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Jesús le dijo: “Sígueme”. Mateo se levantó y lo siguió
Hispanos Católicos en Estados Unidos /Homilías Mons. Enrique Díaz

Por: Mons. Enrique Díaz | Fuente: Catholic.net

Hoy que celebramos la fiesta de San Mateo, él mismo nos presenta cómo fue su vocación, a todas luces sorprendente. Por una parte, la forma en que llama Jesús no deja de admirarnos: no escoge a los mejores, como en este caso, Mateo tenía una fama no muy buena y era poco apreciado por los judíos.

Pero además se acerca tanto a los pecadores y a los “malos” a los ojos del pueblo, los trata con tanta familiaridad, que provoca el disgusto y la crítica de los fariseos.

A varios de ellos les cambia el nombre. Así a Mateo que se llamaba Leví, lo transforma en Mateo, como una señal que al seguirlo todo es diferente. También me impresiona que este llamado tiene su plenitud en una mesa, como un signo de que una mesa compartida es mucho más que el simple repartir alimentos.

Es compartir la vida y la historia, es unirse en el mismo camino y compartir los ideales. Por parte de Mateo me impresiona la forma en que lo sigue. Algo muy especial debería tener Jesús para que alguien abandone su “negocito”, se vaya a la aventura siguiendo a un soñador.

Pero después también me impresiona mucho el cambio que hace tan radical de su vida para seguir a Jesús, para abandonar todo, para iniciar una nueva vida. Así en este día estas dos reflexiones se me clavan en el corazón y me ayudan a contemplar a Jesús invitando, buscando al pecador, buscando al enfermo, con mucha libertad y con mucho amor.

Pero por otro lado también me pregunto cómo estoy respondiendo a esa vocación, qué estoy haciendo para dejar mi pecado y convertido acercarme a él. De Mateo se habla como “de un padre de familia que saca de su cofre cosas nuevas y antiguas” porque es un conocedor de las Sagradas Escrituras, tuvo esa tarea importantísima de transmitir su evangelio.

Las narraciones que se fueron haciendo en forma oral después de la resurrección poco a poco se fueron aglutinando en tradiciones y San Mateo se encarga de transmitírnoslas. Que se queden en nuestro corazón estas enseñanzas: el Señor me llama, aunque sea pecador, yo debo tener la valentía y al amor para seguirlo. En la escritura encuentro mi fortaleza.

Hoy en especial pidamos por las vocaciones tanto sacerdotales, como religiosas y laicales. Que todos seamos fieles al llamado.