Tanto tiempo hace que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conocen?
Por: Mons. Enrique Díaz | Fuente: Catholic.net
Esta fiesta de los apóstoles Felipe y Santiago en la Iglesia Universal se celebra el día 3 de Mayo, pero como nosotros tenemos ese día la fiesta de la Santa Cruz, se pospone en nuestra patria un día y hoy tenemos la oportunidad de recordar a estos dos grandes apóstoles. La primera lectura nos recuerda una condición esencial para ser discípulo: ser testigo de la resurrección de Jesús y Pablo nombra explícitamente entre estos testigos a Santiago. En el Evangelio aparece Felipe en una de sus intervenciones marcadas por el Evangelio.
Le solicita a Jesús que les muestre al Padre después de que Él les ha comunicado que Él es el camino, la verdad y la vida. Son actitudes de estos dos grandes apóstoles que nos ayudan a buscar nuestro propio camino en el seguimiento de Jesús. Debemos encontrar el rostro de Dios que se nos hace presente cada día en nuestra vida.
Jesús le reprocha a Felipe que no lo pueda descubrir en cada uno de los acontecimientos y acciones que Él ha realizado, sabiendo que Él es el rostro misericordioso del Padre, como nos dice el Papa Francisco. Quizás también nos tendría que reprochar a nosotros que no hemos sabido descubrir la presencia y el rostro de Dios en la naturaleza, en la Palabra, pero sobre todo en los hermanos.
Si quien sigue a Jesús hace las mismas obras que Jesús, nosotros, sus discípulos, tendremos que revisar nuestras obras si en algo se parecen a las obras de que Él hacía. En un mundo que se ha dejado invadir por la cultura de la muerte, de la ambición y del poder, el discípulo tendrá que esforzarse por hacer resonar el testimonio que anuncia la resurrección de Jesús y todas las consecuencias que tiene para nuestra vida.
Hoy tendremos que mirar a Jesús y buscarlo como el verdadero camino que podemos ofrecer a esta generación que parece perdida y recordar que también para nosotros es esta Buena Nueva.