Es evidente que todas las personas –nos dice Ricardo Estefan Colín-, por ser inteligentes y libres, tenemos el derecho a participar en las decisiones que nos afectan, sean políticas o económicas –y agrega:

“Pero este derecho conlleva la obligación de prepararnos para participar, por eso decimos que la educación debe contemplar este aspecto tan importante de la participación como algo medular para lograr una vida política, económica y social ordenada y armónica.”

¿Cómo es esta educación?

* La verdadera educación promueve la reflexión, el análisis y el cuestionamiento profundo de las formas tradicionales de hacer las cosas.

* Debemos pugnar porque nuestras escuelas sean espacios en que los escolares participen de manera activa y se desarrollen como personas para que sepan exigir sus derechos y cumplir con sus obligaciones.

* Desde niños deben aprender a discutir, debatir y participar activamente como ciudadanos. Allí debe darse en conciencia la importancia de la justicia social, la responsabilidad global, los derechos humanos, el medio ambiente, la discriminación, etcétera.

* La educación que comúnmente se imparte enfatiza en la memorización de los conceptos y no en el aprendizaje significativo para acometer la lucha por la vida.

* La educación, como elemento central del desarrollo, deberá infundir en el educando un profundo sentido de responsabilidad tanto personal como social.

¿Cómo participar?

* Nuestra responsabilidad frente a la sociedad se cumple interesándonos, comprometiéndonos y participando en lo que esté a nuestro alcance para construir el bien común.

* La obligación de participar abarca a la familia, la escuela, la empresa, la vida pública e incluso la vida internacional, de acuerdo con la capacidad y disponibilidad de cada quien.

* La exigencia de la participación en la empresa, por ejemplo, va más allá de una división de los frutos del trabajo, debería tener una dimensión comunitaria a nivel de proyectos, iniciativas y responsabilidades.

* Es de justicia elemental repartir equitativamente los beneficios pero, al mismo tiempo, se tienen que repartir también las cargas de trabajo y las responsabilidades.

* Frente a una burocracia y una tecnocracia crecientes, hay que inventar forma de democracia moderna, dando a las personas la posibilidad de participar y comprometerse en la responsabilidad común.