborto. Hay una conexión ineludible entre contracepción, aborto y eutanasia: desde la muerte como solución a un embarazo no deseado y a la muerte como solución al excesivo envejecimiento de la población. En nuestra época hemos empezado a institucionalizar la muerte para resolver nuestros problemas. Es la cultura de la muerte.

6. Conclusiones

La información sobre técnicas anticonceptivas nunca debe ir separada de la educación sobre la sexualidad y el amor. En caso contrario, se estaría traicionando al hombre, ya que el acto sexual no es un hecho aislado del resto de la vida. Un acto sexual con el uso de cualquier método anticonceptivo se realiza en un clima de miedo al hijo. La mujer, que biológicamente participa más en la procreación, se siente a menudo paralizada por este miedo y no se puede entregar totalmente durante el acto sexual. En una situación afectiva ambivalente, esta unión no le produce alegría, sino con frecuencia una reacción de aversión. La contracepción hace a la mujer sexualmente disponible sin exigir compromiso. Pero cuando un hombre ama de verdad a una mujer, está dispuesto a casarse con ella y tener hijos con ella. Hay algo muy profundo en un acto de unión sexual sin contracepción: es la diferencia entre decir: “quiero ser padre o la madre de tu hijo” o decir: “quiero satisfacer mis deseos sexuales”.

Como demuestra la experiencia, la actitud anticonceptiva que tan difundida está, atenta contra el bien del hombre y el bien del matrimonio. Parece obvio que esta actitud deba cambiar para salvar el bien del amor humano. La tarea de educar el amor es una tarea a largo plazo para las personas llamadas a desempeñar un papel en ella: los padres, los maestros, los médicos,- cuyo papel parece especialmente responsable por recomendar con frecuencia el uso de anticonceptivos, - y finalmente los cónyuges mismos.

Preguntas o comentarios

Si deseas ver el video Decisión de Vida sobre el inicio de la vida y los argumentos científicos contra el aborto:

http://mx.youtube.com/watch?v=Ens8i6qtXwo
http://mx.youtube.com/watch?v=cdHMT53pweY
http://mx.youtube.com/watch?v=egGl8olCuAA

Si te interesa ver el video sobre 12 semanas en el vientre materno y el aborto
click aqui.



 







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