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Regalo de Amor
La alegría de la resurección


Por: María Esther de Ariño | Fuente: Catholic.net



Llegó la Semana Santa. Los lugares de recreo y diversión se han llenado pero también ha habido muchas familias que no pudieron salir... (porque si no alcanza para la leche menos para ir de paseo)  y otras muchas se fueron, no solo a dar sino a darse en las Misiones que se organizaron para los pequeños pueblos de toda la República y otras estuvieron en los actos y Oficios que en cada Parroquia se han llevado a cabo en estos días. Días santos, días especiales, muy particularmente el Jueves Santo, el Viernes Santo y el Sábado en la madrugada del Domingo de Resurrección.

Jueves Santo, día del momento más sublime del amor. Regalo de amor. Cristo se queda con los hombres  de todos los tiempos para ser alimento espiritual. Cristo crea lo que solo un Dios enamorado de sus criaturas pudiera inventar. ¡Qué más cercanía puede haber que el acto de comer al mismo Dios para que poco a poco nos parezcamos a El!. Si El es nuestro alimento, a fuerza tenemos que ser un poco Cristos en todas las acciones de nuestra vida, especialmente con nuestros hermanos.
Y el Viernes Santo, nos presenta a un hombre azotado, escupido, burlado, martirizado y clavado en una cruz para morir. El Hijo de Dios muere, tiene sed, se asfixia en un horrible suplicio y le dicen que si es Dios que se baje de la cruz.... pero Jesús sigue allí, clavado de pies y manos y nosotros le pedimos lo contrario, ¡qué no se baje de la cruz!...¿Qué haríamos con una cruz sin Cristo? ¿Cómo podríamos llevar nuestras cruces de cada día?¿Cómo podríamos aceptar nuestras penas, nuestras enfermedades, todos los grandes dolores y pruebas por las que pasamos los seres humanos si no tenemos un Crucificado al que mirar, al que abrazar para sostenernos? Lo necesitamos a sí y El lo sabía y se quedó así para morir, para ayudarnos a aceptar la voluntad del Padre igual que lo hizo El.

Y luego el Sábado en la madrugada del Domingo nos llega la ALEGRÍA DE LA RESURRECCIÓN. El triunfo de la VIDA sobre la muerte y el pecado. Con la Resurrección de Cristo sabemos que la muerte es tan solo un tránsito, un paso a lo que realmente es la vida ya que la vida terrenal es un continuo morir. Solo muriendo alcanzaremos la verdadera VIDA, LA VIDA ETERNA.

El centro de nuestra Fe, de nuestra religión católica se basa en esta verdad deslumbrante:- ¡Cristo vive, Cristo ha resucitado, aleluya!

Para todos los que celebramos, llenos de gozo, la Pascua y con ella la RESURRECCIÓN DE JESUCRISTO, ¡ MUCHAS FELICIDADES !.
                              









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