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El monacato maronita
La Iglesia Maronita toma su nombre de san Marón (350-410), un monje que vivió y murió en los entornos de Antioquia de Siria


Por: Universidad Autónoma de Ciudad Juárez | Fuente: www2.uacj.mx



La sede de Antioquia fue la primera fundada por san Pedro, de donde fue obispo hasta que se trasladó a Roma. La sucesión de san Pedro en la sede de Antioquia la ostenta el patriarca de los maronitas con el título de "Patriarca de Antioquia y de todo el Oriente", que es, desde 1986, Su Beatitud Nasrallah Pedro Sfeir, Cardenal de la Iglesia católica.

La Iglesia Maronita toma su nombre de san Marón (350-410), un monje que vivió y murió en los entornos de Antioquia de Siria. Los monjes maronitas, tanto en vida de san Marón como en los años sucesivos, se vieron envueltos en las controversias cristológicas que fueron discutidas y zanjadas de una manera ortodoxa en los concilios que van del Concilio de Éfeso (431, una sola persona en Cristo) al III de Constantinopla (680, dos voluntades en Cristo), pero especialmente en el Calcedonia (451, dos naturalezas en Cristo), tomando ellos partido de una manera resuelta por la ortodoxia. El año 452, el emperador Marciano, como premio a los maronitas por su adhesión a la ortodoxia calcedonense, les construyó un gran monasterio situado cerca de Apamea, junto al río Orontes, en Siria. Este centro crecerá rápidamente hasta convertirse en cabeza de una poderosa confederación monástica integrada por docenas de monasterios de lengua siria y rito antioqueno, en Siria y Líbano. Destruido este monasterio y víctimas de persecuciones por parte de los cristianos anticalcedonenses y por los musulmanes, los maronitas emigraron al norte de Líbano en el siglo VIII, refugiándose en las montañas. Alrededor del año 700, después de cien años de quedar vacante la sede de Antioquía, o de ser ocupada por patriarcas heréticos, el Papa san Sergio I decidió nombrar como patriarca a un monje de la Abadía de San Marón, por ser el único monasterio católico de la región. A partir de esa fecha esta sede quedó en manos de los maronitas. El primer patriarca maronita fue san Juan Marón. El patriarcado maronita evoluciónó con el tiempo hasta convertirse de una institución puramente monástica en una iglesia jerárquica con diócesis integradas por clérigos y laicos.

En tiempos de las Cruzadas se reafirmaron los lazos de unión de los maronitas con la Iglesia de Roma y desde entonces no han renunciado nunca a esa comunión.

La Iglesia Maronita se manifiesta como una iglesia nacional, hasta el punto que ninguna de las otras comunidades que tuvieron su origen a raíz del Concilio de Calcedonia presenta con tanta nitidez y fuerza el concepto de “nación” que la autoridad otomana reconocía a las Iglesias orientales. Mucho antes del dominio musulmán la comunidad maronita ya se comportaba como una unidad étnica sometida a la autoridad de un jefe venerado, el patriarca, asistido por un numeroso clero en el que predominaban los monjes. Constituidos en grupo autónomo, los maronitas poseen tan cohesión que les ha permitido vencer las dificultades y convertirse en el núcleo de la actual República del Líbano, de la que la Iglesia Maronita es pieza clave.

Es curioso señalar cómo esta Iglesia, encerrada entre sus montañas, es a la vez la más abierta al mundo exterior. Desde el siglo IX se encuentran maronitas en Damasco, Alepo, Edesa e incluso en Irak. Más tarde se extienden por Europa en Roma, Florencia, Pisa e incluso en España. Entran fácilmente en contacto con los países de Occidente donde se instalan , gracias a su catolicismo. A partir de las Cruzadas los maronitas inician un proceso de latinización, a veces excesiva, que llega a su culmen con la presencia de misioneros jesuitas que influyeron profundamente en la liturgia y la disciplina, sin que por ello perdieran los maronitas los rasgos característicos de sus tradiciones religiosas. A su vez, grandes sabios maronitas contribuyeron desde el siglo XVI a difundir en Europa el conocimiento de la lengua, la historia y la cultura de su tierra, convirtiéndose así en un puente entre Oriente y Occidente.

Los maronitas son aproximadamente 1,500.000. Aunque su país de origen y donde sigue presente el grupo más numeroso es el Líbano, están diseminados en todos el mundo, especialmente en Estados Unidos, Hispanoamérica y África.


 







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