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La paz en la familia
La historia nos demuestra que quien vive en la violencia se autodestruye.


Por: Sandra B. Lindo Sominín | Fuente: Semanario Alégrate



Para fomentar la paz dentro de la familia, y escribiendo la frase célebre “la educación empieza en casa”, el primer paso para crear y lograr un ambiente sano en nuestros hijos es enseñar diferentes valores, que aprenderán a través de la demostración y ejemplo; cuando un niño es amable es porque en su hogar sus padres así son. Debemos reflexionar sobre las cosas y situaciones que se valoran en la familia, de este modo los niños entienden y saben lo que prepondera en la familia, respetando y sintiéndose respetados.

Estas conductas ayudarán a incrementar la paz dentro del núcleo familiar. Asimismo, compartir, usar palabras que los ayuden a descubrir los valores y evitar los gritos, son algunas medidas que ayudarán a los más pequeños a conocer la importancia de vivir en paz.

Podemos ayudar a reforzar esa paz que deseamos en familia como:

Comprometernos a no gritar ni pelear cuando algún problema se presente.

Mencionar los diferentes valores y que cada quien dé su opinión.



Mantener una comunicación abierta y tratar de establecer momentos para dialogar.

A todos se les debe permitir expresar su opinión libremente sin ser juzgado ni mucho menos ignorado para hacerlos sentir importantes y valorados.

La paz, es muy importante hoy en día; sabemos que la violencia es normalizada en la vida de la sociedad y aceptada como algo inevitable, pero las personas no estamos hechas para la violencia, sino para la paz y convivir de manera tranquila.

La historia nos demuestra que quien vive en la violencia se autodestruye. La paz no se da instantáneamente ni por mandato, no se puede comprar, tampoco pedir prestada. La paz tiene que nacer del corazón de cada persona y de esta manera practicarla en nuestra vida diaria.

Para disfrutar de auténtica paz, es necesario que tengamos una sensación de seguridad y bienestar. También es importante que tengamos buenos amigos. Pero, más importante aún, debemos cultivar una estrecha amistad con Dios a fin de tener esa paz que buscamos.



Si entre todos los de la familia lográramos llegar a esa paz, podremos ser personas más felices, pues no hay nada mejor que crecer y vivir en un ambiente en el que se promueva el buen trato y sea posible expresarse libremente.







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