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El Espíritu Santo en la Iglesia naciente
Buscad la caridad y aspirad a los dones espirituales


Por: Mariano Ruiz Espejo | Fuente: Catholic.net



Recojo una selección de textos del nuevo testamento que nos hablan sobre el Espíritu Santo en los comienzos de la Iglesia.

Hechos de los Apóstoles 1,4-5.8.14; 2,1-4.32-33; 8,14-15.17; 10,19-20; 19,6-7:

Mientras [Jesús resucitado] estaba comiendo con ellos, les ordenó: “No os vayáis de Jerusalén, sino aguardad la Promesa del Padre, que oísteis de mí: Porque Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados con Espíritu Santo dentro de pocos días.”…

“… vosotros recibiréis una fuerza, cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros, y de este modo seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría, y hasta los confines de la tierra.”…

Todos ellos perseveraban en la oración, con un mismo espíritu, en compañía de algunas mujeres, y de María la madre de Jesús, y de sus hermanos…



Pentecostés

Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos con un mismo objetivo. De repente vino del cielo un ruido como una impetuosa ráfaga de viento, que llenó toda la casa en la que se encontraban. Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos; se llenaron todos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en diversas lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse…

[Pedro:] A este Jesús Dios le resucitó; de lo cual todos nosotros somos testigos. Así pues, exaltado por la diestra de Dios, ha recibido del Padre el Espíritu Santo prometido y lo ha derramado; esto es lo que vosotros veis y oís…

Al enterarse los apóstoles que estaban en Jerusalén de que Samaría había aceptado la palabra de Dios, les enviaron a Pedro y a Juan. Estos bajaron y oraron por ellos para que recibieran el Espíritu Santo… Entonces les imponían las manos y recibían el Espíritu Santo…

Estando Pedro pensando en la visión, le dijo el Espíritu: “Ahí tienes unos hombres que te buscan. Baja, pues, al momento y vete con ellos sin vacilar, pues yo los he enviado.”…



Y, habiéndoles Pablo impuesto las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo y se pusieron a hablar en lenguas y a profetizar. Eran en total unos doce hombres…

Romanos 5,5; 8,14.26-27:

[San Pablo:] “… y la esperanza no falla, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado.”…

“En efecto, todos los que se dejan guiar por el Espíritu de Dios son hijos de Dios… Y de igual manera, también el Espíritu viene en ayuda de nuestra flaqueza. Pues nosotros no sabemos pedir como conviene; mas el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables, y el que escruta los corazones conoce cuál es la aspiración del Espíritu, y que su intercesión a favor de los santos es según Dios.”

1ª Corintios 2,12-13; 6,19-20; 12,4-7; 14,1.12:

Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que viene de Dios, para conocer las gracias que Dios nos ha otorgado, de las cuales también hablamos, no con palabras enseñadas por la sabiduría humana, sino enseñadas por el Espíritu, expresando realidades espirituales en términos espirituales...

¿O no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que está en vosotros y habéis recibido de Dios, y que no os pertenecéis? ¡Habéis sido bien comprados! Glorificad, por tanto, a Dios en vuestro cuerpo…

Diversidad y unidad de los carismas.

Hay diversidad de carismas, pero un mismo Espíritu; diversidad de ministerios, pero un mismo Señor; diversidad de actuaciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos. A cada cual se le otorga la manifestación del Espíritu para provecho común…

Buscad la caridad; pero aspirad también a los dones espirituales, especialmente a la profecía… Así pues, ya que aspiráis a los dones espirituales, procurad abundar en ellos para la edificación de la asamblea.

Gálatas 4,6-7; 5,18.25-26:

Y, como sois hijos, Dios envió a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo que clama: ¡Abbá, Padre! De modo que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero por voluntad de Dios…

Pero, si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley… Si vivimos por el Espíritu, sigamos también al Espíritu. No seamos vanidosos provocándonos los unos a los otros y envidiándonos mutuamente.

Efesios 4,30; 5,18:

No entristezcáis al Espíritu Santo de Dios, con el que fuisteis sellados para el día de la redención…

No os embriaguéis con vino, que es causa de libertinaje; llenaos más bien del Espíritu.

1ª Tesalonicenses 5,19:

No extingáis el Espíritu.

1ª Pedro 1,12:

Les fue revelado [a los profetas] que no administraban en beneficio propio sino en favor vuestro este mensaje que ahora os anuncian quienes os predican el Evangelio, en el Espíritu Santo enviado desde el cielo; mensaje que los ángeles ansían contemplar.

2ª Pedro 1,21:

… porque nunca profecía alguna ha venido por voluntad humana, sino que hombres, movidos por el Espíritu Santo, han hablado de parte de Dios.

1ª Juan 2,20; 3,24; 4,2-3:

Vosotros tenéis la unción del Santo, y todos vosotros lo sabéis…

Quien guarda los mandamientos mora en Dios y Dios en él; en esto conocemos que mora en nosotros: por el Espíritu que nos ha dado…

En esto reconoceréis al espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa a Jesucristo, venido en carne mortal, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa a Jesús, no es de Dios; ese tal es del Anticristo, de quien habéis oído que iba a venir; pues bien, ya está en el mundo.

Judas 17-21:

En cambio vosotros, queridos; acordaos de las predicciones de los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo. Ellos os decían: “Al fin de los tiempos aparecerán hombres sarcásticos que vivirán según sus propias pasiones impías.” Éstos son los que crean divisiones, viven una vida sólo natural sin tener el espíritu.

Deberes de la caridad.

Pero vosotros, queridos, edificándoos sobre vuestra santísima fe y orando en el Espíritu Santo, manteneos en la caridad de Dios, aguardando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna.







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