Cuando vives la castidad y conoces a un chico, en algún punto te preguntas… ¿qué pensará él acerca de eso? ¡Sería increíble que piense igual que tú y que vaya contracorriente!

Antes de conocer La Opción V yo no tenía las cosas completamente claras. Empecé una relación a los 16 años y, como me imaginé, aquél chico intentó ir más allá de un beso. Pero cuando tomé mi decisión, fue más difícil —sobre todo para mí— no equivocarnos. Aquella relación terminó luego de 13 meses, porque por razones de estudio me mudé a otra ciudad y la distancia nos perjudicó.

A partir de esa experiencia me puse una regla para antes de estar con alguien nuevamente: dejarle las cosas claras desde un principio, para no generar cierta confusión. Y así sucedió. A los 18 años conocí a mi actual enamorado. Ni imaginaba que íbamos a terminar juntos, sin embargo, apenas me di cuenta que me gustaba y yo a él, decidí decirle que me parecía importante hablar sobre ese tema antes de iniciar una relación, así que fui clara desde el inicio.

Mi primera pregunta fue: “¿ya tuviste relaciones sexuales?” Él, completamente pasmado, me miró y me dijo que sí (las había tenido con su anterior enamorada, con la que había tenido una relación de 3 años). Sus palabras me rompieron por un instante el corazón, pensando que si yo me estaba guardando para mi futuro esposo, no merecía estar con alguien que ya había tenido relaciones. Pero luego pensé que solo Dios podía juzgar eso, y a mí solo me tocaba hablarle sobre la opción de ir contracorriente.

Entonces le dije que yo había decidido guardar mi virginidad para el que sería mi esposo, y que estaba segura de mi decisión. Su opción era aceptar y respetar mi opinión, es decir, esperar hasta el matrimonio, o seguir su camino sin mí.

Le comenté acerca del por qué no debemos tener relaciones sexuales antes del matrimonio, de cómo nos afectan y cómo deshacen el amor. Él me dijo que si era amor de verdad, no le veía nada de malo, además, que solo lo haría si estaba seguro que me amaba y que se iba a casar conmigo. Yo le pregunté si siempre había pensado así y me dijo que sí. Por lo tanto mi siguiente pregunta fue:

“Entonces, ¿qué haces aquí conmigo, cuando deberías estar con aquella que amabas y con quien te ibas a casar?”

Por supuesto que esperé que me diga que no estaba de acuerdo conmigo, que estaba loca y que ya fue todo. Tuve miedo, miedo de decir todo lo que pensaba, miedo de ser rechazada, miedo de que hiriese mis sentimientos; pero mayor fue mi valor para decirle todo, sabiendo que si me decía que ya no quería nada conmigo, simplemente no me merecía.

Pero pasó todo lo contrario. Estuvo de acuerdo conmigo, me dio toda la razón y se notaba convencido. Me preguntó cómo era posible vivir la castidad habiendo perdido la virginidad, y yo le hablé de la segunda virginidad, de La Opción V, de cómo el amor de Dios es tan grande que perdona todo y da nuevas oportunidades a quienes se las piden. Aceptó unirse a esta lucha. Le expliqué todas las dificultades que eso significaba, pero las aceptó, las aceptó por mí. Fue uno de los momentos más felices que pasé con él. Me di cuenta que este chico estaba dispuesto a aprender a amarme de verdad.

Luego de haber seguido los pasos necesarios, hizo su promesa de castidad. Ahora llevamos casi 8 meses de relación y somos muy felices. En medio de la lucha no faltan los problemas y pequeñas caídas, pero siempre nos levantamos y apoyamos mutuamente para seguir creciendo en este hermoso camino.

Creo que lo mejor que puedes hacer antes de iniciar una relación es comunicarle al que va a ser tu enamorado la decisión que has tomado, y que si quiere estar contigo, debe respetarla. De ese modo evitas crear confusiones posteriores. Es difícil y requiere valentía, pero de eso se trata, de no ir por el camino fácil y por lo que “todo el mundo hace”. Además, un chico que no respeta un anhelo tan grande, no te ama de verdad y no te merece. Eso es algo que todas las mujeres debemos tener claro y nunca olvidarlo.

Chicas, sé que es difícil expresarle una decisión semejante a un chico del que estamos enamoradas, principalmente por temor a perderlo. ¿Pero realmente creen que alguien que en verdad las ama no debería estar dispuesto a aceptar algo tan bello y exigente como lo es la castidad? Créanme que si lo acepta y lucha contigo para juntos vivir la castidad (o sea, no te lo dice solo de la boca para afuera y luego esté intentando otra cosa), esa es la prueba de que verdaderamente te ama.

Pao, 18 años, Perú.

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