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Biblia

¿Cómo estudiar la Biblia?
Hoy, más que nunca, debemos tener una cierta preparación para iniciar una lectura seria de la Biblia


Por: P. Paulo Dierckx y P. Miguel Jordá | Fuente: Para dar razón a nuestra Esperanza, sepa defender su Fe



Hoy día en muchas familias católicas encontramos la Biblia como el libro sagrado de la casa. Ojalá que pronto llegue el día que cada católico sea un asiduo lector de la Escritura Sagrada.

Pero muchos que comienzan a leerla, después de algunos capítulos la dejan de lado por no comprender casi nada. Dicen que leer la Biblia les resulta difícil. Es un libro tan largo y a veces difícil, especialmente para uno que sabe poca historia y poca geografía, y no tiene costumbre de ubicar lo que lee en su propio contexto.

También se da el caso de católicos que, comienzan a leer la Biblia, y se dejan llevar por interpretaciones parciales, caprichosas y fanáticas que poco a poco lo llevan a uno a adherir, por mero sentimentalismo, a algunas de las muchas sectas bíblicas ya existentes, apartándose, por ignorancia, de la Iglesia Católica.

Y no faltan los que quieren leer toda la Biblia sin alguna explicación; o toman la Biblia como un juego de naipes abriendo el libro al azar, o saltando por aquí o por allá y piensan que Dios automáticamente les comienza a hablar. Es un riesgo muy grande; es como jugar a la suerte.

Para evitar estos peligros, no basta leer la Biblia con fe y devoción. Hay que juntar la fe, la oración y la devoción con el estudio. Leer la Biblia sin una adecuada preparación es tentar a Dios. Hay que prepararse para leerla. Si no, puede suceder cualquier cosa. La historia de nuestra fe es así.

Queridos hermanos, esta carta tiene como finalidad introducirnos en el estudio de la Biblia. Hoy, más que nunca, debemos tener una cierta preparación para iniciar una lectura seria de la Biblia. Para muchos, la Biblia sigue siendo un hermoso libro cerrado que adorna nuestra biblioteca. El problema es: ¿cómo leer, cómo comenzar con este libro? Siempre ha sido difícil la iniciación a la lectura de la Biblia. Exige de nosotros paciencia, humildad, serenidad y una cierta disciplina intelectual.

En esta carta vamos a indicarles algunos consejos prácticos para comenzar el estudio de la Biblia.

Las mejores Biblias

Muchas personas se preguntan cómo conseguir una buena edición moderna de la Biblia Católica.
Hoy existen muy buenas Biblias católicas; les recomendamos la Biblia de Jerusalén, la de la Casa de la Biblia y otras.



Da pena ver gente ansiosa de conocer la Biblia y lo hace con ediciones demasiado antiguas, incluso incompletas, sin introducciones, ni comentarios; o con ediciones de bolsillo que está bien para llevarlas a un paseo pero no para hacer estudios serios con ellas.

Una Biblia de uso personal

Conviene que cada persona tenga su propia Biblia en la que libremente vaya subrayando los textos más importantes o más significativos en relación con nuestra vida de fe, con nuestro seguimiento de Cristo, con nuestra vida de oración, de evangelización, etc. E incluso uno va poniendo anotaciones personales, inquietudes originadas de la propia reflexión y experiencia pastoral, apuntes tomados de cursillos, retiros, libros... Sólo así se aprenden las cosas, y con gusto.

Conocer bien la propia Biblia

Es decir, antes de estudiar el texto sagrado, hay que echar un vistazo general a la edición de su Biblia; ver qué dicen los editores sobre el manejo del libro, ver cómo se citan los libros, qué introducciones hay, qué notas, mapas, o temas especiales, etc... Esto puede ahorrar mucho tiempo y trabajo. No hay por qué anotar en cuadernos o papelitos cosas que ya están muy bien puestas en las notas más importantes.

Así por ejemplo, la Biblia Latinoamericana pone una especie de introducción muy buena, titulada: «¿Qué hubo en el mundo antes de la Biblia?». También tiene un «Índice del Evangelio» bien práctico y una serie de temas breves con el título de «La enseñanza bíblica» que pueden ayudar mucho. Además hay otros temas.

La Biblia de Jerusalén, entre tantas cosas excelentes, trae casi al final una sinopsis cronológica muy útil para ubicar los acontecimientos bíblicos dentro de la historia, de la geografía y de las otras culturas relacionadas con la Biblia. La Nueva Biblia Española tiene, al final, un vocabulario bíblico teológico muy bueno. Cada uno debe familiarizarse bien con su propia Biblia.

Leer y estudiar las Introducciones

Es muy conveniente leer las Introducciones que se ponen a cada libro o a los diversos grupos de libros. Casi todas las Biblias modernas católicas tienen muy buenas introducciones. La Biblia de Jerusalén es excelente en este punto y es la que ha inspirado casi todas las ediciones posteriores de la Biblia.

Algunas personas se dedican primero a leer y estudiar todas las introducciones de cada libro y luego comienzan la lectura del texto bíblico mismo. Es lo mejor.

Leer y meditar la Biblia

A continuación, ya se puede comenzar a leer y a estudiar el texto bíblico. Pero la Biblia es muy larga, y para todos nosotros nos resultará muy difícil, si no imposible, leerla toda desde la primera página hasta la última. Por tanto, hay que ser prácticos.

Si es la primera vez que te acercas a la Biblia, te proponemos un itinerario de lectura:



a) Empieza con el Evangelio de San Lucas. En él podrás conocer los rasgos más atrayentes de Jesús de Nazaret, nacido de María.

b) Continúa con el libro de los Hechos de los Apóstoles. Allí podrás ver la hermosa actividad de la Iglesia naciente.

c) Después te recomendamos volver a los Evangelios, primero Marcos, luego el de Mateo y finalmente el de Juan.

Puedes intercalar, al fin, la lectura de alguna Carta de los Apóstoles: por ejemplo, a los Corintios, los Tesalonicenses, etc.

Otra forma es tener un calendario litúrgico y leer las lecturas que corresponden al día.

El Nuevo Testamento

Para el cristiano lo más importante son los cuatro Evangelios, que son el alma de toda la Biblia, y luego los otros libros del Nuevo Testamento. Eso ha de ser el objetivo constante de nuestra lectura o estudio. Pero es bueno conocer, siquiera básicamente, el Antiguo Testamento: Génesis, Éxodo, Deuteronomio, Josué, 1 y 2 de Samuel, 1 y 2 de Reyes, Salmos, Proverbios, Eclesiastés, Cantar, Sabiduría, Isaías, Jeremías, Ezequiel, Amós, Miqueas, Jonás.

Lectura y meditación de la Biblia

Después de haber leído la introducción de un libro, comienza a leer el texto mismo. No te apresures en leer todo de una vez. Lee solamente un pasaje, o un párrafo. Lee con atención y respeto, abriendo tu corazón a lo que Dios te quiere expresar. Subraya los textos que te impactan.

En la primera lectura de un texto, te conviene leer siempre las notas explicativas que se encuentran debajo del texto bíblico. Estas notas explicativas y los comentarios van a clarificarte la comprensión de los textos bíblicos más difíciles. Son explicaciones escritas por especialistas y hay que tratar de entenderlas y, normalmente, han de ser aceptadas con confianza. Muchas personas, por no leer atentamente las notas explicativas quedan sin comprender un texto en su contexto propio, sin comprender los diversos estilos y doctrinas, y luego abandonan la lectura por aburrimiento.

Los cursillos bíblicos intensivos, con un buen profesor, pueden ayudar mucho, y quizás sean imprescindibles para comprender ciertos problemas y notas técnicas.

Y ahora, ¡a comenzar!... Trata de organizar tu vida de tal manera que todos los días encuentres un momento de 5 a 10 minutos para la Biblia. Busca un lugar tranquilo. Lee sistemáticamente, no saltando de una parte a otra, ni abriendo el libro al azar. Nunca leas la Biblia para satisfacer tu curiosidad o sólo para saber más, sino para indagar lo que Dios quiere decirte. Pues la Biblia es la Palabra de Dios, es la carta que El envía a sus hijos. En la Biblia no busques ciencia, sino sabiduría. No tengas miedo de subrayar y poner anotaciones en tu Biblia. La Biblia no es un libro para guardar, sino para ser leída. Dice san Jerónimo: «No debes retirarte al descanso nocturno sin haber llenado tu corazón con una pequeña parte de la Palabra de Dios».

Principales Biblias Católicas

Entre las Biblias Católicas más conocidas, y más usadas hoy entre nosotros, están las siguientes:

1. La Biblia de Jerusalén: Se llama así sencillamente por haber sido preparada por un numeroso equipo internacional de biblistas, bajo la dirección de la famosa «Escuela Bíblica de Jerusalén». Apareció primeramente en francés (1956), de la que se sacó la primera edición española en 1967. Luego ha seguido una segunda edición española en 1975, revisada y mejorada.

Es una excelente Biblia desde el punto de vista crítico, teológico y académico, con notas explicativas. Su criterio ha influido decididamente en todas las otras ediciones de la Biblia. Es imprescindible para un estudio serio de la Biblia. Sin embargo el precio de esta Biblia es generalmente muy elevado.

2. La Biblia de Navarra:  Esta cuidada traducción lleva más de 25 años de trabajo. La Biblia de Navarra es un extraordinario esfuerzo para brindar una versión con una cuidada traducción pero también con una notable colección de notas explicativas. Estas últimas, así como las introducciones de cada libro son al mismo tiempo profundas y asequibles. Una versión muy lograda que permite no solo comprender correctamente el contenido de la Palabra Divina, sino que además brinda información completa sobre la relación del texto con la vida cristiana para hoy en día. Algunos la consideran una de las mejores versiones en castellano disponibles actualmente.

La novedad de esta edición consiste en una fórmula con personalidad propia que combina unos ingredientes adecuados (la traducción y los comentarios) en unas proporciones justas para dejar hablar a la Biblia respetando su identidad de texto que, fiel a su tradición, sale hoy al encuentro de la gente y le sugiere respuestas a las grandes cuestiones: ¿quién es Dios? ¿qué es el ser humano, su origen, el sentido de su vida, su destino? ¿qué es la familia, el trabajo, la amistad?.

3. La Biblia Latinoamericana: Es una Biblia de tipo popular, con vocabulario al alcance de todos. Los autores han pretendido relacionar la Palabra con la realidad social que vive Latinoamérica. Los comentarios, traducción y notas van en esta línea. Utiliza distintos tipos de letras (aún en el texto bíblico) para presentar, por ejemplo, las diversas tradiciones del Pentateuco. Ha tenido gran difusión y con el tiempo se ha ido revisando.

4. Hay también muchas otras ediciones católicas de la Biblia, todas muy buenas, aunque no hayan tenido, en nuestro medio, el éxito de las dos mencionadas. Entre éstas no podemos dejar de nombrar las Biblias: Casa de la Biblia, Nacar-Colunga y la Nueva Biblia Española de Juan Mateo.

El gran valor de estas ediciones modernas de la Biblia es, sobre todo, que se basan en los textos originales (hebreo-griego), y no en la Vulgata Latina como anteriormente se hacía. Además en sus introducciones y comentarios recogen lo mejor de las investigaciones bíblicas modernas.

También contamos con la Biblia de Estudio de las Sociedades Bíblicas, elaborada por biblistas católicos y evangélicos, y que cuenta con el respaldo del CELAM para ser utilizada en América Latina.

Quien medita cada día
la sagrada ley divina
con esta meditación
a la gloria se encamina.
Quien medita cada día
las Sagradas Escrituras
verá la mano de Dios
en todas las criaturas.

Cuestionario

¿Cuál es la regla de oro para la interpretación de la Biblia? ¿Se pueden sacar frases de su contexto y darles una interpretación personal? ¿Qué significa interpretar la Biblia dentro de la Tradición Católica? ¿Cuál es la postura protestante? ¿En qué se basan? ¿Qué acontece al interpretar la Biblia en forma personal y sin tomar en cuenta la Tradición? ¿Qué se espera, al respecto, del Ecumenismo?

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