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La Iglesia y la protección real del VIH/SIDA y ETS
La lucha contra la pandemia del VIH/SIDA tiene que ocuparse de la conducta sexual desordenada


Por: Cardenal Alfonso López Trujillo, Presidente del Pontificio Consejo para la Familia | Fuente: Los valores de la familia contra el sexo seguro



La promoción de la vida por la Iglesia, mediante una protección real del VIH/SIDA y ETS

18. Cuanto declarado refleja la dura realidad de que el fracaso del condón, atestiguado nada menos que por organismos internacionales y nacionales, así como por estudios científicos y experiencias de vida real, va totalmente en contra de las acusaciones que han sido hechas a la Iglesia, es decir, que la Iglesia está contribuyendo a la muerte de millones de personas al no fomentar ni permitir el uso de preservativos en la lucha contra la pandemia. Ciertamente, ¿no debería afirmarse lo contrario, es decir, que la promoción del preservativo sin una información adecuada al público de las tasas de fallos (y de ambas, es decir con uso perfecto y con uso típico, así como de los riesgos acumulados), han conducido, conducen, y conducirán a la muerte de muchos? ¿No son muchos los que caen víctimas de un falso sentido de seguridad creado por campañas que promueven el “sexo seguro” olvidándose del hecho de que hay múltiples factores que llevan al preservativo al fracaso?

Cuentan las víctimas de la falacia del “sexo seguro”, en los numerosos centros de atención a pacientes del VIH/SIDA promovidos por la Iglesia católica, que si ellos hubieran sabido antes de los riesgos reales, si tan sólo hubieran sido adecuadamente informados, no hubieran participado en conductas de promiscuidad sexual, no hubieran entrado en relaciones sexuales fuera del matrimonio y hubieran permanecido muy fieles a sus familias. La Iglesia católica está muy cerca de los pacientes de SIDA y les da la bienvenida con caridad, defendiendo su dignidad humana y reconociendo el drama en el que están inmersos, con la compasión que mostró el Buen Samaritano. El Cardenal John O’Connor, último Arzobispo de Nueva York y gran líder pro-vida, acostumbraba cada semana visitar clínicas para pacientes de SIDA. La Iglesia católica puede proclamar que es experta en la lucha contra la pandemia de VIH/SIDA, proporcionando el 25% del total de las atenciones a nivel mundial, habiendo comisionado profesionales y voluntarios, religiosos y laicos igualmente, para que atiendan no sólo a las personas, sino también a las familias, en la manera más integral, respetando la dignidad de la persona humana y de la familia mediante un uso adecuado del sexo y la promoción de una entrega mutua y perpetua68.

19. Todos aquellos que se han expuesto a si mismos a los riesgos antes señalados, deberían obrar de manera responsable determinando si han podido o no ser infectados, considerando que existe un peligro real. Cada persona tiene la obligación de cuidarse, él y ella, su salud y la de los demás, y al hacerlo, cada persona tiene el derecho a ser ayudado por la sociedad en la medida de lo posible. Consideraciones tanto morales como epidemiológicas urgen a cuantos se han expuesto repetidamente a sí mismos a potencial contaminación, a someterse a tests para determinar si han sido, de hecho, infectados con el VIH o con otros microorganismos causantes de ETS69.

No hacerlo así significaría no tomar las necesarias precauciones para preservar la propia vida y salud, así como la de los demás. No someterse a las pruebas de detección significaría contribuir a la difusión de la mortal enfermedad, debilitando la misma familia y la entera sociedad. Estas personas deben ser animadas y ayudadas a dirigirse a las instituciones internacionales y nacionales que ofrecen servicios orientación voluntaria y pruebas de detección para aquellos que pueden necesitarlas.

La Iglesia está preparada para ayudar.
Gracias a la generosidad de millones de personas, cuya generosidad incluye personas de otras creencias colaborando con su apostolado, la Iglesia católica puede proveer el 25% de los servicios para pacientes de VIH/SIDA y gestionar un gran número de hospitales, clínicas y otros servicios sanitarios en todo el mundo. La Iglesia continua sosteniendo el fomento de una salud reproductiva auténtica y la salud de la mujer, lo que incluye una información completa y sin terminología ambigua, y una práctica sexual verdaderamente segura basada en una sexualidad humana auténtica.

La necesidad de volver a descubrir una conducta sexual verdadera y responsable

20. Es evidente que este artículo puede limitarse sólo a unas pocas pero serias investigaciones focalizadas en la transmisión sexual del VIH/SIDA y ETS70. Hay muchos más estudios que explican que los condones no ofrecen total protección contra estas enfermedades, muchas de las cuales pueden encontrarse fácilmente en internet. Uno tiene que distinguir seriamente entre el uso apropiado del preservativo y los fallos del mismo debidos a diferentes causas. Respecto a esto último, el usuario no puede estar seguro, como sucede con otros accidentes de consecuencias indeseables. La enorme fuerza de estas consideraciones consiste en la llamada a evitar las variadas consecuencias de la conducta sexual desordenada y, todavía peor, de la promiscuidad, antes incluso de considerar en sí mismo el uso del condón. Antes que centrarse en los aspectos concernientes a la investigación de los expertos, uno tiene que tener presente sobre todo el bien integral de la persona, en línea con una apropiada orientación moral, lo que será necesario para proveer de una total protección frente a la pandemia. Con la amenaza del VIH/SIDA, y sin ella, la educación a la castidad, la abstinencia antes del matrimonio y la fidelidad marital, han sido siempre propuestas por la Iglesia como expresiones auténticas de la sexualidad humana71.

Además, el desarrollo de preservativos de mejor calidad que puedan asegurar un 100% de efectividad contra la transmisión del VIH/SIDA72, no es lo que propone la Iglesia. Lo que ha sido propuesto es vivir la propia sexualidad de manera consistente con la propia naturaleza de la familia. Hay que mencionar también que la OMS reconoce que la abstinencia y la fidelidad matrimonial es una estrategia capaz de eliminar completamente el riesgo de infección con VIH/SIDA y otras ETS; los preservativos, por otra parte, reducen el riesgo de infección73.

21. En resumen, es importante transcribir la recomendación de Luc Montagnier, a quien se atribuye el descubrimiento del VIH: “Los remedios de la medicina no son suficientes … En particular, es necesaria la educación de la juventud frente al riesgo de la promiscuidad sexual, y prevenirla”74. El CDC informó, de manera parecida, que “las únicas estrategias de prevención que son verdaderamente efectivas consisten en la abstinencia (sexual) y las relaciones sexuales con partner no infectado, respetando la fidelidad recíproca”75. Por esto, uno de los más importantes expertos italianos en enfermedades infecciosas, Prof. Mauro Moroni, afirma que “el SIDA es una típica epidemia de difusión por la conducta … Si estas conductas cambian, el SIDA puede ser detenido sin una intervención profiláctica específica”76.

El Prof. Lino Ciccone añade: “Consecuentemente, una verdadera y efectiva prevención es, sobre todo, el conjunto de iniciativas encaminadas a acabar con cuanto promueve el libertinaje sexual, presentado como una conquista de libertad y civilización, así como cuanto se realiza para ayudar a los jóvenes a no caer en la esclavitud de la droga o para liberarse de ella. Dicho de otro modo: una verdadera prevención se encuentra solamente incluida en un serio compromiso de educación. Una educación que, previniendo equívocos y difusas concepciones reductivas, conduzca al descubrimiento o redescubrimiento de los valores de la sexualidad y de una correcta escala de valores en la vida humana. Cualquier otra elección que excluya tales vías o, todavía peor, que implique un ulterior impulso a la promiscuidad sexual y/o al uso de drogas, es cualquier otra cosa, menos prevención y presentarla como tal supone un trágico engaño. Un ejemplo típico de esta tergiversación es el de todas las campañas que prometen la victoria sobre el SIDA, sólo con que se alcance a generalizar el uso del preservativo. Se llega así a favorecer aquella promiscuidad sexual que es la causa primera de la epidemia”77.

Las observaciones de Ciccone coinciden plenamente con el serio problema que yo he procurado profundizar también: “Además, hay que poner de manifiesto que se llega a un auténtico crimen cuando se da por garantizada la defensa de la infección si se usa el preservativo. Es esto también lo que se impulsa con el sólo eslogan, vinculado al preservativo, de ‘sexo seguro’. Ya como anticonceptivo, el preservativo registra un notable margen de fallos, pero como defensa ante enfermedades sexuales transmisibles, el fallo es decididamente más elevado. He aquí una muy reciente y autorizada confirmación de fuente científica: ‘en líneas generales los métodos de barrera … protegen del riesgo de enfermedades de transmisión sexual (reducción de riesgo de aproximadamente el 50%) …Esta protección se ejerce respecto a muchos agentes patógenos: papilomavirus … VIH’”78.

Conclusión: la necesidad de reforzar el matrimonio y la familia

22. Me he ocupado antes, durante una conferencia desarrollada en Chile, de los efectos deletéreos de oponerse a la dignidad humana y de la trivialización del verdadero significado del sexo, así como de la instrumentalización y comercialización del uso del sexo[79. Un tal estilo de vida, que es desordenado y no corresponde ni con la totalidad de la persona humana, ni con la voluntad de Dios, no puede ser un bien verdadero. Hemos visto mucha gente distinta vulnerada por una tal trivialización del sexo. Generalmente, las culturas han distinguido siempre entre sexo irresponsable y sexo protegido con el matrimonio, en favor de la familia. Algunos pueden decir que se trata de una exigencia excesiva, pero tenemos que confiar en que el Señor, “no permitirá seáis tentados sobre vuestras fuerzas”80. En muchos sitios emergen movimientos de jóvenes que prometen públicamente mantener una actitud responsable ante el sexo y permanecer castos, absteniéndose fuera del matrimonio, y ser fieles a sus esposos. ¿Por que razón no debería ser propuesto a la juventud este modelo, especialmente en unos tiempos en que tantos problemas se confunden en la sociedad? La lucha contra la pandemia del VIH/SIDA tiene que ocuparse de la conducta sexual desordenada.

23. El matrimonio tiene que ser presentado como algo precioso, algo que conduce a la felicidad y la realización de la persona, cuando las parejas se entregan a sí mismas en un proyecto de donación perpetua, recíproca, exclusiva, total, irrevocable y sincera. “En la «unidad de los dos» el hombre y la mujer son llamados desde su origen no sólo a existir «uno al lado del otro», o simplemente «juntos», sino que son llamados también a existir recíprocamente, «el uno para el otro». … El don recíproco de la persona en el matrimonio se abre hacia el don de una nueva vida, es decir, de un nuevo hombre, que es también persona a semejanza de sus padres.”81. El Prof. Livio Melina, un teólogo moralista, nos trae a la mente que una cultura de la familia es esencial para la familia, para reforzarse de dos debilidades evidentes, puntos centrales: la fidelidad en el amor, y la paternidad. Sobre la crisis de fidelidad, dice que se manifiesta “como una incapacidad de dar continuidad en el tiempo al grato evento del afecto: se vuelve raro que el amor llegue a “tener historia”, una duración en el tiempo, a hacerse una construcción, y por tanto, una casa habitable82. Domina hoy del amor una romántica concepción, que lo concibe como un espontaneo evento que escapa al control de la libertad, alieno a la responsabilidad ética de un cuidado y un trabajo estable, alérgico a la institucionalización”83.

Juan Pablo II ha afirmado: “Una propuesta pastoral para la familia en crisis supone, como exigencia preliminar, claridad doctrinal, enseñada efectivamente en el campo de la teología moral, sobre la sexualidad y la valoración de la vida … En la base de la crisis se percibe la ruptura entre la antropología y la ética, marcada por un relativismo moral según el cual no se valora el acto humano con referencia a los principios permanentes y objetivos, propios de la naturaleza creada por Dios, sino conforme a una reflexión meramente subjetiva acerca de lo que es más conveniente para el proyecto personal de vida. Se produce entonces una evolución semántica en la que al homicidio se le llama muerte inducida, al infanticidio, aborto terapéutico, y el adulterio se convierte en una simple aventura prematrimonial. Al no tener ya una certeza absoluta en las cuestiones morales, la ley divina se transforma en una propuesta facultativa dentro de la oferta variada de las opiniones más en boga”84. Chesterton con su agradable ironía dice que lo que falta, como a los pájaros, si son verdaderamente maduros, es construir un “nido estable”. El Prof. Melina comenta más adelante que la cultura de la familia será también el remedio a la crisis de la paternidad, “que se manifiesta al rehusar la asunción del peso, percibido como oneroso en exceso, de dar vida a los niños”85. Tal crisis se ha suscitado en lo que ha sido descrito algunas veces como “invierno demográfico”. La crisis de la fidelidad y la crisis de la paternidad son dimensiones de la crisis del sujeto moral, es decir, de la persona. Melina propone dos vías para reconstruir el sujeto moral: la vía de las virtudes y la vía de las relaciones interpersonales86.

24. Es verdad que mientras no haya educación hacia una seria responsabilidad en el amor, mientras no se le conceda la suficiente importancia a la dignidad, especialmente de la mujer, mientras sea ridiculizada la fidelidad de la relación monogámica, mientras se distribuyan preservativos a los jóvenes en las fiestas y a los niños en las escuelas, mientras se difundan estilos inmorales de vida y toda forma de experiencia sexual sea vista como positiva y mientras no se garantice a los padres poder dar adecuada formación a sus niños, tal “imposibilidad” se convierte en una condición limitante. El final que resulta es no sólo preocupante en términos de difusión del VIH/SIDA, sino que el hombre y la mujer ya no pueden fiarse más el uno del otro. ¿Que pasará con estos niños en el futuro, sin la adecuada información y la necesaria guía de los padres?

No obstante, la gran ayuda que la Iglesia y quizá toda la gente de buena voluntad pueden ofrecer para reprimir esta terrible pandemia, confiando en la divina Providencia, es el robustecimiento de la familia87. Diferentes grupos, movimientos, asociaciones, institutos y centros que trabajan en favor de la familia y la vida tienen que jugar un papel especial. La familia es la Iglesia Doméstica y la unidad básica de la sociedad, la escuela de virtudes y el primer ambiente en que los niños reciben su educación de sus primeros educadores, sus padres. Las familias católicas deben ser ejemplos de santidad, dejando que la estrecha intimidad con Dios en su vida de oración y en los sacramentos desborde en una genuina interpelación para los demás. El Santo Padre ha repetidamente insistido, “Familia, ¡sé tu misma!”. Pueda la familia ser verdaderamente lo que es en realidad, siguiendo el ejemplo de la Sagrada Familia, modelo de todas las familias.
Para ver el artículo completo:

Los valores de la familia contra el sexo seguro;introducción

Críticas sobre el preservativo en las campañas de prevención del SIDA

Preocupación ante estudios que indican una posible no total protección del condón

Resumen del trabajo Scientific Evidence on Condom Effectiveness for Sexually Transmitted Disease

Fallos del preservativo

Incremento y disminución del VIH/SIDA

El derecho a una información correcta y completa: sexo seguro

La Iglesia y la protección real del VIH/SIDA y ETS


68 Cf. el Mensaje para el Día Mundial contra el SIDA, Una palabra de amor y esperanza para las familias y las personas afectadas por el terrible mal del Cardenal Javier Lozano Barragán, Presidente del Pontificio Consejo para la Salud, de 30 de noviembre de 2003. regresar

[69] Esta consideración permanece verdadera para quellos que se involucran en conductas de riesgo heterosexual u homosexual, usuarios de drogas y otros individuos considerados como de alto riesgo. regresar

[70] El virus del SIDA y otros microorganismos causantes de ETS pueden también transmitirse de otras maneras, como inyecciones, transfusión de sangre contaminada, contacto con membranas mucosas, etc. regresar

[71] Cf. Juan Pablo II, Evangelium vitae, 25 de marzo de 1995, y Familiaris consortio (22 de noviembre de 1981), entre otros. Cf. también Pontificio Consejo para la Familia, Sexualidad humana: verdad y significado. Orientaciones educativas en familia, Ciudad del Vaticano, 8 de diciembre de 1995. regresar

[72] Que, por otro lado, parece improbable, al menos con la actual estructura de los preservativos, dada la tendencia humana a no usar consistentemente y correctamente siempre el condón, y dados los otros modos posibles de infección de ETS, tales como por contacto con la piel fuera del area cubierta por el preservativo. regresar

[73] OMS, Estrategia Mundial de prevención y lucha contra el sida: Actualización de 1992. Ginebra: OMS, 1992 (WHA45/29), como citado en Francisco Guillén Grima e Inés Aguinaga Ontoso, Efectividad de los preservativos en la prevención de la infección por VIH en parejas de personas seropositivas, in Med Clin (Barc) (1995) 105: 541-548. regresar

[74] L. Montagnier, AIDS: natura del virus, en Aa. Vv., Vivere: perché? L’AIDS, Acts of the Fourth International Conference organized by the Pontifical Council for Health Pastoral Care, Ciudad del Vaticano, 13-15 de noviembre de 1989, en Dolentium Hominum 5 (1990) 13: 52.
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[75] Citado por K. April et al. en Qual è il grado effettivo di protezione dall’Hiv del profilattico?, en Medicina e Morale, vol 44 (1994): 922 regresar

[76] Mauro Moroni, en un trabajo presentado en Milano Medicina 1987, citado por Lino Ciccone, Bioetica. Storia, princìpi, questioni, Edizioni Ares, Milán 2003, p. 380. regresar

[77] Lino Ciccone, Bioetica. Storia, princìpi, questioni, Edizioni Ares, Milan 2003, p. 380. regresar

[78] La cita final es de G. Pascetto et al., Ginecologia e Ostetricia, 1. Ginecologia, Editrice Universo, Roma 2001, p. 482. El texto es de Lino Ciccone, Bioetica. Storia, princìpi, questioni, Edizioni Ares, Milan 2003, p. 381. regresar

[79] En pro de una auténtica educación sexual, en Cardenal Alfonso López Trujillo, Familia, vida y nueva evangelización, EVD, Estella (Navarra) 2000, 277-298. regresar

[80] 1 Cor 10, 13. regresar

[81] Juan Pablo II, Carta Apost. Mulieris dignitatem, 15 de agosto de 1988, números 7 y 18. regresar

[82] Cf. F. Botturi, Dialettica dell’amore e costruzione familiare, in Anthropotes 17 (2001): 255-273. regresar

[83] Livio Melina, La promozione di una cultura della famiglia dal punto di vista morale, en Anthropotes, 19 (2003): 32. regresar

[84] Juan Pablo II durante la visita ad limina de los Obispos de la región Este 2 del Brasil, 16 de noviembre de 2002. regresar

[85]Livio Melina, La promozione di una cultura della famiglia dal punto di vista morale, en Anthropotes, 19 (2003): 32.
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[86]Livio Melina, La promozione di una cultura della famiglia dal punto di vista morale, en Anthropotes, 19 (2003): 33-34. regresar

[87]Cf. J. Suaudeau, Profilattici e valori familiari: A proposito dell’espansione
dell’Hiv/Aids, en L’Osservatore Romano, 5 de abril de 2000, así como la clarificación posterior publicada en la edición semanal en inglés de L’Osservatore Romano, 27 de septiembre de 2000, p. 2. regresar







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