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Vicente Montserrat Millán, Beato
Sacerdote y Mártir, 1 de agosto


Por: n/a | Fuente: diocesisalmeria.es



Sacerdote y Mártir

Beato José Álvarez-Benavides y de la Torre y 114 compañeros asesinados por «odio a la fe» entre 1936 y 1939, en diversos lugares de Almería, España.

Fecha de beatificación: 25 de marzo de 2017, durante el pontificado de S.S. Francisco.

Breve Biografía


En la Iglesia Parroquial de san Mateo de su murciana ciudad natal fue bautizado a los cuatro días de su nacimiento. Con tan sólo diez años, en 1914, ingresó en el Seminario de san Fulgencio de Muria. Al establecer su padre, comerciante de profesión, un nuevo negocio en Almería la familia se trasladó y él concluyó sus estudios en el Seminario de san Indalecio.

El dos de junio de 1928, en el Santuario de la Santísima Virgen del Mar, fue ordenado presbítero por el Obispo fray Bernardo Martínez Noval. Para celebrar su primera Misa regresó a Lorca, festejándola con enorme gozo en su Parroquia natal. Durante los primeros tres años de su ministerio fue Coadjutor de Cantoria. En 1931 obtuvo licencia para tomar posesión de la capellanía oscense de Villanueva de Sigena y administrador de la finca Cuarto bajo del Sisallar.

Doña Antonia, su hermana, recordaba que: « Mi hermano desde que era pequeño quería ser sacerdote e ingresó en el Seminario. Era buenísimo, buen estudiante. No dieron nunca queja de él sus superiores. No era una persona agarrada al dinero, era más bien desprendido. Cuando celebraba la Misa, al salir, entregaba el estipendio a una gitana que pedía en la puerta. »



La convulsión política de aquella comarca de Monegros era grande, prodigándose su celo pastoral entre sus feligreses para prepararlos a la inminente Persecución Religiosa. Él mismo, sabiéndose amenazado, pidió al Capellán del Real Monasterio de santa María de Sigena que le administrara los últimos sacramentos.

El uno de agosto de 1936, tras celebrar la Santa Misa, fue detenido y trasladado al pueblo zaragozano de La Almolda. Nada más llegar, hacia las cuatro de la tarde, fue martirizado junto a las tapias del cementerio. Diez disparos y una puñalada colocaron sobre sus sienes, de treinta y dos años, la corona de los Mártires de Cristo.

 







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