El objetivo es anunciar a Jesucristo resucitado
Por: Sebastián Sansón Ferrari | Fuente: Vatican News
La hermana María de los Dolores Palencia Gómez, de México, llegó a Roma unos días antes del inicio de la segunda sesión de la Asamblea sinodal para participar en un taller de entrenamiento destinado a los presidentes delegados, como ella, y a los facilitadores. Una decisión que consideró “muy acertada” para expresar sus dudas y “pequeños temores” sobre cómo se desarrollarían los trabajos, según contó en la primera conferencia de prensa relativa a la sesión desde la Oficina de Prensa de la Santa Sede el jueves 3 de octubre.
La religiosa, perteneciente a la Congregación de Hermanas de San José, comentó que el encuentro previo les permitió volver a verse en un “ambiente más pequeño” y crear una “pequeña comunidad de amistad y fraternidad”. Pudieron “empezar la asamblea con mucho ánimo y libertad. Vamos haciendo este camino poco a poco, juntos”.
La presidenta delegada puntualizó que no hay un documento final en este momento, sino un documento a trabajar, profundizar y discernir. En este proceso, subrayó la necesidad de considerar la realidad de nuestro mundo “que se vuelve cada vez más extrema en muchos sentidos, y desde este mundo, que además es mirado con amor de Dios, con amor del Padre y con nuestro propio amor”. Por consiguiente, desde esta mirada amorosa y misericordiosa, la hermana Palencia afirmó que quieren “poner lo mejor de nosotros mismos para hacer un camino de reflexión y profundización, para encontrar orientaciones, caminos, maneras” de avanzar en este modo concreto de ser Iglesia.
“El objetivo es la misión, el anuncio al que hemos sido llamados, el envío que tenemos de anunciar a Jesucristo resucitado y a dar esperanza en este mundo”.
La mujer en una Iglesia sinodal
En respuesta a la inquietud planteada por un periodista sobre la participación de las mujeres como miembros de pleno derecho en el Sínodo, la religiosa sostuvo: “La experiencia de este año, entre las dos sesiones, nos ha mostrado como aprendizaje que se va haciendo un camino”. Palencia admitió que se van vislumbrando frutos, si bien depende de los contextos y de las culturas en los continentes.
Para la consagrada, cada vez se reconoce más el rol de la mujer, sus dones y aportes en una Iglesia sinodal, con la disposición de plantear nuevas propuestas y experiencias para llegar al fondo de la cuestión. En este sentido, manifestó que en su círculo menor escuchó a una persona en cuya localidad, los consejos presbiteriales están compuestos solo por mujeres.
“Hay un camino que se va haciendo poco a poco, y es un aprendizaje”, remarcó la presidenta delegada. Palencia señaló que las propias religiosas deben insertarse en ese aprendizaje “para liberarnos de un estilo de clericalismo que hemos vivido, y que hemos vivido también de nuestra parte”. Asimismo, declaró que se están dando pasos, pero se deben tomar acciones más amplias, con mayor intensidad e insistió en la relevancia de considerar los contextos, dialogar con las culturas y escuchar a las mujeres en cada una de ellas.