Rezando Voy
Por: Luis Javier Moxó Soto | Fuente: Catholic.Net

Esta es la historia de una entrevista que surgió de utilizar una aplicación disponible para ser escuchada en el móvil. Todas las mañanas la utilizo para meditar camino del trabajo. Y escuchándola se pedía ayuda y se me ocurrió difundir este proyecto a través de una entrevista. Me puse en contacto con ellos a través de su web y Félix Cuadrado Basas, también llamado Sinclair, se ofreció a ello.
Él tiene cincuenta años en los que ha hecho –al menos una vez– de perito agrícola, cantante, cartógrafo, técnico de sonido, dibujante, actor, agrimensor, fotógrafo, cuentista, diseñador gráfico… Me dice que se le da bien hacer rebotar piedras en los ríos. Pero lo mejor que ha hecho en la vida es tener tres hijas. Ahora trabaja ayudando a que otros estén un rato con Dios.
Hola, Félix, queremos preguntarte -antes que nada- cuál fue el origen de la inspiradísima idea de la web y aplicación Rezandovoy…
Rezandovoy es la concreción del sueño de tres jesuitas que desde hacía tiempo se planteaban la posibilidad de hacer una traducción al español de una iniciativa que llevaba unos años funcionando en el ámbito anglosajón, pray-as-you-go. El modelo inglés, lanzado por la Compañía de Jesús en Londres, consistía en una página web desde la que, de lunes a viernes, se ofrecía a diario un audio con la lectura evangélica del día junto con unas pautas para la reflexión acompañadas de música.
Pronto se vio que la fórmula inglesa no sería tan fácilmente exportable, y ello derivó en una propuesta más ambiciosa: crear desde el principio todos los materiales para las oraciones en español. Así, hace ahora ocho años –un 18 de octubre de 2010– se creó en Valladolid (España) la oficina sjdigital, desde la que se coordina Rezandovoy.
Oficialmente la web nació el 9 de marzo de 2011, coincidiendo con el inicio de la Cuaresma. Ese Miércoles de Ceniza salió a la red la primera oración, resultado de muchos ensayos y errores hasta dar con la calidad que nos satisfizo.
Un año después ya habíamos ampliado el número de oraciones incorporando una oración de fin de semana, además de tener disponibles las primeras aplicaciones para teléfonos. Luego vendrían las oraciones para niños, las oraciones para la peregrinación, las oraciones especiales…
¿Qué misión tuvo desde el principio, y cómo ha ido evolucionando hasta el presente? ¿A qué público objetivo queríais dirigiros y cuál es el que realmente tenéis actualmente?
La misión inicial estaba clara al empezar y se mantiene intacta hoy. Se trata de ofrecer una ayuda para todo aquel que se encuentra en búsqueda de Dios. No es un sustitutivo de otros tipos de oraciones. No es un lugar en el que encontrar respuestas ya masticadas y servidas. Es un intento –creemos que exitoso– de facilitar la oración en la época acelerada que nos ha tocado vivir.
En ese sentido, la fórmula apenas ha evolucionado desde el principio: unos doce minutos de oración que arrancan con un momento de disponerse a la presencia de Dios, seguido de la escucha de la lectura del día, los puntos de reflexión, la repetición de esa lectura y un coloquio final de despedida. Este esquema básico se complementa con una canción cuidadosamente escogida de acuerdo al contenido de la oración, otra música instrumental que acompañe a la meditación, y ocasionalmente un poema u otro texto complementario que ayude también.
Respecto al público, no teníamos en mente un perfil concreto al que dirigirnos, salvo como digo personas que deseen trabajar su interioridad. No dimos nada por supuesto. Y lo cierto es que los mensajes que recibimos de los seguidores –luego hablaremos de ello– nos muestran un público muy variado que recibe las oraciones de muy distintas maneras.
Hoy sabemos que a diario son casi 300.000 las veces que se descarga cada oración. Y nos consta que una descarga no significa necesariamente una única persona escuchando el audio, pues muchas veces el archivo se reenvía por WhatsApp, se emite en pequeñas emisoras de radio locales, se utiliza en una reunión comunitaria… No sabemos el alcance real de cada oración, pero es abrumador.
La procedencia de esas descargas es principalmente América (México, EE.UU., Colombia, Argentina…). Alrededor de un tercio de ellas vienen de España.
Algunas iniciativas de la Iglesia han tenido y tienen algún tipo de suscriptores o socios “contribuyentes” más o menos fijos, otras tipo Radio María se nutren solamente de donativos sin anuncios comerciales. En vuestro caso, ¿cómo se mantiene Rezandovoy? ¿habéis pensado alguna vez en algún tipo de esponsorización o publicidad?
Al ser una iniciativa de la Compañía de Jesús en España, esta es el principal soporte económico del proyecto. No obstante, desde hace unos años habilitamos la posibilidad de recibir donativos, y es impresionante la respuesta recibida. Los gastos que supone tener lista cada día una oración son fundamentalmente el sueldo de una persona y cierta inversión en locales, equipos, material para la difusión, etc.
Las oraciones de Rezandovoy soy gratuitas… y lo seguirán siendo. Jamás nos hemos planteado ni remotamente cobrar por ellas. Pero es cierto que hace unos años recibimos una jugosísima propuesta de incluir publicidad en los audios. Por supuesto que la rechazamos, pero fue un ejercicio curioso comprobar el valor mercantil de Rezandovoy.
Cuando abres la aplicación o consultas la web de rezandovoy.org, aparecen disponibles varios días de reflexión y oración en audio con canciones y texto. Se nota mucho trabajo detrás. Por eso mi pregunta: ¿cuál es el proceso hasta que el audio de un día de oración se sube a la red? ¿Os piden temas determinados alguna vez?
La oración que se puede escuchar hoy mismo empezó a gestarse hace al menos siete u ocho meses. Hay un equipo de unos 50 colaboradores voluntarios que cada cuatrimestre reciben el encargo de escribir dos o tres oraciones. Se les asignan unos días concretos para los que ya se ha escogido sobre qué textos litúrgicos tendrán que redactar la reflexión. Estos colaboradores componen un grupo muy variado (mujeres/hombres, jóvenes/mayores, laicos/consagrados, españoles/de otros países…) lo que da riqueza y variedad a las oraciones que escriben.
Pasados un par de meses nos envían lo que han escrito y entonces comienza un proceso de revisión de estilo (hemos aprendido que escribir algo para ser escuchado es un arte muy difícil) y de selección de la música que acompañará a la oración. A propósito de esto, contamos con la colaboración desinteresada de casi un centenar de artistas que nos han cedido la posibilidad de usar sus creaciones.
A continuación, viene la sesión de grabación. En el momento actual (octubre de 2018) estamos grabando los textos de febrero de 2019. Contamos con un equipo de casi 30 personas que prestan su voz a las oraciones. Aquí también hay una variedad importante de edades, tonos de voz, expresividad… El proceso de grabación es un momento muy especial, pues los voluntarios se prestan a ello con verdadero entusiasmo y, sobre todo, muy conscientes de que están sirviendo de herramienta para la oración de otras personas. He visto cómo más de uno se emocionaba con lo que estaba leyendo ante el micrófono. Meterse en la oración, saber lo que se está haciendo, se transmite de un modo muy particular.
Pero somos humanos y nos equivocamos. Los audios recién salidos de la grabación incluyen errores, ruidos de respiración, sonidos varios que en un proceso posterior se eliminan mediante un software de tratamiento de audio.
Por fin, aproximadamente dos meses antes de que se publique, el audio se monta combinando las dos voces (masculina y femenina) que intervienen en cada oración junto con la sintonía inicial, la música que la acompañe y la oración de cierre. La publicación se complementa con un tuit diario. Los informáticos atienden a todo este proceso y se ocupan de resolver las averías que ocurren de vez en cuando.
La oración es escucha y también petición, agradecimiento, alabanza, adoración… Requiere una disposición tranquila, sosegada, que a veces no se consigue del todo, porque quizá no se está en el mejor momento y lugar, pero a la que ayudáis con esas reflexiones, músicas,… tan inspiradas. Imagino que estáis en contacto con diversos oyentes de esas meditaciones diarias y sus circunstancias, para mejorar cada día un poco más. ¿Tenéis o disponéis de una sección de feedback o comentarios? ¿Qué testimonios o vivencias recibidas han sido las más motivadoras, alentadoras para vosotros?
Sería absurdo invertir todo el trabajo, ilusión y talento que hay detrás de cada oración sin saber si esto que hacemos sirve para algo. Por suerte, tenemos repartida por todo el mundo una auténtica comunidad de orantes en torno a Rezandovoy. Y a menudo recibimos mensajes, por correo electrónico o a través de redes sociales, que nos comentan lo que significan las oraciones.
La madre que desayuna con sus hijos escuchando la oración para niños porque ellos se lo han pedido. La religiosa que graba los audios en disco para hacérselos llegar a comunidades de la sierra peruana donde no alcanza internet. El hijo que acompañó la muerte de su padre mientras escuchaban una oración concreta. La mujer a la que la policía de carretera multó por escuchar Rezandovoy con sus auriculares mientras conducía. La pareja que, ayudada por la oración, recompone su ruptura. La voluntaria que emplea los audios en pastoral penitenciaria… Hay docenas de historias pequeñas y grandes, siempre emocionantes, que nos dan la satisfacción de saber que todo esto tiene sentido. Por eso Rezandovoy no puede dejar de existir. Personalmente me gusta pensar que trabajo para esas personas concretas.
Por último, Félix, me gustaría darte las gracias en nombre del equipo de es.catholic.net y preguntarte cuáles son vuestros planes de futuro, y hasta dónde os gustaría llegar, porque nos consta incluso que habéis realizado secciones especiales como la de acompañar a los peregrinos del Camino de Santiago.
Los planes inmediatos son también ilusionantes. Muy pronto vamos a lanzar una nueva versión de la web y las aplicaciones. El estilo y contenido de las oraciones se mantiene, pero el acceso y manejo a las mismas creemos que van a mejorar sustancialmente.
También nos planteamos preparar nuevas oraciones especiales, algo que nos consta que tiene una fuerte demanda.
Al igual que hay margen de mejora, también lo hay para el crecimiento. No creo que hayamos tocado techo en cuanto al número de personas a las que pueden llegar las oraciones. Por eso seguiremos haciendo un esfuerzo por aumentar la difusión de esta iniciativa, algo que se puede conseguir gracias a propuestas como las que nos habéis hecho desde catholic.net con esta entrevista.


