Menu


Déjala. Esto lo tenía guardado para el día de mi sepultura
Meditación al Evangelio 6 de abril de 2020 (audio)


Por: Mons. Enrique Díaz | Fuente: Catholic.net



Iniciamos ayer la Semana Santa, una Semana Santa diferente, extraña, pero más cercana al verdadero sufrimiento de Jesús. En este primer día se impone una aproximación a Jesús, sintiendo con El, sufriendo con El, entregándonos con El y experimentado también cómo está sufriendo en su cuerpo, en su Iglesia, en su pueblo.

Desde la primera lectura Isaías nos delinea un Siervo sufriente, lleno de dolores, pero que desde su dolor va construyendo un mundo nuevo, que implanta la justicia y el derecho, que no destruye, sino que despierta esperanzas. Me impresiona esta figura de Jesús que, anunciada por Isaías, nos acompañara toda esta semana.

Pero también es muy importante que nos situemos cada uno de nosotros frente a Jesús como lo propone el evangelio: Jesús en casa de sus amigos y junto con sus apóstoles. Cada uno de ellos nos ofrece una actitud que podemos nosotros asumir. Lázaro, a la mesa dialogando con quien le ha devuelto a la vida, parece una invitación a acercarnos también nosotros y en dialogo intimo con Jesús compartir todo aquello que puede darnos vida. Marta, la hacendosa Marta, siempre dispuesta al servicio, como un preludio de lo que ofrecerá Jesús en la ultima cena: el servicio pleno, no solamente en el lavar los pies, muestra de humildad y de estar a disposición de los demás, en especial de los más pequeños, sino en la completa entrega de la vida. Y María, con una sensibilidad especial para estar en contacto con el Maestro, para darle su mejor perfume y para preparar su resurrección.

Parece muy burda la imagen de Judas escudándose en los pobres para disimular su ambición... Pero también puede ser una actitud nuestra en la que nos olvidemos de la conversión y pongamos a los pobres como tapadera de nuestras ocultas ambiciones. Y finalmente los enemigos que buscan abiertamente matarlo. Semana Santa es tiempo de conversión y este primer día nos da una oportunidad bellísima para revisar nuestra actitud frente a Jesús. ¿A quién nos parecemos?







Compartir en Google+




Reportar anuncio inapropiado |