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Curados en sus llagas
Estés como estés, ponte tu mismo en terapia intensiva en el corazón del Señor.


Por: Guillermo Ortiz, S.J. | Fuente: Reflexiones Siglo XXI




Aunque cueste reconocerlo, si estás peleado con un amigo tienes el corazón débil y frágil. Cuando estamos peleados con Dios pasa lo mismo. Cuando físicamente tenemos las defensas bajas nos puede entrar un virus o cualquier enfermedad. Lo mismo pasa con el espíritu, si estamos peleados con Dios tenemos las defensas bajas y quedamos a expensas del maligno, que solo busca nuestra desgracia espiritual y humana. Ofensas a Dios, maltrato a los demás, excesos y daños a nosotros mismos, nos ponen en situaciones espirituales límites y peligrosas.

¿Por qué piensas que el espíritu es distinto al cuerpo, y que el espíritu no requiere atención, recursos, alimento, medicina?

La salud espiritual es la unión con Dios, y el buen entendimiento con la gente.

Tú, ¿estás sano? Agradécele al Señor su amistad que sustenta tu salud espiritual. Si estás enfermo del espíritu, busca la cruz. No la cruz roja, ésa que tiene médicos y medicina para el cuerpo. Busca la cruz de Jesús, ésa que Jesús mismo dibuja cuando abre sus brazos, y muestra las heridas que nos curan.

En las llagas de Jesús hemos sido curados. Sus llagas nos curan del mal y nos llenan de la fuerza de la vida. Estés como estés, ponte tu mismo en terapia intensiva en el corazón del Señor, para recuperar o para fortalecer la amistad con el Señor y con la gente.

 











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