María no es una estatua inmóvil, sino una hermana que nos precede
Por: Amedeo Lomonaco | Fuente: Vatican News
«No debemos imaginar a María como a una "inmóvil estatua de cera", sino que en Ella podemos ver a una "hermana... con las sandalias gastadas... y con tanto cansancio", por haber caminado tras el Señor y al encuentro de sus hermanos y hermanas, concluyendo luego su viaje en la gloria del Cielo». El Papa Francisco en el Ángelus del 15 de agosto de 2024, Solemnidad de la Asunción, describió a la Santísima Virgen con estas palabras: «Aquella que nos precede en el camino, recordándonos a todos que también nuestra vida es un viaje». Un viaje continuo hacia el «horizonte del encuentro definitivo». El Papa exhortó a rezar para que la Virgen «nos ayude a ir en este viaje hacia el encuentro definitivo con el Señor».
María siempre en camino siguiendo a Jesús
En el Evangelio de la Liturgia de hoy, Solemnidad de la Asunción de la Virgen María, contemplamos a «la joven muchacha de Nazaret que, recién recibido el anuncio del Ángel, se pone en camino para visitar a su prima Isabel». El Papa Francisco sitúa junto a esta escena la «bella expresión del Evangelio»: ella se puso en camino.
Significa que María no considera un privilegio la noticia recibida del Ángel, sino que, por el contrario, deja su casa y se pone en camino, con la prisa de quien desea anunciar a los demás esa alegría y con el afán de ponerse al servicio de su prima. Este primer viaje, en realidad, es una metáfora de toda su vida, porque a partir de ese momento, María estará siempre en camino siguiendo a Jesús, como discípula del Reino.
Y, al final, su peregrinación terrena - afirma el Papa - termina con su Asunción al Cielo, donde, junto a su Hijo, goza para siempre de la alegría de la vida eterna.