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El más pequeño entre todos ustedes, ése es el más grande
Meditación al Evangelio 27 de septiembre de 2021 (audio)


Por: Mons. Enrique Díaz | Fuente: Catholic.net



El Evangelio de San Lucas nos presenta en este día un tema que nos causa sorpresa, pero nos enseña cómo en el mismo grupo escogido de Jesús se suscita la discusión de los discípulos por ver quién es el más importante de ellos y la prohibición a uno que no era del grupo y que andaba expulsando demonios en nombre de Jesús.

Son dos actitudes que separan a las personas, que aíslan y que a veces hasta hacen odiosos a quienes las tienen. Muy contrario es el actuar de Jesús y lo asemeja a un niño que pone en medio de ellos. Los pleitos por los primeros lugares y las descalificaciones las encontramos a la orden del día en todos los lugares: la familia, la política, los partidos, los grupos y hasta en la Iglesia, como reconoce con dolor el Papa Francisco.

Es más fácil destruir que construir, es más fácil criticar que proponer, pero Jesús siempre propone, siempre ofrece y siempre acepta. Y sus discípulos deben parecerse a él. Además, es una actitud más sana: gana más una sonrisa que una actitud hostil, abre más puertas una palabra amable que la descalificación. Sin embargo, nos cuesta mucho trabajo aceptar al que es diferente.

Aunque tengamos los mismos objetivos, si otro lo está haciendo, sentimos como competencia y nos gusta ser los primeros, ser reconocidos, tener autoridad. El poder atrae, pero con frecuencia corrompe el corazón. Aún en los sitios más pequeños encontramos estas luchas por ser el primero, por aparecer y por tener la exclusividad.

Jesús ofrece una alternativa: mirar a los demás como hermanos que construyen el mismo reino que nosotros, ofrecer nuestros servicios, hacerse el último, no para huir de los trabajos, sino para servir mejor a todos los hermanos. Así lo ha hecho Jesús y este ejemplo nos ha dado. Así lo ha entendido y vivido San Vicente de Paúl que descubre en cada pobre un hermano. Jesús comparte y abre su corazón aún a los de otros lugares. Hoy también nosotros estemos dispuestos al encuentro, ya que en el hermano encontraremos a Jesús.










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