Menu


La vida espiritual: cuidándola como la primera vez
Tips para mejorar en tu vida espiritual


Por: Fabián Ortiz | Fuente: Catholic.net



¿Cuántas veces hemos anhelado algo? Un nuevo par de zapatos, un celular, un videojuego… pon algo que tú has querido mucho. Cualquier cosa o meta que hayas tenido que esforzarte por de verdad alcanzarla.

¡Qué lindo cuando uno logra tener eso por lo que luchó! Qué bonito cuando sé que lo tengo porque me lo propuse y trabajé por eso.

Pero llega un momento cuando ese anhelo se convierte en algo pasajero que caduca. Ya después del tiempo, no lo veo o no lo siento tan preciado como antes. Ya no le doy ese valor que antes representaba. Ya con el uso se volvió normal y ordinario.

Creo que ese fenómeno muchas veces nos ha pasado con nuestra vida espiritual y compromisos. Después de tener una de esas experiencias de vida transformadoras, que nos tocan a la puerta y nos hacen sentirnos de la mejor manera y con ganas de decirle a todo el mundo lo gratificante que es, de repente algo cambia y pasa de extraordinario a ordinario.
Cuidado con la rutina, eso ordinario

En la vida espiritual, normalmente comenzamos un camino de crecimiento y de aprendizaje y, como todo es nuevo, vamos avanzando poco a poco y mejoramos. Vamos puliendo y vamos creciendo en todos los aspectos. Pero llegamos al punto donde decimos: “ya llegué a este nivel y aquí me voy a quedar un tiempo más”. Probablemente no lo hago conscientemente, pero sí lo hacemos.



Esto conlleva a un conformismo de alto nivel, porque ya no le estoy dando el verdadero valor; porque se me hizo un hábito o algo normal.. Fui capaz de lograrlo y llegar a ese punto, pero fui incapaz de mantenerlo constante.

Es ahora cuando debo preguntarme ¿qué pasó? ¿qué fue lo que me estancó y evitó que yo siguiera dándole la importancia a mi vida espiritual como aquella primera vez? Pudo haber sido una mala decisión, una mala influencia, pero muchas veces es lo cotidiano y la rutina lo que hace que yo me olvide de estar en sintonía con lo espiritual.

Por eso hay varias cosas que podemos hacer para evitar que lo cotidiano se haga costumbre y evitemos una pausa en ese crecimiento, vital, de nuestra vida espiritual.
 

San Francisco, ejemplo a seguir

San Francisco de Asís fue un santo que desde los 20 años inició su vida apostólica (su día es el 4 de Octubre). Un joven normal, que desde esa edad fue un soldado de Cristo; dispuesto a darse a los demás, incluso, abandonó toda su riqueza para alcanzar su objetivo de recuperar los valores de Jesucristo.



Te dejo algunos tips o preguntas que puedes hacerte para mejorar en tu vida espiritual:

    Así como lo hizo San Francisco, ¿de qué puedo despojarme yo?
    ¿Qué sacrificio puedo hacer para vivir una  mayor humildad?
    Busca la meditación diaria del Evangelio; porque en él encontraremos respuesta sobre la voluntad de Dios en nuestras vidas.
    Reza el rosario o una decena del mismo diariamente.

Que en nuestra vida espiritual siempre sea como la primera vez, que ese fuego abrazador que brota de nuestro corazón no se apague.

No nos quedemos en pausa, pensando que no valdrá la pena o que no servirá. Este es un camino que cuesta y es duro, pero que de verdad vale la pena.

 







Compartir en Google+




Reportar anuncio inapropiado |