Paz, diálogo y esperanza, las claves de la Visita del Papa
Fuente: Radio Vaticana
El encuentro con los jóvenes en el Centro Diocesano San Juan Pablo II fue la última etapa del Viaje Apostólico del Papa Francisco a Sarajevo. Una Visita de un día intenso y con muchos momentos emocionantes. Después de este VIII Viaje Internacional del pontificado de Francisco, el Director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi comenta a los micrófonos de Radio Vaticano el significado y la importancia de este Viaje.
El servicio es de nuestro compañero, Alessandro Gisotti:
R.- Los cinco momentos en Sarajevo han sido extremamente importantes, si bien es cierto, del punto de vista emotivo el encuentro con el clero en la Catedral y el encuentro por la tarde con los jóvenes fueron los que más han impactado. De hecho, como era de esperar, el Papa dejó de lado el discurso que tenía preparado para dirigirse de modo completamente espontaneo, con una expresión muy intensa y fuerte en ese momento. Pero esto no debe hacer olvidar la importancia extraordinaria de los otros momentos. Por lo cual, para mí, es difícil afirmar que uno sea más importante que el otro. Para nosotros, evidentemente, la celebración Eucarística, con toda la comunidad católica de Sarajevo ha sido ciertamente el momento crucial de una jornada de este tipo.
Tengamos también en cuenta, el Encuentro Interreligioso: este Encuentro ha sido de alto nivel y también la participación de los otros líderes religiosos, que estuvieron presentes y que han hablado, eran eminentes en su condición. Quien estaba presente entendía que el trabajo del Consejo Interreligioso, que estaba representado por estos líderes, junto al Papa, es un trabajo extremamente importante, de larga duración, de larga prospectiva y que se va profundizando para establecer verdaderamente un contacto en lo más profundo del corazón sobre la posición y la base de la fe, del credo religioso, y no de los intereses o de los momentos de la política o de la economía, sino sobre una base religiosa profunda entre creyentes de las diversas confesiones presentes en ese País.
Por todo ello, quisiera decir que todo ha sido extremamente importante y todo ha sido extremamente unitario, porque es claro que el Papa era peregrino de paz y de diálogo – como dijo él mismo – y ha realizado esta peregrinación en diversas formas y con diversos interlocutores, pero con un mensaje extremamente unitario, desde los responsables políticos a los responsables religiosos, a la comunidad católica, a los jóvenes.
P.- El País que recibió a Juan Pablo II hace 18 años atrás tenía las heridas abiertas por la guerra. El País que recibió a Francisco tiene un rostro nuevo. ¿De qué modo, el Papa Francisco ha propuesto a Sarajevo como modelo de concordia para el mundo? ¿Se puede decir que el “diálogo” es un tema clave de su pontificado en Roma como en los Viajes Internacionales?
R.- Sí. Efectivamente el Papa es una persona que promueve con su presencia, además que con sus palabras, la cultura del encuentro. También ayer, más allá de las formulas y de los contenidos de sus discursos, impactaba como era su persona, su personalidad de líder religioso y humano creíble, respetado por todos… un poco por todos los pueblos en el mundo, que con su presencia animaba a dar pasos adelante, en situaciones que continúan teniendo dificultades; animaba a los jóvenes a caminar hacia el futuro. Pues su discurso estaba bien articulado en términos de esperanza, que es otra de las grandes palabras que el Papa ha utilizado, diciendo sea a los religiosos que deben realizar una pastoral de la esperanza, sea a los jóvenes que deben ser la esperanza de ese País que mira hacia el futuro, el País que sale de la guerra; una generación que se hecha la guerra a la espalda para construir juntos un futuro en armonía. Efectivamente daba una sensación de gran alegría poder vivir en la ciudad, que ya ha renovado sensiblemente su rostro después de las destrucción de la guerra, y poderla vivir como una ciudad que debe encontrar su vocación como símbolo de reconstrucción en la comunión, en la diversidad, en la convivencia pacífica y en la armonía de sus diversos componentes. Todo esto mientras que en nuestra memoria queda todavía ese gran símbolo de división y de guerra.