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Reflexión del evangelio del martes 20 de diciembre 2016

Hoy contemplemos a María
Hoy podemos acercarnos a María para junto con ella sensibilizarnos para recibir al Mesías. ¿Quién es María?


Por: Mons. Enrique Diaz, Obispo Coadjutor de la Diocesis de San Cristobal de la Casas | Fuente: Diocesis de San Cristóbal de Las Casas



Isaías 7,10-14: “He aquí que la virgen concebirá”

Salmo 23: “Ya llega el Señor, el rey de la gloria”

San Lucas 1,26-38: “Concebirás y darás a luz un hijo”

 

El domingo pasado que iniciábamos la última semana antes de la Navidad reflexionábamos en los nombres de Jesús y en todo lo que significa su presencia en medio de nosotros.



Hoy podemos acercarnos a María para junto con ella sensibilizarnos para recibir al Mesías. ¿Quién es María? Nosotros estamos acostumbrados a contemplarla, pero muchas veces la imaginamos como nos han acostumbrado a verla: con grandes ropajes, con grandes coronas, con tronos, como una princesa de cuentos y castillos.

La realidad de María debía ser muy otra, hasta el punto que muchos dicen que sería marginada, de acuerdo a las tradiciones judías, hasta por cuatro motivos: por ser mujer, por ser pobre, por ser joven y por ser galilea.

Pero es ella quien ahora hace actual la profecía de Isaías, y es ella quien recibe el anuncio del ángel. Dios rompe todos los esquemas humanos y sigue sus propios derroteros. Nos enseña que la salvación llega a través de medios sencillos y humildes. Pero aún a esta muchachita tan insignificante del pueblo de Nazaret, se le pregunta si acepta ser la madre del Salvador.

Dios es el único que respeta la libertad y los derechos aún de los más pequeños y olvidados. Se sorprende María, pero se atreve a preguntar cómo será posible ser madre permaneciendo virgen. Su diálogo tiene respuestas y explicaciones e imaginando todos los riesgos se atreve a dar un sí que hace realidad el proyecto de Dios y que introduce a Jesús en la historia. Un sí pleno y comprometido, un sí desde su pequeñez y sencillez. 

Hoy contemplemos a María, junto a ella miremos cómo se desarrolla la historia de nuestro tiempo, con ella dialoguemos sobre la necesidad de la presencia de Cristo entre nosotros y con ella platiquemos si somos capaces también nosotros de dar un sí comprometido y sin condiciones, un sí que haga presente a Jesús en nuestro tiempo, un sí capaz de romper todos los esquemas y todas las adversidades.



¿Queremos que nazca Jesús en nosotros? Necesitamos también nosotros dar nuestro sí.







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