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María y José fueron el canal por el cual Dios se acercó a la humanidad
Temas actuales /De la Vida Cristiana

Por: Radio Vaticano / 19 dic 2016 | Fuente: es.gaudiumpress.org

Ciudad del Vaticano (Lunes, 19-12-2016, Gaudium Press) Ayer en el Ángelus dominical, el Papa Francisco mostró, ante miles de fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, cómo María Santísima y San José fueron el canal por el cual Dios se acercó a la humanidad.

Los textos de las lecturas bíblicas del día favorecían mostrar esta cercanía del Creador:

"María es presentada a la luz de la profecía que dice: «La Virgen concebirá y dará a luz un hijo» (Mt 1, 23). El evangelista Mateo reconoce que aquello ha acontecido en María, quien ha concebido a Jesús por obra del Espíritu Santo (cfr. v. 18). El hijo de Dios 'viene' en su vientre para convertirse en hombre y Ella lo acoge. Así, de manera única, Dios se ha acercado al ser humano tomando la carne de una mujer: Dios se ha acercado al ser humano tomando la carne de una mujer", recalcó el Papa. A ejemplo de la Virgen, el hombre debe acoger a Jesús, para "cooperar con su diseño de salvación sobre nosotros mismos y sobre el mundo".

Sobre San José, dijo el Papa que tras su perplejidad con la gravidez de María Santísima, fue "iluminado [por un ángel] sobre la naturaleza de aquella maternidad: «porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo» (Mt 1, 20). Así, frente al evento extraordinario, que ciertamente suscita en su corazón tantas interrogantes, se confía totalmente en Dios que se le acerca". 

Así, "acogiendo a María, José acoge conscientemente y con amor a Aquel que ha sido concebido en ella por obra admirable de Dios, para quien nada es imposible. José, hombre humilde y justo (cfr v. 19), nos enseña a confiarnos siempre en Dios, que se nos acerca: cuando Dios se nos acerca debemos confiarnos. José nos enseña a dejarnos guiar por Él con voluntaria obediencia. Ambos se dejaron acercar por el Señor".

La Virgen y San José, acogen pues al Señor entre los hombres. "Que este anuncio de esperanza, que se cumple en Navidad, lleve a cumplimiento la espera de Dios también en cada uno de nosotros, en toda la Iglesia, y en tantos pequeños que el mundo desprecia, pero que Dios ama y a los cuales se acerca", concluyó el Papa.