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Dragonball Evolución, y ¿el autodominio?
Comunicadores católicos /Cine, radio y televisión católicos

Por: Mabel Salinas | Fuente: Yoinfluyo.com

James Wong lleva a la pantalla grande una de las caricaturas japonesas que más han permeado la cultura popular de nuestros tiempos, Dragonball,haciendo prácticamente caso omiso a la historia original y desvirtuando a los personajes creados por Akira Toriyama en 1984. El manga (comic) posteriormente pasó a la televisión, formato en el que ha tenido mayor alcance.

¿Eso es bueno, malo?

Si nos basamos en los comentarios que plagan una gran cantidad de páginas de internet podremos percatarnos de la desilusión y el enojo de los seguidores de estos dibujos animados, quienes a lo largo de tres temporadas (Dragonball, Dragonball Z y GT) han acompañado a Goku, el personaje principal, en sus aventuras, desde que dio inicio su travesía para juntar las llamadas “esferas del dragón”.

A pesar de que ya habían existido cintas al respecto –13 en total, cuyas tramas son distintas a la narrada en la serie animada–, éstas también tenían el formato de dibujos animados, mientras que Dragonball Evolución asume el reto de presentar a los personajes, pero de carne y hueso.

El filmenarra la historia de Goku (Justin Chatwin), un joven distinto a los demás y que no encaja en la preparatoria. Entrena artes marciales con su abuelo Gohan (Randall Duk Kim), pero el día de su cumpleaños éste fallece a causa del ataque de un terrible villano, Piccolo (James Marsters), quien ha escapado de las entrañas de la tierra y desea reunir las esferas del dragón.

¿Y como para qué las quiere? Para pedirle al dragón Shenlong un deseo: destruir el mundo, con la finalidad de vengarse por su encierro. Goku y sus amigos Bulma (Emmy Rossum), Yamcha (Joon Park), y el maestro Roshi (Yun-Fat Chow), deberán encontrar primero las esferas para salvar a la tierra. Por otro lado, la cinta incorpora el elemento romántico con la relación de Goku y Milk (Jamie Chung).

Algunos podrán estar a favor o en contra de esta realización, pero hay hechos que son innegables. Se trata de un intento por abordar el inicio de Dragonball, cuando los espectadores conocimos a Goku, un pequeño con una cola y voz extraña, pero de una increíble y sorprendente fuerza. Además, el filme es un despliegue de efectos especiales en los que el uso de cámara lenta para incrementar la tensión dramática es excesivo.

Dragonball Evolution definitivamente no se encuentra basada en la caricatura original, así que, como dice el refrán popular: “sobre advertencia no hay engaño”. Si con esto, lo único que la cinta te puede provocar es enojo, mejor abstente de verla.

Sin embargo, entre los aspectos positivos que contiene se encuentra el mensaje central, que se repite en varias ocasiones durante el desarrollo de la película: siempre debemos recordar quiénes somos y tener fe en nosotros mismos, sólo así podremos derrotar las adversidades, aunque se encuentren en nuestro interior.

Por lo mismo, el autodominio juega un papel de suma importancia en la trama, particularmente en tres escenas; dos en las que el protagonista debe controlar su fuerza y evitar pelear con algunos compañeros de la escuela que se burlan de él. Y otra más, que se presenta en un momento crucial de la película, casi al final de la misma.

Entonces, si hay algo que aprender de Goku es precisamente eso: a controlar nuestras emociones y enojos, pero siempre teniendo en mente que se trata de un personaje ficticio, por lo que los pequeñines no deben ponerlo en un pedestal.

Aunado a lo anterior, a diferencia de la serie animada, Dragonball Evolution presenta menos violencia, pero violencia al fin –uno de los elementos por los cuales el programa televisivo fue criticado e incluso censurado en algunos países–, aunque se trate de una historia de ciencia ficción.

Es probable que esta cinta, que fue filmada en gran parte en tierra mexicana, para ser más precisa, en Durango, tenga dos secuelas. Habrá que ver si los proyectos, de realizarse, son encomendados al mismo director… al tiempo, tiempo.