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La política es servicio

La política es servicio
La asociación Profesionales por la Ética, con ocasión de las elecciones municipales del 25 de mayo -también a los parlamentos de determinadas comunidades autónomas-, se ha planteado, fiel a su vocación de ser una "iniciativa de servicio", la elab


Por: Ezequiel Miranda Giménez-Rico.Abogado. | Fuente: www.e-cristians.net





Elecciones municipales en España: la política es servicio


 Ezequiel Miranda Giménez-Rico.Abogado. Presidente de Profesionales porla Ética Cataluña .www.profesionalesetica.com 22/05/2003



La asociación Profesionales por la Ética, con ocasión de las elecciones municipales del 25 de mayo -también a los parlamentos de determinadas comunidades autónomas-, se ha planteado, fiel a su vocación de ser una "iniciativa de servicio", la elaboración de un código ético. No pretende ser una lección de moralidad, sino un conjunto de reflexiones sobre las principales actitudes que los políticos deberían corregir para hacer de la política un verdadero servicio al ciudadano y al bien común, y no una forma de servirse a sí mismos y a sus intereses particulares o de grupo.


Las elecciones municipales siempre han sido consideradas las menos "politizadas", y utilizo el adjetivo en el sentido más peyorativo de la palabra. Quizá sea por la idea de que el municipio es una institución social natural, o más natural. La preocupación de los ciudadanos en este tipo de comicios va más encaminada a la resolución de problemas concretos en lugar de centrarse en la discusión de grandes políticas de Estado; se centra más en el hacer que en las ideologías.


Evitar la demagogia
Sin embargo, esta tendencia hace que, también en las elecciones municipales, los políticos lleguen a hacer promesas de difícil cumplimiento, particularmente en los casos en que la victoria ni siquiera se contempla: ¡qué fácil es prometer cuando se sabe que no se va a tener que cumplir lo prometido!


Prevención de la corrupción
Pero junto a la demagogia, las elecciones municipales dan acceso a los políticos a unas parcelas de poder nada desdeñables, y con un alcance y una responsabilidad económica con suficiente atractivo, no sólo para los partidos políticos de implantación nacional, sino también para esas agrupaciones políticas más pequeñas o locales que nada tienen que hacer en confrontaciones electorales de un ámbito geográfico más amplio. Así, en muchos municipios, se presentan y obtienen representación -en ocasiones, incluso, la máxima representación- agrupaciones de electores o pequeñas formaciones locales, más o menos independientes.

Ante estas dos novedades, el control de la ética económica es fundamental. Todo el mundo sabe, pero casi nadie se atreve a decirlo, que si existe corrupción en la política nacional o autonómica, no es menor el problema en la política municipal, aunque sea de inferior cuantía económica (tal vez en la casuística pero, desde luego, no a nivel agregado). Por lo tanto, todas aquellas prevenciones que se adoptan para los políticos a nivel nacional o autonómico se tendrían que aplicar, también, a los políticos municipales.


Participación ciudadana activa
La participación ciudadana en la política, cuyo máximo exponente es en el ámbito municipal, a veces queda relegada a la simple introducción de la papeleta en la urna cada 4 años. Frente a esta carencia, los políticos tienen que promocionar la presencia activa de los ciudadanos en las decisiones municipales mediante sistemas de participación más imaginativos y a través de los cuerpos intermedios de la sociedad civil. Además, los representantes municipales tienen que tomar decisiones no sólo que respondan a las necesidades de los ciudadanos, sino que además redunden en beneficio colectivo y no en provecho individual de pequeños grupos de intereses.


Contra el transfuguismo
En los comicios municipales juegan un papel muy importante los pactos postelectorales, no sólo los inmediatamente posteriores para formar el gobierno municipal, sino los que con frecuencia se producen durante el período entre elecciones. El mercadeo del voto y la figura del tránsfuga nacen, básicamente, en la política municipal y, teniendo ahí su raíz, en ese mismo ámbito es donde se tienen que volcar los mayores esfuerzos para su erradicación. El ciudadano tiene una dignidad y exige al político que cumpla con sus compromisos, los cuales son una suerte de contrato atípico para cuyo cumplimiento se tendrían que arbitrar fórmulas de exigibilidad.


Protección y promoción de la familia
Por último, el ámbito municipal también es un caldo de cultivo fundamental para la aplicación de políticas de apoyo a la familia, en especial de las que van encaminadas a obtener la conciliación de la vida familiar y laboral o profesional, principalmente -no nos engañemos- en el caso de las mujeres. Porque ahora, de repente, parece que a todos los políticos se les llena la boca con esta frase: hasta los que no creen en la familia, hablan de la conciliación de la vida familiar y laboral.

Pero al final existen muy pocas políticas concretas que se lleven a la práctica y, si alguien necesita ideas, ahí van unas cuantas: en política tributaria municipal, en vivienda, en cuidado de los niños, en transporte público, en horarios comerciales, en ayudas a la iniciativa empresarial familiar, en apoyo al trabajo desde casa, en promoción de los trabajos de media jornada, etc. ¿Alguien da más?

Sin más preámbulo, invito a los políticos a leer y comprometerse con los puntos del presente código ético, que puede servir también para otras próximas convocatorias.



CÓDIGO ÉTICO PARA LAS ELECCIONES

PRIMERO .- El presente Código de Conducta pretende regir el comportamiento de los agentes políticos durante el proceso electoral de las elecciones municipales y autonómicas de 2003, preferentemente centrada su acción en los tiempos de la llamada "precampaña" y la campaña electoral propiamente dicha.

SEGUNDO .- Durante el periodo de precampaña y campaña electoral, los partidos políticos firmantes se comprometen a presentar propuestas en sentido positivo y a no insultar ni desprestigiar gratuitamente a las otras alternativas electorales.

TERCERO .- Es muy deseable que los candidatos a cargos públicos realicen una declaración de su patrimonio antes de la convocatoria electoral. Además, los partidos deberán reconocer y respetar el derecho a la objeción de conciencia de sus representantes.

CUARTO .- Los programas electorales se realizarán de manera realista, huyendo de iniciativas que resulten imposibles de aplicar y desarrollar, ya sea por falta de competencias necesarias o por falta de posibilidades presupuestarias. Las medidas propuestas se expondrán igualmente de manera clara y precisa para que sean comprensibles para todos los ciudadanos sin posibilidad de error.

QUINTO .- El recurso a la demagogia argumentativa, bajo la apariencia de la defensa de los intereses sociales, estará vetado en su uso durante todo el proceso electoral. Por tanto, la argumentación dialéctica estará basada en principios de coherencia, claridad y defensa de los intereses generales.

SEXTO .- Se valorará especialmente la participación de los ciudadanos, colectivos vecinales, sociedad civil y entidades independientes en la elaboración, presentación y desarrollo de los diversos programas electorales.

SÉPTIMO .- Se potenciará como objetivo la cercanía al ciudadano de las propuestas, así como las respuestas a sus intereses individuales y colectivos más inmediatos siempre que sean acordes con la dignidad y los derechos fundamentales de las personas.

OCTAVO .- No se contraerán compromisos con personas, instituciones y colectivos a los que no se pueda corresponder ni con aquellos cuyas reivindicaciones redunden en perjuicio de los derechos fundamentales de las personas, en especial de los más débiles.

NOVENO .- Si se diere la posibilidad de pactos o acuerdos postelectorales, estos se desarrollarán en las máximas condiciones de transparencia, huyendo de la opacidad y la impresión de "mercadeo" político. Los candidatos se comprometerán a respetar los intereses de la ciudad y la comunidad autónoma así como los principios fundamentales de la formación política que representan.

DÉCIMO .- Se promoverán especialmente las ayudas a la familia, determinando especialmente un marco jurídico que fomente la conciliación de la vida personal y familiar de sus miembros y en especial de aquellos que deban cuidar hijos y personas mayores.







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