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Milagro aprobado para la canonización del Padre Pío de Pietrelcina
Matteo Colella sufrió una meningitis aguda fulminante


Por: José Calderero de Aldecoa | Fuente: Alfa y Omega



Antonio Colella y Maria Lucia Ippolito ya tenían devoción al padre Pío antes de que, por intercesión del entonces beato, su hijo Matteo saliera con vida de una grave enfermedad que en menos de 24 horas parecía que iba a matar al pequeño. El matrimonio no solo vivía en la misma ciudad donde el fraile residió gran parte de su vida religiosa, San Giovanni Rotondo, sino que también se casaron en la misma capilla en la que el padre Pío celebró Misa por última vez.

Antonio –médico de profesión– trabaja en la Casa Alivio del Sufrimiento, hospital fundado precisamente por el fraile capuchino en 1956. Por eso, cuando un día en el año 2000 su hijo Matteo llegó a casa enfermo del colegio y no reconoció ni a su propia madre, el padre de familia decidió llevar al pequeño de forma urgente a este hospital.

"El diagnóstico fue terrible: meningitis aguda fulminante", explica Antonio Colella a Alfa y Omega.

Matteo se quedó ingresado, pero la situación empeoró rápidamente. "Tuvo fallo multiorgánico –le dejaron de funcionar nueve órganos– y le bajaron repentinamente las pulsaciones –en un momento dado solo tenía 10 pulsaciones por minuto–. Para un niño de 7 años todo esto significa la muerte". Además, por la mañana, «tuvo un paro cardíaco, del que consiguieron sacarle, pero seguidamente entró en coma», relata Colella.

Oración ante la tumba del fraile



Ante esta situación, la madre de Matteo dejó las cuestiones médicas en manos de su marido y del resto de facultativos y se puso a rezar. "Me venían continuamente a la cabeza las palabras del padre Pío, que decía que “la oración es la llave que abre el corazón de Dios”". Así, Maria se fue a la tumba del fraile capuchino "y estuve allí, rezando por mi hijo, prácticamente durante todo el tiempo que duró el coma".

En un momento dado, ante la más que probable muerte del pequeño, Maria Lucia Ippolito hizo una promesa: "Si Matteo volvía a casa sano y salvo, dedicaría toda mi vida al servicio del padre Pío", algo que «parecía imposible que ocurriera". Sin embargo, después de 11 días, Matteo despertó del coma "sin ningún tipo de afectación".

Un sueño durante el coma

Los médicos y enfermeros no podían dar crédito a lo que veían. Matteo estaba prácticamente muerto y se curó de forma inexplicable. "Enseguida, los facultativos empezaron a hablar de milagro. Nosotros, sin embargo, tardamos más tiempo en darnos cuenta de que se trataba de un milagro porque estábamos totalmente en shock por lo ocurrido", cuenta Antonio Colella.

Solo percibieron lo singular de lo sucedido después de que su hijo les contara el sueño que había tenido durante el coma, y tras la visita de una comisión de expertos enviada por el Vaticano para investigar lo ocurrido.



"Matteo aseguró al despertar que había visto al padre Pío a la derecha de su cama. Le estaba sujetando la mano y le dijo: “no te preocupes porque vas a volver pronto a casa”", recuerda Maria. "Después, le llevó hasta Roma, a una habitación donde había un niño enfermo tumbado en una cama. “¿Le quieres curar?”, le preguntó el fraile. “¿Y eso cómo se hace?”, repreguntó Matteo. “Con la fuerza de la voluntad”, contestó el padre Pío. Acto seguido, impuso las manos sobre el niño, el niño se despertó, y también Matteo, en ese momento, salió del coma", asegura.

La curación de Matteo Pio Colella fue el milagro que posibilitó la canonización del fraile italiano en 2002. Ahora, "cada vez que entro en mi ciudad y veo los carteles donde pone “Ciudad de San Pío”, me doy cuenta de que él es santo y que esto está ligado íntimamente a la historia de mi familia. Es inexplicable", confiesa Ippolito.

Artículo originalmente publicado en Alfa y Omega

 







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