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El abrazo que sostiene
"Ámense como yo los he amado" (Jn 15,12).
Por: Rafael Moya | Fuente: Cristo en la Ciudad

Por: Rafael Moya | Fuente: Cristo en la Ciudad

Cápsulas urbanas de vida y fe.
Andén del metro. Gente que corre. Un silencio breve en medio del ruido.
Lo miras, lo abrazas… y en ese instante todo se detiene.
No lo sabes, pero puede ser el último.
La vida no manda advertencias: se vive en lo que das hoy, no en lo que pospones.
Por eso Cristo nos recuerda:
“Ámense como yo los he amado” (Jn 15,12).
Un abrazo sincero puede ser oración, refugio y milagro.
No esperes al mañana.
Abraza fuerte… porque el último abrazo no avisa.
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