Los Salmos
(Los números de los Salmos entre paréntesis corresponden a la Vulgata) La gente joven reúne a veces en un cuaderno o en una carpeta, para tenerlas siempre a mano, aquellas canciones que le gustan:modernas, populares, religiosas, de campamento, etc. Lo más normal es que estén reunidas sin orden ni concierto, es decir, mezcladas las canciones modernas con las antiguas, las de distintos temas y estilos, las de deistintos autores-con el nombre de los autores y cantantes o sin él-. Pues algo así es el libro de los Salmos: un cantoral con ciento cincuenta cantos de tipo religioso, de muy diversas épocas y autores, que se fueron agrupando con el correr del tiempo. Los salmos son la oración de Israel, la experiencia religiosa de un pueblo cuajada, a lo largo de los siglos, en estas oraciones apasionadas o serenas, llenas de confianza en su Señor o de impaciencia porque su ayuda parece retrasarse. A Dios le hablan de tú a tú, con una increíble libertad, incluso con descaro. En la oración los israelitas gritan de entusiasmo y gimen de dolor, se recrean en las acciones de Dios y, a veces, le exigen una respuesta o intentan provocar su ira y su venganza.
Vengan, hijos, escuchen: voy a enseñarles el temor del Señor. ¿Quién es el hombre que ama la vida y desea gozar de días felices? Guarda tu lengua del mal, y tus labios de palabras mentirosas. Apártate del mal y practica el bien, busca la paz y sigue tras ella. Sal. 34....