.
Sácate primero la viga que tienes en el ojo
Hispanos Católicos en Estados Unidos /Homilías Mons. Enrique Díaz

Por: Mons. Enrique Díaz | Fuente: Catholic.net

Es frecuente encontrar en nuestras sociedades actitudes de intolerancia y desprecio hacia los otros sobre todo cuando descubrimos que han fallado. Frente a las situaciones de violencia y corrupción que enfrenta nuestro país, escuchamos muchas condenas y acusaciones hacia los otros, pero pocas propuestas donde nos involucremos todos.

Siempre es más fácil culpar a los demás que asumir las propias responsabilidades. Hoy Jesús nos da un mandato de no continuar juzgando, sino asumir una actitud de reflexión y propositiva. Busca llevarnos a la profundidad de nosotros mismos para manifestarnos que la acusación fácil a los demás, la condena a los otros, frecuentemente, esconde complejos, heridas y defectos de nuestra propia persona.

¿No es verdad que muchas veces nuestras acusaciones e intolerancias ocultan nuestros propios defectos? Quien tiene armonía interior más que estar condenando, busca construir y ayudar a superar las debilidades ajenas; busca la conversión, más que publicitar y condenar a los otros.

La comparación que nos propone entre la paja y la viga nos muestra la gran diferencia de criterios que utilizamos a la hora de dar nuestros juicios. No podemos ser imparciales frente a los hermanos caídos, de la misma forma que no podemos ser imparciales a la hora de juzgar, o justificar, nuestros propios errores. Jesús nos dice que no juzguemos porque él mismo no juzga, sino salva, justifica y levanta. No ha venido a condenar sino a dar vida. Ésta es la misma postura que debe adoptar el discípulo.

Muchas dificultades se solucionarían fácilmente si en lugar de condenar, nos pusiéramos a construir. No quiere decir que vamos a callar frente a las injusticias, pero nuestro aporte será en el mismo estilo de Jesús que busca dar vida. Su verdadero juicio es desde la cruz: un amor ilimitado y misericordioso sobre todos los hombres sin distinción.  Si seguimos el ejemplo del Maestro evitaremos muchos chismes, mentiras y descalificaciones, y encontraremos en los hermanos, compañeros para construir el reino.