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#ProhibidoOlvidar:Mi viaje a Jerusalén
Talentos trabajando


Por: Valeria Macedo Menchaca | Fuente: Catholic.net



 

Talentos Trabajando es el nuevo proyecto de Catholic.net, donde invitamos a todos los talentos jóvenes a compartir con nosotros, a través de las letras, su experiencia de Dios. Cada miércoles estaremos publicando en esta sección un artículo nuevo.

 

 

Me fui de colaboradora durante el mes de Julio del 2017 a Jerusalén. Fue la mejor experiencia  que he tenido en mi vida, pues tuve la oportunidad de experimentar a  un Dios vivo en mi corazón. Todo el año previo a mi verano estaba muy emocionada por tener un tiempo de descanso escolar diferente,  sabía que me podía tocar cualquier lugar de la República Mexicana o en algún lugar fuera del país donde se necesitara una colaboradora ECyD.




A finales de Abril regresando de Misiones, me entregaron mi destino, todo paso por mi cabeza, tenía muchas ganas de estar en Tijuana porque  había escuchado los testimonios de  compañeras que años anteriores les había tocado estar ahí.


Pues  Dios me tenía preparado algo completamente especial  a lo que esperaba, mi  destino: Jerusalén. Qué grande es Dios,  me regalo nuevamente la oportunidad de regresar 3 años después al lugar donde nació.  Años atrás habíamos ido de peregrinación con mi familia, pero en ese tiempo nunca paso por mi cabeza que podría regresar.


Llego el día, iba un poco nerviosa al aeropuerto pues  mi cabeza se lleno de miedos sin sentido. Ahí me encontré con otra de las colaboradoras que iban, ella iba llegando de Monterrey.  Empezó el primer  regalo, conocer a una de mis hermanas de verano,  Ceci, me sentí acompañada, ya no viaja sola, iba con  una nueva hermana con quien estaríamos juntas más de 30 días.


Después de más de 18 horas de vuelo llegamos a Jerusalén donde nos esperaban las Consagradas  que estarían acompañándonos, cuidándonos los siguientes días. Horas después llegaron las otras 3 hermanas que tendría en estas vacaciones,  María  de  Guadalajara,  Gaby de Venezuela y  Glory la mayor, ella ya está estudiando la universidad.
 

Ya en  Tierra Santa comenzó todo,  para lo que nos habíamos preparado durante todo el año. Estuvimos trabajando en un campamento de alrededor de 300 niños Palestinos católicos, nuestra participación ahí era ayudarlos en su formación cristiana y dándoles un poco de clases de inglés. Nos encargamos de apoyar a los responsables del campamento, que es dirigido por Franciscanos cada verano.  Fueron 3 semanas muy intensas, de muchísimo trabajo pues nuestro día comenzaba desde antes de las 6am y terminaba después de las 11pm.




En particular, lo  que me ayudaba a levantarme todos los días con una buena actitud era saber que todos esos niños que acudían al campamento siempre  llegaban alegres, con mucho entusiasmo de participar en todas las actividades que hacíamos a pesar de todos los obstáculos que tenían para llegar ahí.


Al  terminar las actividades, regresábamos a la casa a descansar un poco, a tener un rato de oración y prepararnos para el banquete de la noche, que tuvimos la oportunidad de disfrutar varias noches. Si, era ir y  velar al SANTO SEPULCRO.  Estar toda la noche ahí, con un calor muy especial, contemplando, orando y teniendo un dialogo profundo con Dios. Ahí llevaba todas las peticiones que muchos amigos me dieron antes de salir de México, o me enviaban. Las entré, rezaba por ellos para que Dios les concediera lo que necesitaban. Pasaba muy rápido toda la noche, le pedía que se parara el reloj para no tener que salir de ahí.  


Legaba la madrugada, 5 de la mañana  y corríamos a la casa para arreglarnos y salir a dar un día mas con los niños que llegaban alegres por participar en ese campamento.   


Terminando este tiempo con los niños, nos fuimos a MAGDALA, Ciudad de María Magdalena.  Nos instalamos en una casa muy cerca del  Mar de Galilea y del “Proyecto Magdala” que pertenece a los Legionarios de Cristo. Más regalos,  el día que llegamos fue el sábado 22 de julio, día que la iglesia la conmemora.


Para mí María Magdalena, tiene un antes y un después. Al llegar acudimos a  misa parroquial, a celebrar su día y la homilía entro a lo más profundo de mi corazón  porque el Padre nos decía que nosotros podíamos ser como María Magdalena. Tal vez no  seriamos tan famosas como ella, probablemente no estaríamos en los noticieros, pero si podíamos  estar en el libro de Dios y  dejar como lo hizo ella, que Dios escribiera en ese libro.


A  partir de ese momento  me empecé a cuestionar que quería hacer de mi vida y si estaba dispuesta a ser ese libro y dejar que Dios escribiera sobre mí. Pero no solamente era poner hojas blancas en ese verano sino cuándo regresará a México.


Todos los días me encomiendo a Dios, trato de dejarle esas hojas blancas para que el escriba, seguro tengo que ser mas perseverante y trabajar mucho para que me él haga el mejor libro de vida. Solo Él sabrá sacar  el mejor   “Best Seller” de mí.


Termino el  tiempo donado a Él, con todos los sentimientos encontrados. Quería regresar a dar mi testimonio a contarles a todo el mundo lo que había vivido, pero al mismo tiempo no quería regresar porque sin duda alguna ha sido el mejor verano de mi vida.

 
Sigo contando mi experiencia, sigo disfrutando ese tiempo  y dejándome guiar a donde Dios quiera que vaya.

 

 

 

 


#ProhibidoOlvidar  #ElMejorVerano  #Colablife  #MeAma y lo amo.

Por:Valeria Macedo Menchaca

Estudiante de Preparatoria

 







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