La elección del Papa Francisco en marzo de 2013 marcó un momento significativo en la historia de la Iglesia Católica. Jorge Mario Bergoglio, de origen argentino, adoptó el nombre de Francisco en honor a San Francisco de Asís, un santo conocido por su humildad y su amor por los pobres. Desde el comienzo de su papado, el Papa Francisco ha enfatizado una visión de la Iglesia basada en la sinodalidad, un concepto que ha impulsado con fuerza y determinación.

La palabra “sinodalidad” proviene del término griego “synodos”, que significa “reunión” o “encuentro”. En el contexto de la Iglesia Católica, la sinodalidad se refiere a la práctica de tomar decisiones importantes a través de la consulta y la participación activa de los líderes religiosos y los fieles en lugar de depender únicamente de una jerarquía centralizada. Para el Papa Francisco, esta no es solo una cuestión de estructura, sino una visión fundamental de cómo debe ser la Iglesia en el mundo moderno.

Una de las razones fundamentales detrás de la importancia que el Papa Francisco otorga a la Iglesia sinodal es su deseo de fomentar una mayor participación de los fieles en la vida de la Iglesia. El Sumo Pontífice ve a la Iglesia como un “Pueblo de Dios”, y esto implica que todos los bautizados tienen un papel que desempeñar en la Iglesia y deben ser escuchados. En sus propias palabras, “La Iglesia está llamada a ser siempre la casa abierta del Padre. No hay exclusiones”.

Esta visión de una Iglesia más inclusiva se deriva de su profundo compromiso con el Evangelio y la enseñanza de Jesús. Jesús mismo enfatizó la importancia de acoger a los marginados y cuidar de los necesitados. El Papa Francisco ve la sinodalidad como una forma de traducir este mensaje en la vida de la Iglesia, permitiendo que las voces de aquellos que a menudo son marginados o ignorados sean escuchadas y consideradas en la toma de decisiones.

Otra razón importante detrás de la promoción de la Iglesia sinodal por parte del Papa Francisco es su deseo de combatir la clericalización excesiva dentro de la Iglesia

El Papa Francisco también ha promovido la sinodalidad como una respuesta a los desafíos y problemas que enfrenta la Iglesia en el mundo moderno.