Camino a Nazareth, Separados en Nueva Unión
Por: Silvia y Jorge Castello |
Pastoral para "separados en nueva unión"
Camino a Nazareth es una comunidad de matrimonios, algunos en primera unión y otros en segunda unión, y tienen como objetivo seguir el ejemplo de la familia de Nazareth, contando con el asesoramiento de los sacerdotes que acompañan su proceso de crecimiento en la fe.
Constituyen una pastoral específica dirigida a quienes han vuelto a formar una nueva unión; como los que están al frente de las actividades primarias son matrimonios en esa situación, les permite comprender y contener de una manera especial a los que se acercan, ya que han pasado por situaciones semejantes.
Desarrollan una actividad importantísima para acoger y contener dentro de la Iglesia a los matrimonios separados en nueva unión, y ayudan a dar educación cristiana a sus hijos y vivir su compromiso de bautizados.
Acompañan a los matrimonios a profundizar en la Palabra y a perseverar en la oración, ayudándolos a integrarse en sus parroquias de pertenencia en el servicio en alguna de las áreas. Promocionan obras de caridad a los más necesitados y, una vez insertos o reinsertos en la Iglesia, se transformen en un hogar abierto y apostólico
Un poco de historia en la Argentina
En el año 1995, un matrimonio en nueva unión, Silvia y Jorge Castello y el Padre Juan Francisco Ronconi SDB, párroco de San Carlos de Buenos Aires, se proponen iniciar un camino nuevo, junto al matrimonio Julia y Vicente Farina, para dar respuesta a esta realidad desafiante para la Iglesia.
El 20 de agosto de 1995, con el visto bueno de Mons. Raúl Rossi, se realiza en la Parroquia San Carlos, la 1° Jornada de Convivencia Cristiana. Actualmente cuentan con el aval del Arzobispo Primado de la Argentina, Cardenal Jorge M. Bergoglio, que define a CAMINO A NAZARETH, como una "pastoral específica y necesaria"
Una pastoral con sólida base doctrinal
La Exhortación Apostólica Postsinodal sobre la Misión de la Familia Cristiana en el Mundo Actual: Familiaris Consortio, en el punto 84 (Juan Pablo II - 1981) ofrece un punto de partida excelente para todo el trabajo que se está haciendo:
"La Iglesia, en efecto, instituida para conducir a la salvación de todos los hombres, sobre todo a los bautizados, no puede abandonar a sí mismos a quienes -unidos ya con el vínculo matrimonial sacramental- han intentado pasar a nuevas nupcias. Por lo tanto, procurará infatigablemente poner a su disposición los medios de salvación.
Los pastores, por amor a la verdad, están obligados a discernir bien las situaciones. En efecto, hay diferencia entre los que sinceramente se han esforzado por salvar el primer matrimonio y han sido abandonados del todo injustamente, y los que por culpa grave han destruido un matrimonio canónicamente válido. Finalmente están los que han contraído una segunda unión en vista a la educación de los hijos, y a veces están subjetivamente seguros en conciencia de que el precedente matrimonio, irreparablemente destruido, no había sido válido.
En unión con el Sínodo exhorto vivamente a los pastores y a toda la comunidad de los fieles para que ayuden a los divorciados, procurando con solícita caridad que no se consideren separados de la Iglesia, pudiendo y aún debiendo, en cuanto bautizados, participar en su vida. Se les exhorta a escuchar la Palabra de Dios, a frecuentar el sacrificio de la Misa, a perseverar en la oración, a incrementar las obras de caridad y las iniciativas de la comunidad en favor de la justicia, a educar a los hijos en la fe cristiana, a cultivar el espíritu y las obras de penitencia para implorar de este modo, día a día, la gracia de Dios. La Iglesia rece por ellos, los anime, se presente como madre misericordiosa y así los sostenga en la fe y en la esperanza".
Objetivos
Acoger y contener dentro de la Iglesia a los matrimonios separados en nueva unión.
Ayudar a fortalecer los vínculos familiares, y darle una educación cristiana a sus hijos; viviendo su compromiso de bautizados en la fe de Nuestro Señor Jesucristo
Acompañar a los matrimonios a profundizar en la Palabra y a perseverar en la oración
Promocionar obras de caridad a los más necesitados
Ayudarlos a integrarse en las parroquias a las que pertenezcan, pudiendo dar servicio en alguna de las áreas
Una vez insertos y, evangelizándose se transformen en un hogar apostólico.
¿Cómo nos iniciamos en esta pastoral?
Nos iniciamos con una jornada de convivencia cristiana, que consiste en un mini-retiro de diez horas aprox. Están a cargo de un sacerdote y matrimonios en nueva unión, que a partir de charlas y testimonios, hacen una revisión de vida, desde el encuentro con uno mismo, con nuestro esposo, pero fundamentalmente con Dios, y comprobar que volver a Él es posible. Es para matrimonios en esa situación, pero especialmente para quienes creen que por esta situación Dios los abandonó, o que no pertenecen a la Iglesia.
A partir de la jornada, se les propone un Camino de crecimiento espiritual al matrimonio, para vivir la fe de Nuestro Señor Jesucristo en familia.
Cada año, este Camino se forma con distintas actividades, que nos permiten seguir creciendo en la fe y en el servicio a otros hermanos, y en las distintas áreas de las parroquias a las cuales pertenecemos, creciendo mediante la Palabra y la Oración y dando servicio en donde podamos realizarlo.
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