En el centro de la Pascua
Por: P. Fernando Pascual, L.C. | Fuente: Catholic.net
Pascua es redención, alegría, encuentro, certeza, amor y esperanza.
Muerte y vida, según un famoso himno antiguo, entablaron una batalla única, decisiva.
Murió, sigue ese himno, quien era la Vida, para luego alzarse triunfante.
En el centro de la Pascua nacen los sacramentos, con el primero de ellos, el bautismo, que nos une a Cristo muerto y triunfante.
Desde la Pascua surge la Iglesia, que tiene en su centro precisamente la celebración de esa misma Pascua en cada Eucaristía.
El perdón de los pecados también tiene su origen en la Pascua: Cristo resucitado es el que envía a sus discípulos a difundir ese perdón entre los hombres.
Porque hay Pascua tiene sentido la vida, hay fuerzas para afrontar los problemas, tenemos recursos para soportar el sufrimiento.
La Pascua, por eso, se convierte en el centro de nuestra fe, en el fundamento de nuestro amor, en la fortaleza ante las pruebas de cada día (cf. 1Cor 15).
Estamos llamados a encarnar esa Pascua en nuestra existencia concreta. Solo si participamos en la Muerte de Cristo podremos un día resucitar con Él (cf. 2Tm 2,11).
El sepulcro está vacío. Está preparado el banquete de los cielos. Nos espera Jesús, Hijo del Padre e Hijo de María, mientras nos acompaña cada momento en los diferentes caminos de la historia humana.