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Ven, Señor, rey de justicia y de paz
Fe, justicia, silencio para escuchar al Señor, discernimiento para descubrir el mensaje, son cualidades de José.


Por: Mons. Enrique Diaz, Obispo de la Diócesis de Irapuato |



Jeremías 23,5-8: “Yo haré surgir un renuevo en el tronco de David”
Salmo 71: “Ven, Señor, rey de justicia y de paz”
San Mateo 1,18-24: “Jesús nació de María, desposada con José, hijo de David”

 

Hemos estado reflexionando en estos días sobre todo en dos personajes que nos ayudan a preparar la Navidad: María y Juan el Bautista. Hoy vuelve a aparecer María como la madre de Jesús, envuelta en todo el dramatismo de un embarazo con todas las dificultades humanas. Pero aparece también otro personaje que nos ayuda a preparar el nacimiento de Jesús de un modo muy especial: José.

Ya sabemos que los evangelios de infancia no son precisamente una historia sino que están basados sobre todo en propósitos teológicos para ayudarnos a comprender mejor a Jesús. Pues aquí aparece José, un hombre que, según la genealogía, une a Jesús con toda la tradición y las promesas del pueblo de Israel. Pero José es sacudido por los acontecimientos y hace resaltar su figura forjada en la fe y en la humildad.  Pocas explicaciones y en sueños misteriosos, graves compromisos al aceptar ser padre de Dios.

Y sin embargo, si en un principio aparece justo abandonando a María, después en silencio respetuoso, en responsabilidad sostenida, en obediencia humilde, cumple la misión maravillosa y difícil que se le ha encomendado. Fe, justicia, silencio para escuchar al Señor, discernimiento para descubrir el mensaje, son cualidades que a primera vista nos ofrece José. Acerquémonos a él y preguntemos cómo puede nuestro mundo ser justo cuando vivimos en medio de tanta corrupción y tanta injusticia. Aprendamos cómo él confía toda su vida y toda su historia a Dios. Solamente quien está dispuesto a una apertura total y obediente a los designios de Dios es capaz de superar las más grandes dificultades. Escuchando su palabra se siente seguro y afronta los más difíciles problemas.



Que San José nos ayude en este tiempo tan especial a descubrir la palabra de Dios que nos impulsa a discernir la realidad y a tomar las decisiones correctas que nos acercan al Salvador. Junto con José preparemos entusiasmados el nacimiento de Jesús.

 







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