Cristo en la ciudad rota: no te pido que creas
Por: Rafael Moya | Fuente: Cristo en la Ciudad

Cristo en la ciudad rota: no te pido que creas
Cristo camina entre los que ya no oran, los que ya no esperan, los que se enojaron con Dios porque los hospitales no curan y las iglesias a veces no escuchan.
No viene a exigir tu fe perfecta. Ni a revisar tu historial. Cristo entra con los pies sucios, se sienta a tu lado sin pedirte que te arrodilles, y si solo tienes enojo... también eso le sirve. Él también ha estado en los funerales sin abrazos, en la cocina de la abuela que da sin tener, en la mujer que perdió un hijo y aún así cocina para otros.
Cristo no grita desde el cielo. Susurra desde el metro, desde el dolor, desde el charco donde muchos no miran. Si estás roto, si no crees, si estás harto de discursos... ven igual. Con tu mochila sucia, con tu silencio, con tu rabia.
Aquí no hay lista de espera.
Aquí no necesitas corbata ni confesión previa.
Aquí basta con estar.
Porque Cristo, mientras tú respiras... no te dejará solo.
Y si un día te atreves a quedarte un rato más, quizá descubras que su abrazo no cura todo... pero sí te enseña que tú vales todo, incluso con las grietas.