
Santo Evangelio según san Lucas 9, 51-56. Martes XXVI del Tiempo Ordinario

La ira es tan poderosa que resulta repulsiva tanto para quien lo experimenta en sí mismo como para quien la advierte en otro

Este Salmo 3, lo podemos orar de corazón y con toda confianza en los momentos de angustia.

La oración constante y confiada nos alcanzará seguro la victoria.

"Cuando crucemos esta puerta, atráenos más profundamente hacia tu Tu presencia"

Si escuchamos a Dios, tomaremos las decisiones con más calma, desde una luz interior.

Pedir para que Dios y su voluntad actúen en la vida de los demás, sin importar si nosotros salimos beneficiados.